Más de 3.500 migrantes rescatados y 14 muertos en el Mediterráneo durante el fin de semana
En las operaciones de salvamento también participó la fragata española 'Navarra', que forma parte de la misión militar de la UE cuyo objetivo es luchar contra el tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo
Pocas horas después de vivir dos naufragios con decenas de desaparecidos —la ONU los cifró en 239—, los rescates y las muertes de migrantes se repiten en el Mediterráneo. Durante este fin de semana, la Guardia Costera italiana ha coordinado el salvamento de más de 3.500 migrantes y recuperado los cadáveres de 14 personas.
Las salidas desde la costa libia han sido continuas desde hace meses. En total, 23 botes de goma, cuatro pequeñas embarcaciones y una barcaza, abarrotadas muy por encima de sus capacidades, recibieron auxilio en el Canal de Sicilia, la ruta migratoria que este 2016 acumula el mayor número de muertos en la historia —la ONU inició el conteo en 2006— 4.200 muertos.
En las operaciones de salvamento también participó la fragata española Navarra, que forma parte de la misión militar de la UE Eunavformed/Sophia, cuyo objetivo no es salvar migrantes sino luchar contra el tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo central a través de los servicios de Inteligencia. Ante una situación de emergencia, los más de 200 militares que navegan en la fragata del Ministerio de Defensa salvaron frente a la costa de Libia a 394 hombres, 101 mujeres y 83 niños que requerían auxilio. Todos ellos intentaban alcanzar territorio europeo a bordo de pequeñas embarcaciones neumáticas de tan solo unos 12 metros de eslora. Navarra se dirige en estos momentos a las costas italianas para desembarcar este lunes, entre las seis y las ocho de la mañana, a todos los recién rescatados en el puerto de Augusta (Sicilia), informa Belén Domínguez.
A estos salvamentos se sumaron los realizados por distintas ONG, como MSF, Life Boat y MOAS, pero toda actividad resultaba insuficiente, y se unieron a prestar socorro también dos remolcadores que estaban en altamar y una nave mercantil.
Los rescates de este fin de semana se han sucedido sin descanso, durante el día y la noche. De hecho, el buque Dignity I, propiedad de MSF España, prestó socorro poco después de las 5 de la madrugada del sábado a un bote pequeño de madera que se encontraba a la deriva con 26 migrantes (10 de ellos niños pequeños).
Mientras los rescates continúan, en los puertos del sur de Italia desembarcan los cientos de migrantes que han sido socorridos en los últimos días y los cadáveres de los fallecidos que los guardacostas han podido recuperar. Así, durante la mañana de este domingo llegaron casi 900 personas al puerto de Catania (Sicilia). Todos ellos estaban en buen estado de salud, y recibieron atención médica, alimentos, agua y mantas.
Pero no todos corrieron la misma suerte de sobrevivir a las duras condiciones de las travesías por mar, y las historias de sufrimiento se cuentan por centenares. Massah, una mujer nigeriana de alrededor de 20 años, superviviente del naufragio del jueves, vio llegar el cuerpo sin vida de su bebé recién nacido al puerto de Trapani (Sicilia). Desde que desembarcó en la isla italiana de Lampedusa, Médicos Sin Fronteras cuenta que la mujer había pasado las horas mostrando una fotografía de su hijo a todas las personas con las que hablaba, desde la alcaldesa de Lampedusa, Giusu Nicolini, hasta el médico del ambulatorio, Pietro Bartolo. Contaba que en el hundimiento de la barcaza no pudo mantener a flote a su hijo, que se le resbaló de entre los brazos.
“Después de un mes marcado por más muertes y naufragios, este año se confirma como el año más nefasto en cuanto a las muertes en el Mediterráneo, con un trágico récord de 4.200 muertos en el mar. Frente a este vergonzoso récord, la Unión Europea no puede continuar haciendo como si no pasase nada, no puede ser cómplice de una tragedia cada vez más imponente. Son necesarias con urgencia vías legales y seguras que permitan a las personas desesperadas encontrar seguridad en Europa sin arriesgar o perder sus vidas”, afirma Tommaso Fabbri, responsable de Médicos Sin Fronteras en Italia.
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