Trump recorta las distancias con Clinton y pone a los mercados en vilo
Las nuevas investigaciones del FBI por los correos golpean a la candidata demócrata
A seis días de las elecciones de Estados Unidos, el polémico candidato republicano, Donald Trump, ha remontado en las encuestas ante su rival, la demócrata Hillary Clinton, golpeada por las nuevas investigaciones anunciadas el viernes por el FBI a cuenta del caso de sus correos electrónicos: el uso de un servidor privado cuando era secretaria de Estado, lo que puso en riesgo informaciones confidenciales. La potencial llegada del empresario neoyorquino a la Casa Blanca, más plausible hoy, ha lastrado a los mercados financieros, que ven la victoria republicana como una suerte de Brexit: algo inesperado, impredecible, inquietante.
Quien el martes 8 gane las elecciones, será el presidente de la primera economía del mundo y del ejército más poderoso. Y a lo largo de la campaña, Trump ha dado señales de que, si llega a presidente, piensa replantear cuestiones cardinales de las relaciones exteriores de Estados Unidos en la economía y la Defensa: ha cuestionado los tratados de libre comercio e incluso la OTAN.
Eso explica el nerviosismo internacional. Las encuestas que han disparado las alarmas han sido sobre todo la llevada a cabo por la cadena ABC y The Washington Post, que refleja un empate entre los candidatos; y la de Los Angeles Times, que sitúa a Trump seis puntos por delante de Clinton (esta última no contempla al candidato independiente y había dado antes a Trump como ganador). También otra de CNN, sobre estado claves, arrojó este miércoles una distancia de solo dos puntos en Florida. Otra realizada por Reuters -también posterior al anuncio de las nuevas pesquisas por los correos- alivió el susto demócrata manteniendo a la candidata seis punto por delante. Pero la brecha media entre ambos, de más de cinco puntos a favor de la ex Primera Dama hace una semana, se ha estrechado a 1,7.
Aunque la demócrata siempre se ha mantenido por delante a lo largo de la carrera, la distancia con su rival, pese al reguero de polémicas de la estridente campaña de Trump, tampoco ha sido nunca enorme. Porque Hillary Clinton es alguien que suscita muchos recelos entre los republicanos y entre los demócratas más progresistas, por todos los rumores que la han rodeado a lo largo de su vida y por su cercanía a la élite económica. Es sintomático que en el mismo sondeo de ABC y The Washington Post, el empresario, sea visto como más honesto. Además, Clinton también ha sido objeto frecuente de juicios sexistas.
Aunque sigue como favorita, en la recta final las tornas parecen cambiadas. Hace un par de semanas, Trump estaba en sus horas más bajas tras el estupor que despertó un vídeo suyo de 2005, en el que se jactaba de llevar a cabo actos de abuso sexual, en concreto, tocamientos no consentidos a mujeres gracias a su fama y poder.
Pero dos de las voces republicanas más críticas contra su candidato, el jefe de los conservadores en el Congreso, Paul Ryan, y el senador texano Ted Cruz, ya han apostado por este en su voto anticipado, según ambos explicaron el martes en distintos medios de comunicación. Es todo un símbolo de que el aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos, ese que ha puesto provocado una guerra civil en el partido durante esta campaña, el mismo que está completamente divorciado de los líderes de la formación, está haciendo que pese el voto antiClinton entre los votantes tradicionales republicanos a los que el promotor inmobiliario no les convence.
Con la nueva investigación del FBI, la candidata demócrata se enfrenta a ese riesgo en las filas contrarias, que los republicanos que se pensaban quedar en casa, asqueados de su candidato, decidan que es mejor votar a Trump que volver a ver a un Clinton en la Casa Blanca. La exsecretaria de Estado también puede quedarse sin el empuje de la comunidad afroamericana, muy movilizada con Obama, clave de su victoria, y menos azuzada esta vez, ya que no han sido centro de los ataques del candidato, al contrario que las mujeres o los latinos. Algunos datos de voto anticipado apuntan en esta dirección. Sin ser un votante preferente de Trump, el voto negro puede no ser antiTrump, y si votan menos, será perjudicial para Clinton.
También es crítico lo que ocurra con el voto oculto que concita Trump. En los sondeos por Internet sale mejor parado que los telefónicos. Se trata de un candidato con muy controvertido, autor de comentarios xenófobos y sexistas muy reprobados en público. Por tanto, puede reflejar un apoyo declarado en las encuestas inferior al que logre el próximo martes, día D para Estados Unidos y también para el resto del mundo.
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