La economía británica resiste el efecto ‘Brexit’ por el momento
Las primeras estimaciones oficiales cifran en un 0,5% el crecimiento del tercer trimestre
Frente a las previsiones más agoreras, la economía británica creció un 0,5% durante el trimestre que siguió al referéndum del 23 de junio sobre el Brexit, según las primeras cifras oficiales, publicadas este jueves. Aunque esa tendencia responde tan sólo a la expansión del sector servicios, mientras otros se encogen, el dato va a procurar un balón de oxígeno al Gobierno conservador de Theresa May ante las negociaciones para la salida del Reino Unido de la UE.
El crecimiento económico ente julio y septiembre fue más lento que el registrado en el mismo trimestre del año pasado (0,7%), pero la Oficina Nacional de Estadística subraya en su informe que “no existen pruebas sobre un efecto pronunciado (y negativo) a consecuencia de la votación” sobre el divorcio de Europa.
Las primeras estimaciones oficiales sobre el comportamiento de la economía en ese periodo —elaboradas con menos de la mitad de los datos que se utilizarán para el informe definitivo— han dado alas a los defensores del Brexit, al conjurar las negras previsiones de muchos analistas, que no descartaban la entrada en recesión a finales de 2017. Desde los sectores contrarios al abandono de la Unión Europea se argumenta, sin embargo, que sólo la inmediata intervención del Banco de Inglaterra (que entre otras medidas decidió en verano un recorte de los tipos de interés al 0,25%) ha salvado la situación económica, y que lo peor está todavía por llegar.
El informe todavía preliminar de la Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas inglesas) presenta una radiografía muy desequilibrada de la economía del Reino Unido, con un crecimiento en el sector servicios del 0,8%, frente a una contracción del 1,4% en la construcción y una caída en la producción industrial del 0,4%. La robustez del sector servicios responde sobre todo a los apartados de transporte, almacenamiento y comunicaciones, con un crecimiento del 2,2% alimentado por la industria británica del cine (las últimas entregas de las franquicias Jason Bourne y Star Trek, estrenadas el pasado julio junto a otras producciones muy populares, permitieron un sustancial aumento de los ingresos en la taquilla del cine).
La ONS no ha procurado datos sobre el gasto de los consumidores, aunque los analistas auguran que se mantendrá en unos parámetros positivos gracias a los altos índices de empleo y a la debilidad de la libra esterlina, que ha apuntalado el dispendio de los visitantes extranjeros al Reino Unido. El debilitamiento de la moneda en los mercados de cambio también ha impulsado las exportaciones de bienes y servicios.
La economía británica, por tanto, consigue de momento resistir al impacto que supuso la victoria del Brexit en el referéndum “porque sus fundamentos son fuertes”, ha declarado el responsable de Economía, Phillip Hammond. Diversos economistas advierten, no obstante, contra ese triunfalismo y no descartan que la situación se deteriore el próximo año, cuando el Gobierno May comience las negociaciones formales con Bruselas para abandonar la casa comunitaria.
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