“Contra la inseguridad, México necesita instituciones sólidas”
Raúl Cervantes, expresidente del Senado mexicano, destaca la enorme capacidad de reinvención del Estado
El expresidente del Senado mexicano Raúl Cervantes (PRI) visita Madrid para presentar su libro El constitucionalismo de principios. Un enfoque desde el constructivismo jurídico (Tirant lo Blanch), pero no rehúye ninguna pregunta sobre la actualidad política mexicana. Senador del PRI pero, remarca, no en ningún puesto de responsabilidad en el seno del partido en el Gobierno, en la actualidad preside la comisión del Senado sobre la Constitución y ejerce de secretario en la de Energía. Es, además, profesor e investigador de Derecho Constitucional en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
En una semana en la que hasta la Iglesia ha alzado la voz por la creciente inseguridad que sacude México, Cervantes reconoce que el país norteamericano está lejos de los estándares internacionales de seguridad —"no creo que nadie minimice el problema: la percepción es un elemento clave y, si la ciudadanía siente que la inseguridad es mayor es porque realmente lo es; así que los esfuerzos se tienen que multiplicar"— y subraya que la prioridad en la que, a su juicio, deben centrarse las autoridades es la creación de "instituciones sólidas" y, muy especialmente, "en la fortaleza de la capacidad de investigación".
"Los problemas de seguridad aumentan cuando la percepción social es de enorme impunidad", recalca. "Y otros países de América Latina con problemas de inseguridad similares a los que sufre México han desarrollado capacidades de investigación que, a su vez, han disminuido la impunidad". Cervantes se detiene en uno de estos casos éxito: Chile. "Allí, la policía científica o de investigación tiene una aceptación del 90% o 95%", subraya. "Lo que hace que aumenten o disminuyan los delitos de alto impacto es el grado de dignificación y que la capacitación policial". Y lanza un mensaje marcadamente optimista: "Si México ha podido crear instituciones fuertes en áreas en las que había una enorme debilidad, quiere decir que el Estado tiene una enorme capacidad para reinventarse".
La corrupción es, junto, con la inseguridad, un problema que siente una mayoría de mexicanos. Y Cervantes no esquiva las preguntas al respecto. "Pocos países tienen un sistema anticorrupción tan potente como el recientemente aprobado en México", dispara.
Relación con EE UU
Pero, en una nación en la que la corrupción es un asunto de primer orden —en menos de 72 horas un juez ha ordenado la detención del exgobernador de Veracruz Javier Duarte (del PRI) y la Interpol ha emitido una orden de busca y captura contra el ex jefe de Gobierno de Sonora Guillermo Padrés (del PAN)—, Cervantes reconoce que "quedan muchas cosas pendientes", como la revisión de las leyes de contratación pública privada —a la imagen y semejanza de la norma vigente en el sector energético, "en el que no se ven casos de corrupción pese a manejar miles de millones" de dólares—, la legislación sobre el registro público y las inmunidades parlamentarias.
A menos de tres semanas para que se celebren unas elecciones estadounidenses que se antojan más trascendentales que nunca para México, Cervantes resume sus preferencias con un nítido "espero que no gane Donald Trump" y acusa al candidato del Partido Republicano de tener un desconocimiento "brutal" sobre las vinculaciones económicas, culturales, políticas e históricas entre México y Estados Unidos. El senador del PRI, el partido del presidente Enrique Peña Nieto, confía en que "los intereses económicos de los Estados Unidos" no permitirán a Trump romper una relación "tan beneficiosa" como la existente entre México, Canadá y EE UU, que se plasma en el tratado de libre comercio vigente entre los tres países norteamericanos.
Y critica sin ambages la decisión de invitar al magnate neoyorquino a México: "Su visita a México no fue adecuada, así lo piensa la mayoría de los mexicanos". "La relación entre jefes de Estado debe ser fluida independientemente de quién gobierne y cómo lo haga; hay que ser respetuoso con el otro país y, en caso de que Trump alcanzara la presidencia, el diálogo respetuoso tendría que mantenerse. Pero lo que no debió haber pasado es Trump fuese invitado a México como candidato. No le encuentro ninguna justificación", remata Cervantes.
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