Brasil descubre su propio dinosaurio gigante
Una nueva especie de titanosaurio, encontrada en São Paulo, medía cerca de 25 metros y es el mayor ejemplar del país
Brasil también fue un mundo perdido. Un grupo de paleontólogos del Museo de Ciencias de la Tierra, en Río de Janeiro, acaba de concluir en un estudio que hubo un dinosaurio gigante en Brasil. El ejemplar, una nueva especie de titanosaurio, vivió hace aproximadamente 70 millones de años y medía cerca de 25 metros de largo y ocho de alto (el mítico tiranosaurio rex de Parque Jurásico medía cinco de alto y 13 de largo; el braquiosaurio que comía de los árboles y cuyo cuerpo recuerda más al titanosaurio, tenía unos 23 metros de longitud y 12 de alto). El descubrimiento confirma que en Brasil también habitaron dinosaurios gigantes: hasta ahora el mayor ejemplar encontrado, apodado de Dinoprata, medía apenas 13 metros.
El monumental herbívoro, del que se han encontrado varios fragmentos de vértebras cervicales y dorsales, ha sido bautizado como Austroposeidon magnificus. De cuello y cola largos, cabeza relativamente pequeña en comparación y cuerpo voluminoso, el animal vivía, según los autores del estudio, allá donde hubiera selva y ríos. Los titanosaurios, unos de los animales más grandes del planeta, fueron muy abundantes en el supercontinente conocido como Gondwana, que reunía, hace 200 millones de años, las masas continentales de América del Sur, África, India, Antártica y Australia. Otros detalles de la investigación, que ha llevado cerca de tres años, serán publicados en la revista científica Plos One
Los investigadores también han detectado anillos de crecimiento óseos intercalados con un tejido óseo más denso, una característica desconocida hasta hoy en los titanosaurios. El estudio de los anillos es muy importante porque permite determinar el crecimiento del animal, y entender la evolución del gigantismo en los dinosaurios. Esta investigación aún no es concluyente en este aspecto, pero otras sí han avanzado en el vertiginoso crecimiento de especies como el T. Rex, una bestia que crecía a un ritmo de 2,1 kilos diarios.
El Austroposeidon es la vigésimo tercera especie de dinosaurio hallada y bautizada en Brasil, la mayoría descubiertas ya a partir de los años noventa. Los hallazgos paleontológicos brasileños son modestos en comparación con Argentina, la eterna rival en materia de dinosaurios gigantes, que, a pesar de tener un territorio tres veces menor, no solo acumula más de un centenar de especies sino que descubrió en la Patagonia en 2014 el Dreadnoughtus schrani, el animal terrestre más grande conocido en el mundo, un gigante de 26 metros y más de 60 toneladas. Los especialistas achacan ese abismo entre dos países tan próximos entre ellos a la formación geológica: en Brasil son raras las rocas del Jurásico, periodo del que Argentina descubrió casi una decena de especies. Ha influido también la cultura de investigación que hay en Argentina, que describió su primer dinosaurio en 1893, 77 años antes que los brasileños (y, claro, el dinero).
Aunque el descubrimiento sea novedoso, los restos del dinosaurio llevaban almacenados 63 años. Los fósiles fueron encontrados en los años cincuenta por un agricultor durante la construcción de una gran carretera en el municipio de Presidente Prudente, a 561 kilómetros del centro de São Paulo. Uno de los principales paleontólogos de Brasil, Llewellyn Ivor Price, fue en su búsqueda y puso el hallazgo a buen recaudo, pero murió tres décadas antes de saberse de qué se trataba.
Aunque el descubrimiento sea novedoso, los restos del dinosaurio llevaban almacenados 63 años
“En Brasil falta dinero para investigaciones científicas. Fuimos priorizando otros estudios antes que este porque los recursos son muy limitados”, lamenta Alexander Kellner, uno de los investigadores. La inversión en paleontología en Brasil fue presentada como raquítica durante el anuncio del nuevo dinosaurio, pues el coste de materiales para llevar adelante el estudio, que no incluye el salario del personal ya contratado y las becas de la estudiante que colaboró, fue de apenas 10.000 reales (3.000 dólares).
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