Se recrudecen los ataques de palestinos a uniformados israelíes

Siete intentos de ataques a soldados y policías israelíes a manos de palestinos en los últimos cuatro días en Jerusalén y Cisjordania han concluido con la muerte de seis de los agresores y suponen el fin de varias semanas de una relativa calma en las que había habido un notable descenso en la ola de violencia que, prácticamente desde hace un año, forma parte del día a día de israelíes y palestinos. El agravamiento de la violencia se produce a las puertas del inicio del Año Nuevo judío.

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Uniformados israelíes han abatido este lunes a dos palestinos en el casco histórico de la ciudad de Hebrón, tras un nuevo intento de ataque contra un policía de fronteras. Uno de ellos murió en el lugar de los hechos, el otro en el hospital, según una portavoz del centro. Tenían 17 y 21 años, según las autoridades palestinas.

Horas antes, un agente de policía israelí tiroteó y dejó herido a un palestino de 20 años que supuestamente les apuñaló a él y a su compañera de patrulla, que fue hospitalizada en estado muy grave. Según la versión oficial, el joven residente en Ras el-Amud, un barrio árabe de Jerusalén Este, siguió a los dos policías desde la Puerta de Damasco hacia la Puerta de Hebrón donde se produjo el ataque.

La oleada de ataques han puesto a Israel en estado de "alerta máxima", según afirmó el domingo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por lo que los militares israelíes ya han reforzado la seguridad, especialmente en Hebrón.

La proximidad de las fiestas judías, que comienzan al atardecer del 2 de octubre con las celebraciones del Año Nuevo, hace temer un nuevo repunte en la violencia para el que, según Netanyahu, “las fuerzas de seguridad israelíes están preparadas”.

Son los últimos ataques de este nuevo capítulo de violencia que comenzó el pasado viernes en la que han muerto cinco palestinos y un jordano y han resultado heridos nueve miembros de las fuerzas de seguridad israelíes. Desde que comenzase la actual ola de violencia hace casi un año han muerto 34 israelíes, cinco extranjeros y más de 200 palestinos.

Seis palestinos y un jordano con visado

Este último episodio comenzó el viernes pasado. Nada más terminar la semana de celebraciones musulmanas del Eid el-Adha -la Fiesta del Cordero-, con Jerusalén Este abarrotado, como cada viernes, de fieles musulmanes que acudían a rezar a la mezquita de Al Aqsa, la policía de fronteras israelí abatía a, Sayid Amro, un jordano, que había logrado un visado de entrada en la Embajada israelí en Ammán para viajar a la ciudad santa. Según el portavoz de la policía, intentó agredir con dos cuchillos a un grupo de agentes israelíes de guardia en las inmediaciones de la Puerta de Damasco, en la Ciudad Vieja.

La familia del jordano muerto duda de la versión oficial y, según varios medios jordanos, asegura que Amro simplemente solicitó el visado porque quería rezar en Al Aqsa. El ministerio de Exteriores jordano permaneció en silencio hasta el día siguiente, cuando hizo público un comunicado en el que calificaba de “bárbara” la muerte de su ciudadano. A la protesta de la familia, para que se acelere la repatriación del cadáver, se sumó la rama política de los Hermanos Musulmanes en Jordania que pidió al Gobierno el cierre de la Embajada israelí en el reino hachemí.