Quieren salvar a Kansas
Cheyenne Davis y Heather Scanlon son atacadas diariamente por ser demócratas. Luchan contra un Estado que votará, en su mayoría, a Donald Trump
Para encontrar a los demócratas en el republicano Kansas hay que saber dónde están. En un edificio anexo del hotel Ramada en las afueras de la capital Topeka un viejo ascensor nos conduce hasta el cuarto piso. Ningún letrero, ningún cartel revela que aquí ha alquilado una oficina el Partido Demócrata. Desde aquí se hace difícil hacer política contra la supremacía conservadora. Una lucha casi inútil, en la que Cheyenne Davis y Heather Scanlon se mantienen en primera línea. Las dos jóvenes mujeres han crecido aquí, han estudiado aquí y aquí quieren quedarse para siempre. "Amo a Kansas", dice Cheyenne, pero: "Kansas necesita ayuda".
En 1964 fue la última vez que ganó en Kansas un candidato demócrata. Pero los tiempos de Lyndon B. Johnson han terminado. En los últimos 50 años el estado se ha hecho cada vez más republicano. Bill Clinton, Al Gore y Barack Obama no tenían aquí ninguna oportunidad. Las encuestas actuales también dejan entrever una clara victoria para Donald Trump.
Al considerar a un candidato como Trump, nos damos cuenta de que el Partido republicano cada vez es más radical: "Ha abandonado a sus votantes", dice Davis. Por eso cree que este año podría haber posibilidades: "La posición del Tea Party es demasiado extrema". Muchos republicanos tradicionales en Kansas podrían dejar de identificarse con esta posición. Davis y Scanlon intentan ahora que esta gente esté de su lado.
La propia Davis dio este paso: "Todos mis antepasados han votado a los republicanos". En 2000, cuando acompañó a su madre hasta el colegio electoral, le dijo: "Mamá, creo que tienes que votar a Al Gore". A lo que ella le respondió: "No Cheyenne, somos republicanos". Ese momento marcó a la joven mujer. Cuanto más se informaba sobre política, más cerca se sentía de los demócratas. Mientras tanto ha logrado convencer también a sus padres. Este año votarán a Hillary Clinton.
Pero en las fiestas del pueblo el panorama es diferente. Davis sufre a menudo la hostilidad de la gente, como hace poco en una fiesta de la iglesia en la que, sin pensarlo mucho, se había puesto una camiseta con el logo de los demócratas. "Oh, eres una de esos", y luego le llamó, "una ultraliberal". Tenía que defenderse todos los días. Gente que ni siquiera le conoce le echa en cara que defienda a Hillary Clinton, una comunista. O que ayude a los ilegales a votar.
"Ser demócrata en un estado republicano es muy difícil", dice Scanlon. Esto demuestra cómo de duras son estas elecciones presidenciales. "Son dos candidatos muy famosos". El debate alrededor de Trump y Clinton empañará todo lo demás. "Con nuestra política apenas tenemos posibilidades". El solo hecho de mencionar el nombre de Clinton podría ser un motivo para que la gente te dé con la puerta en la cara: "Intentamos a toda costa no hablar sobre los candidatos". Hay que ir paso a paso. Y empezar con los temas locales.
En definitiva, ¿por qué hacen esto?, Davis reflexiona durante un buen rato. Luego dice: "Luchamos por el bienestar". Scanlon asiente con la cabeza. Ya han aceptado el hecho de que también este año Kansas votará al candidato republicano. Pero en las próximas elecciones todo podría ser diferente. Por eso luchan. Fieles al lema del Estado: Ad Astra per Aspera. En español: "A través de las dificultades se llega a las estrellas".
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