Donald Trump corteja a las minorías que antes insultó
El candidato republicano modera su postura antiinmigrante ante los hispanos y apela al voto negro
“¿Qué demonios tenéis que perder?” Como gancho electoral, la pregunta puede sonar poco convincente. Pero si el que la formula es Donald Trump, el candidato republicano que rompe esquemas, puede tener hasta sentido. Sobre todo si la dirige, como en los últimos días, a dos de las comunidades que más vilipendiadas se han sentido con su inflamatoria retórica: la hispana y la afroamericana, y a las que ahora parece cortejar.
“Miren cuánto están sufriendo las comunidades afroamericanas bajo el control demócrata. A ellos, yo les digo lo siguiente: ¿Qué tienen que perder intentando algo nuevo como Trump? ¿Qué tenéis que perder?”, preguntó el candidato republicano en los pasados días. “Vivís en la pobreza, vuestras escuelas no son buenas, no tenéis trabajos, el 58 % de vuestros jóvenes está desempleado. ¿Qué demonios tenéis que perder?”, insistió en su mensaje a la comunidad negra y, también ahora, a la hispana.
El problema, según representantes de ambas comunidades, es el mensaje mismo: su retórica estereotipada no hace más que ratificar el racismo de un candidato que cuenta con el apoyo explícito de los supremacistas blancos, que ha llamado a los inmigrantes mexicanos “criminales y violadores” y que ha descalificado movimientos de activismo negro como el Black Lives Matter.
Trump “ha decidido que todos los afroamericanos somos pobres, que carecemos de educación, que estamos desempleados y que por eso tenemos que apoyarlo a él, a Trump, un hombre que ha dicho de las cosas más racistas e intolerantes en la historia electoral moderna”, denunció este martes el congresista demócrata afroamericano Gregory Meeks. A lo que se une, recordó, que Trump también lideró la campaña exigiendo el certificado de nacimiento del presidente Barack Obama y que “es el mismo Trump que ha cuestionado la capacidad de un juez por ser de origen mexicano”. Se trata del juez federal Gonzalo Curiel, hijo de emigrantes mexicanos y que tiene en sus manos una denuncia de fraude contra la Universidad Trump.
“Donald Trump es una máquina de registrar votantes, es un motor propulsor de demandantes de la ciudadanía para nuestra comunidad” que van a votar para que no gane en noviembre, ironizó el congresista demócrata e hispano Luis Gutiérrez. El demócrata de Illinois es uno de los mayores defensores de la comunidad indocumentada y afirma que tampoco se cree el nuevo discurso migratorio de Trump. Ahora el republicano niega que vaya a deportar a los 11 millones de indocumentados que hay en el país y asegura que lo único que propone, pese a haber prometido en el pasado una “fuerza deportadora”, es implementar las leyes existentes de forma “humana”.
Las suspicacias ante los esfuerzos de Trump por apelar a la comunidad afroamericana y a la hispana a estas avanzadas alturas de la campaña llegan incluso desde el bando republicano.
“Trump le ha preguntado a negros e hispanos: ¿Qué demonios tenéis que perder conmigo? Yo le contesto: Mi dignidad”, tuiteó la estratega republicana Ana Navarro.
Trump asks blacks and Hispanics, "what the hell do you have to lose by voting for me?" I answer him: "My dignity." https://t.co/nqy8qw6ayI
— Ana Navarro-Cárdenas (@ananavarro) August 23, 2016
Altos responsables afroamericanos del partido conservador han lamentado por su parte que Trump haya rechazado las invitaciones para hablar en iglesias o universidades afroamericanas, así como en la principal organización negra del país, la NAACP.
El expresidente del Comité Nacional Republicano Michael Steele es afroamericano y dice que votará por Trump. Aun así, reconoció a The Wall Street Journal su molestia por el hecho de que Trump eligiera comunidades de mayoría blanca —como muestran las imágenes de sus mítines— como escenario de sus llamamientos al electorado blanco e hispano.
“No puedes ir a una comunidad blanca a hablar sobre negros. No tiene sentido”, señaló. ¿O sí? La teoría de no pocos observadores es que, con este giro en su campaña, Trump no intenta ganarse el voto de unas comunidades que históricamente han votado demócrata y que encuesta tras encuesta demuestran su distanciamiento del nuevo candidato republicano. Según analistas como el columnista de The Washington Post Eugene Robinson, que es afroamericano, el objetivo real es un electorado tan blanco como Trump, pero más moderado que sus seguidores más acérrimos. “Debe estar intentando atraer a los votantes blancos que se dicen que no pueden votar por él por el tono racista de su campaña”, señala en su último artículo.
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