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Linchamiento en tiempo real

Tres encuestadores fueron golpeados al sur de México tras ser confundidos con ladrones

Luis Pablo Beauregard
Dos de los encuestadores linchados en Centla, Tabasco.
Dos de los encuestadores linchados en Centla, Tabasco.Twitter

Eran las ocho de la noche del lunes y Emmileine Andrade y Joshua Villarreal apuraban los últimos minutos de una larga jornada. Los empleados de Simo Consulting, una encuesta de estudios de opinión, finalizaban unos cuestionarios en la comunidad de Ignacio Zaragoza, en Centla (sureste de México). La consultora había sido contratada por el Gobierno del Estado de Tabasco para recabar sondeos sobre pobreza, la satisfacción con los servicios públicos y los principales problemas del municipio de 110.000 habitantes. Los encuestadores no previeron que las preguntas abrirían la puerta a una pesadilla.

La situación escaló en solo 40 minutos. Los encuestadores llamaron a la Ciudad de México para avisar a su empresa que personas de la comunidad los acusaban de ser ladrones. El reclamo de los habitantes de Ignacio Zaragoza fue subiendo de tono. Los pobladores querían saber a quien habían pedido permiso para levantar las encuestas. Les llamaba la atención un hombre que los vigilaba desde un automóvil. Esa persona era Rogelio Ronzón, que viajaba en coche supervisando a los empleados de Simo Consulting en Zaragoza y a otros dos, Rosa Barradas y Francisco Arias, que hacían lo mismo en la colonia aledaña Lázaro Cárdenas. A las 21.37 la empresa perdió la comunicación con sus trabajadores.

“Los encuestadores iban identificados con credenciales y se habían presentado desde la mañana con la policía municipal”, explica a EL PAÍS Édgar Valle, uno de los socios fundadores de la compañía. Eso importó poco a los pobladores, que comenzaron a golpear a los trabajadores. Cuando Rogelio Ronzón intervino se llevó la peor parte. Nada tranquilizaba a la turba, que llevó a los sospechosos ante una víctima de un robo reciente para que fueran identificados. “Esta persona dijo que no eran ellos los ladrones. Aún así, ni las autoridades ni los delegados del municipio frenaron el linchamiento”, dice Valle.

La policía local intentó llevarse a los encuestadores. Los pobladores, hasta 600 según algunas versiones, lo impidieron. Para evitarlo voltearon una patrulla donde había sido esposado Ronzón. La justicia psicótica del pueblo se alimentaba en directo con las redes sociales. “Los medios locales, de manera irresponsable, decían que eran delincuentes sin haber consultado sus fuentes”, asegura Valle. De esta forma, los habitantes de Ignacio Zaragoza formaban un círculo alrededor de los encuestadores. En sus manos, en los mismos teléfonos que usaban para fotografiar el linchamiento, también leían noticias no confirmadas que aseguraban que tres delincuentes habían sido capturados en Centla.

La paranoia viajó hasta la colonia Lázaro Cárdenas, donde otros dos empleados de Simo Consulting trabajaban. A diferencia de lo ocurrido en Zaragoza, el delegado municipal protegió a Rosa Barradas y Francisco Arias en una casa. Fuera del edificio la gente comenzaba a reunirse con sed de mal. Habían escuchado que cerca de ahí unos delincuentes se habían hecho pasar por encuestadores.

Los teléfonos de Simo en la Ciudad de México ardían. Los habitantes de Zaragoza llamaban a los números escritos en las credenciales de identificación. Algunos trataban de extorsionar a los empleadores exigiendo dinero a cambio de los capturados. Otros solicitaban a los jefes de los detenidos presentarse inmediatamente en la comunidad, a 800 kilómetros de la capital mexicana. El tiempo iba en contra de los encuestadores, que se protegían de los golpes en el piso. Habían sido rociados de gasolina a la espera de la chispa que habría acabado con sus vidas.

El Gobierno de Tabasco coordinó un operativo especial para sacar a las víctimas de la comunidad. Emmileine y Joshua pudieron escapar, pero fue necesaria la intervención del Ejército, la Armada y la Policía estatal para salvar la vida de Rozón. El martes, el secretario de Gobierno del Estado, Gustavo Rodríguez lamentó los hechos y prometió castigar a los autores materiales e intelectuales del linchamiento.

Hasta la tarde de este martes, Rozón continuaba en el hospital reponiéndose de los golpes recibidos. Los doctores calificaron su situación de grave. Andrade también había estado en observación porque los médicos temen que las numerosas patadas sobre el abdomen hayan desencadenado una apendicitis.

No es la primera ocasión en que encuestadores son linchados en México. En octubre del año pasado los hermanos José Abraham y Rey David Copado fueron linchados hasta la muerte en Ajalpan, Puebla. La situación de este lunes por la noche demuestra la vulnerabilidad del gremio. “En la mayoría de los casos suele haber aquiescencia de las autoridades locales”, denuncia Valle.

Tabasco es un Estado petrolero. La caída de los precios del hidrocarburo ha sumido a esta entidad en una profunda crisis económica y social. Los delitos comunes han aumentado a lo largo de 2016. En junio se presentaron cerca de 1.000 denuncias más por robos que las documentadas en enero. El delito de robos con violencia pasó de 721 averiguaciones previas a 962. La sed de justicia está en las calles.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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