_
_
_
_

“El Tour debe seguir”

Francia se negó a suspender su carrera ciclista, que concentra diariamente a cientos de miles de aficionados en las cunetas

Carlos Arribas
Un empleado del Tour porta un brazalete de duelo en la saluida de la carrera.
Un empleado del Tour porta un brazalete de duelo en la saluida de la carrera.JEAN-PAUL PELISSIER (REUTERS)

El Paseo de los Ingleses en Niza, su lado playa, su lado ciudad, y el Negresco y el Casino en una punta, es uno de los nombres más importante en el imaginario de millones de aficionados al ciclismo de todo el mundo, el lugar en el que todos los años, a mediados de marzo, se disputa el sprint que cierra la París-Niza, una de las carreras más señaladas del calendario mundial. La carnicería del 14 de julio en sus aceras golpeó así, simbólicamente, al corazón del Tour, la gran fiesta del ciclismo y un asunto de Estado en Francia. Su suspensión, una decisión que sopesó la organización la noche del jueves por respeto a las víctimas y por motivos de seguridad, habría sido una noticia histórica que finalmente no se produjo.

Más información
Atentado en Niza, en directo
Así abatió la policía al autor del atentado
Las portadas internacionales tras el atentado de Niza
El autor del ataque de Niza nació en Túnez y estaba en trámite de divorcio

El viernes por la mañana, después de un minuto de silencio en un Village de salida del Tour excepcionalmente apagado, sin la música ni las animaciones habituales, el director del Tour, Christian Prudhomme, un brazalete negro en la manga derecha, se subió al estrado con un micrófono y habló fuerte y claro: “El Tour es el mayor acontecimiento festivo de Francia, y aunque estemos hoy en duelo por la tragedia de Niza, el Tour seguirá. Ni nada ni nadie nos podrá impedir que disfrutemos con lo que amamos”. Desde el corazón de Provenza luminosa, a 300 kilómetros al noroeste de Niza, junto al Ródano caudaloso agitado por un mistral violento, la carrera partió minutos después.

Antes de tomar la decisión de no suspender la etapa, el Tour solicitó permiso al Eliseo, sede de la presidencia de la República, y a Matignon, donde reside el primer ministro, Manuel Valls, por si el estado de emergencia y las posibles amenazas contra uno de los símbolos de Francia más reconocidos en el mundo aconsejaban no celebrar la contrarreloj del día. “Su respuesta fue unánime: el Tour debe seguir”, dijo Prudhomme, quien se reunió también con los prefectos de la zona para coordinar mayores medidas de seguridad. Como sucedió con la Eurocopa en junio, el estado francés había considerado al Tour, por su poder de atracción de multitudes –cientos de miles de personas llenan las cunetas de sus carreteras todos los días—un posible objetivo terrorista. La edición de este año se ha desarrollado con medidas de seguridad inéditas que afectan a los miles de vehículos y de personas acreditadas que trabajan diariamente en la carrera. En las salidas y en las metas ha habido controles y registros y vigilan más de 23.000 policías, incluidas unidades antiterroristas que vigilan cruces y rotondas vestidos con chalecos antibalas.

Igual que el Tour, cientos de actividades festivas en todos los rincones de Francia han seguido celebrándose en el fin de semana más agitado del verano galo, salvo los fuegos artificiales de Marsella, que fueron suspendidos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_