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Obama ralentiza la retirada de Afganistán y mantendrá 8.400 militares

La decisión de mantener más tropas se conoce antes de la cumbre de la OTAN en Polonia

El presidente Barack Obama y su secretario de Defensa, Ashton CarterFoto: reuters_live

La situación de inseguridad persistente en Afganistán ha obligado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a volver a revisar sus planes de retirada de un conflicto al que querría haber puesto fin antes del término de su mandato. No será así. Según ha anunciado este miércoles, la retirada gradual de tropas será ralentizada una vez más y, hasta enero de 2017, cuando concluya su presidencia, permanecerán sobre el terreno unos 8.400 militares, en vez de los 5.500 previstos en su última revisión de los planes, hace un año.

Actualmente hay 9.800 fuerzas estadounidenses en Afganistán, centradas en dos tareas: el asesoramiento y entrenamiento de las fuerzas de seguridad afganas y el apoyo a estas en misiones antiterroristas. Esas tareas no cambiarán, pero sí el número de efectivos destinados a cumplirlas.

“En vez de reducir a 5.500 el número de militares para finales de este año, EE UU mantendrá unos 8.400 soldados hasta el fin de mi mandato”, dijo Obama en una comparecencia desde la Casa Blanca, en la que estuvo acompañado por su secretario de Defensa, Ash Carter, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford.

Este “ajuste adicional”, indicó, permitirá “continuar proporcionando apoyo para que las fuerzas afganas sigan mejorando” y puedan asumir de forma definitiva en el futuro la defensa de su seguridad, tarea que llevan liderando desde hace dos años, pero sin ser aún “tan fuertes como deben ser” para enfrentar las amenazas de los talibanes, Al Qaeda y otros grupos terroristas que se expanden en el país, como el Estado Islámico (ISIS).

"No podemos olvidar lo que está en juego en Afganistán”, subrayó Obama. “Este es el sitio donde Al Qaeda está intentando reagruparse. Es donde el ISIS sigue intentando expandir su presencia. Si esos terroristas logran recuperar áreas y campamentos donde entrenarse y confabularse, intentarán más ataques contra nosotros. Y no podemos permitirlo”.

Para Michael Kugelman, especialista en Afganistán del laboratorio de ideas Wilson Center en Washington, la permanencia de tropas estadounidenses no servirá para estabilizar Afganistán. “100.000 soldados no lo consiguieron hace varios años, así que 8.400 tampoco van a estabilizar el país ahora”, señaló. Aun así, continuó en declaraciones a este periódico, la decisión de Obama sí podría constituir un importante “estímulo psicológico” entre unas tropas y población afganas muy desalentadas por la persistencia de la violencia cuando está a punto de cumplirse 15 años del inicio de la guerra. “Existe una creciente preocupación por que EE UU pueda abandonar Afganistán, así que esta decisión será buena para la moral de las tropas afganas y un alivio también para los preocupados responsables políticos” del país, consideró.

 De hecho, el presidente afgano, Ashraf Ghani, se apresuró a saludar la decisión de Washington, que valoró como una muestra de la “continuada alianza entre las dos naciones para lograr los intereses comunes”, dijo en un mensaje desde Twitter.

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No es la primera vez que Obama se ve obligado a modificar sus planes de retirada de Afganistán. La última vez fue en octubre, cuando decidió mantener hasta finales de este año los 9.800 militares estacionados y reducir su cifra, a finales de 2016 o principios de 2017, a 5.500, en vez de dejar apenas una fuerza de mil soldados, como preveía inicialmente.

Tanto en aquella ocasión como ahora, el presidente estadounidense citó la difícil situación de seguridad en Afganistán como la razón para el cambio de planes. Estados Unidos mató en mayo al líder de los talibanes, el clérigo Akhtar Mansur, en un bombardeo. Además, los principales centros poblacionales y rutas de tránsito afganas están bajo control de las fuerzas de seguridad del país, tal como recalcó este miércoles el presidente estadounidense. Aun así, reconoció también que la situación de seguridad sigue siendo “precaria”. Los talibanes controlan hoy en día más territorio que en ningún otro momento desde el inicio de la invasión internacional liderada por EE UU a finales de 2001, apuntó Reuters, citando recientes estimaciones de la ONU.

Según Obama, la nueva ralentización de la retirada de efectivos también le facilitará a su sucesor —o sucesora— en la Casa Blanca la toma de decisiones respecto de la presencia estadounidense en Afganistán, puesto que se trata de un conflicto que, advirtió, está lejos aún de finalizar.

“Mi decisión garantiza que mi sucesor tendrá una base sólida para continuar los avances en Afganistán, así como la flexibilidad para enfrentar la amenaza del terrorismo a medida que esta evoluciona”, señaló.

La cifra de militares que permanecerán en Afganistán al menos hasta finales de enero de 2017 fue decidida teniendo en cuenta las recomendaciones del nuevo máximo jefe de las tropas internacionales en Afganistán, el general estadounidense John Nicholson, explicó Obama. El presidente también consultó a otros altos mandos militares, congresistas, a su propio equipo de seguridad nacional, los aliados internacionales y el Gobierno afgano, agregó.

El momento elegido por Obama para anunciar su revisión de los planes afganos no es casual. Se produce en vísperas de la participación del mandatario estadounidense en la Cumbre de la OTAN en Polonia, en la primera parte de un nuevo viaje a Europa que también le llevará a España.

Obama calificó la cita polaca de la Alianza Atlántica como una “oportunidad para que los aliados y socios de la OTAN reafirmen sus compromisos” con Afganistán, en una clara señal de que espera que también otros países den un paso al frente y, eventualmente, también revisen sus planes en el país.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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