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Turquía intenta sobrevivir tras un ‘año de plomo’

El último atentado conmociona a los turcos, habituados tras una ola de ataques

Juan Carlos Sanz
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reza en el aeropuerto de Estambul por las víctimas del atentado
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reza en el aeropuerto de Estambul por las víctimas del atentadoMURAT CETIN MUHURDAR (AFP)

Esta vez no ha habido mensajes del tipo “je suis Estambul”. El desasosiego ha marcado la reacción de los turcos tras el atentado en la terminal internacional del aeropuerto Atatürk de Estambul. “Turquía ha sufrido una oleada de ataques en el curso del último año que muestran con claridad que la actuación de sus servicios de seguridad e inteligencia no ha sido suficiente para responder a las amenazas que afronta el país”, reconoce Doruk Ergun, analista de seguridad en el Centro de Estudios Económicos y de Política Exterior de Estambul.

“Los servicios de la lucha antiterrorista tienen que reforzar su coordinación y comunicación interna y mejorar la cooperación con las agencias occidentales”, advierte el analista Ergun. “La lucha contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y otros grupos terroristas, como los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), consume grandes recursos de las fuerzas de seguridad, pero esa no necesariamente la única razón por la que el ISIS ha podido cometer sus últimos ataques. Estas organizaciones aprenden unas de otras y se han curtido en los campos de batalla de Siria”, subraya. “Turquía aún no ha desarrollado un análisis estratégico sobre la amenaza que representan estos grupos terroristas”, concluye

En un momento en el que el ISIS pierde terreno tanto en Irak como en Siria, Turquía ha sufrido un duro golpe terrorista en el principal símbolo de su implicación en un mundo globalizado: el aeropuerto internacional Atatürk de Estambul, por donde pasan cada día más de 150.000 viajeros. En la noche del martes tres terroristas suicidas causaron la muerte de 45 personas y dejaron heridas a más de 200, entre ellas 20 en estado crítico.

Con esta acción de terror espectacular culmina una campaña de atentados que, aunque no ha sido asumidos por el Estado Islámico, están marcados con su sello (el último guarda gran similitud con el cometido en marzo en el aeropuerto de Bruselas). Los ataques han sacudido la región kurda y su capital, Diyarbakir; las provincias próximas a la frontera de Siria, como Gaziantep; la capital del país, Ankara, y centros turísticos de Estambul, como la calle comercial de Istiklal o la plaza histórica de Sultanahmet.

El miedo golpea además a la emergente economía turca en su lado más sensible: el del turismo, que representa cerca del 5% el PIB y genera muchos puestos de trabajo, pero que sobre todo inyecta divisas para reequilibrar la balanza de pagos en el exterior. El número de visitantes a Turquía ha caído ya un 35% respecto al año anterior, y se teme que la cifra de viajeros se desplome a menos de la mitad al final de año.

El terror se ha infiltrado en Turquía, donde unos 3.000 ciudadanos se han sumado a las filas del yihadismo en Irak y Siria y otras 4.000 combaten en las filas de las guerrillas kurdas en ambos países vecinos. Una encuesta elaborada por el Centro de Investigación Pew el pasado noviembre en varios países de islámicos reflejaba el respaldo potencial con el que cuenta el Estado Islámico en Turquía. Un 8% de los consultados se mostraban favorables al ISIS, mientras que un 19% aseguraba no tener una opinión formada sobre el grupo yihadista.

Se trata de un terreno fértil para captar simpatizantes del califato, que los servicios de Inteligencia turcos cifran en unas 25.000 personas, según la información manejada por el columnista Mustafá Akyiol en Hurriyet. Durante los cinco primeros mese de este año la policía turca ha practicado cerca millar de detenciones de sospechoso de pertenecer al ISIS.

Con el segundo mayor Ejército de la OTAN, ingentes fuerzas policiales y servicios de información todopoderosos, Turquía tiene que lidiar además con el conflicto entre los nacionalistas kurdos y el Estado, que se ha recrudecido en el sureste de Anatolia, provocando más de 1.500 muertos. “Eso sin contar con los ataques mutuos entre kurdos y yihadistas, y con una nebulosa de grupos radicales de extrema izquierda que atentan ocasionalmente”, advierte Nihat Özcan, columnista del diario Milliyet y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Económica y Tecnológica de Ankara. "El Daesh parece haber descubierto cuál es el punto débil de Turquía y golpea ahora sin cesar".

12 meses de terror y bombas en las ciudades

28 de junio. Tres atacantes suicidas atentan en el aeropuerto Atatürk de Estambul. Causan 45 muertos y unos 230 heridos. Ataque en el aeropuerto Ataturk de Estambul, un atentado atribuido en principio al ISIS.

7 de junio. Un coche bomba activado por control remoto mata a 11 personas, entre ellas siete policías, en el centro de Estambul. El grupo Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK) lo reivindica el atentado.

1 de mayo. Coche bomba en Gaziantep, capital de la provincia homónima en zona fronteriza con Siria. Dos policías muertos y 20 heridos. Atribuido al ISIS.

23 de marzo. Un ataque suicida deja cuatro muertos y 36 heridos por un atacante suicida que se hace explotar en la calle Istiklal, en un distrito comercial de Estambul. Se acusa al ISIS.

19 de marzo. Atentado del TAK de nuevo el 19 de marzo en el centro de Ankara, con 37 muertos y 125 heridos.

17 de febrero. Un coche bomba en el distrito administrativo de Ankara causa 30 muertos, incluido el suicida que conducía el vehículo. Autoría del TAK.

12 enero de 2016. Un atacante suicida detona su carga explosiva en la plaza del centro turístico de Estambul, donde se encontraban grupos de turistas. Doce muertos de origen alemán y 15 heridos, casi todos extranjeros.

10 de octubre de 2015. Dos explosiones en Ankara en una manifestación izquierdista y prokurda matan a 102 personas y hieren a 245 resultan heridas. Atribuido al ISIS.

20 de julio. Un atacante suicida mata en la ciudad fronteriza con Siria de Suruç, en la frontera con Siria, a 33 jóvenes activistas prokurdos y hiere a cerca de 100. Se atribuye al ISIS.

5 de junio de 2015. Atentado en un mitin del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, prokurdo) en Diyarbakir. Cuatro muertos y 153 heridos. Las pistas apuntan hacia el ISIS.


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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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