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Obama visitará finalmente España a seis meses de dejar la Casa Blanca

El presidente de Estados Unidos se reunirá con Rajoy y con el Rey

Barack Obama sale del avión presidencial el pasado 3 de junio. FOTO: AP | VÍDEO: ATLASFoto: atlas

Tras años de aplazamientos, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, viajará finalmente a España. La visita, la primera durante su presidencia y de un presidente estadounidense desde hace 15 años, se desarrollará entre 9 y 11 de julio, después de asistir a la cumbre de la OTAN en Varsovia (Polonia). Obama tiene previsto reunirse con el rey Felipe VI y con Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, y realizar una visita privada a Sevilla, así como participar en un acto en una de las dos bases con presencia militar estadounidense: Rota (Cádiz) o Morón de la Frontera (Sevilla). Obama vendrá a España a solo seis meses de abandonar la Casa Blanca, en enero de 2017.

El secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest, explicó en un comunicado que el viaje “subrayará la cooperación robusta en seguridad, la sólida relación política y económica, y los vínculos duraderos entre pueblos”. La Casa Blanca no cita por su nombre al presidente en funciones. En cambio, el comunicado del Ministerio español de Asuntos Exteriores sí menciona a Rajoy. También explica que la visita responde a una invitación del Rey.

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Obama llegará a España procedente de Varsovia (Polonia) el sábado 9 de julio y dormirá esa noche en Sevilla. Al día siguiente está previsto que realice una visita privada a la capital andaluza y que participe en un acto en una de las dos bases con presencia militar estadounidense en España: Rota (Cádiz) o Morón de la Frontera (Sevilla).

El viaje a España era una de las tareas pendientes de Obama antes de abandonar la Casa Blanca el próximo 20 de enero. En abril, habló sobre esta posibilidad con el ministro José Manuel García-Margallo, quien acudió a la cumbre sobre Seguridad Nuclear en Washington. El jefe de la diplomacia española reconoció entonces que el hecho de que no hubiese un Gobierno con plenos poderes en España podía desaconsejar esa fecha, pero finalmente Obama ha decidido aprovechar la oportunidad, ya que probablemente no se le presente otra.

Guerra de Irak

Será un encuentro entre un presidente español en funciones —las elecciones legislativas se celebrarán en España el 26 de junio y las nuevas Cortes no se constituirán hasta el 19 de julio— y un presidente de Estados Unidos en tiempo de descuento. Una victoria de Hillary Clinton, probable candidata demócrata a las presidenciales de noviembre, daría continuidad a la relación con España; mientras que un triunfo del republicano Donald Trump podría alterarla profundamente. Trump ha amenazado con retirar la ayuda de EE UU a sus aliados si no pagan más por su defensa.

Pese a ello, fuentes diplomáticas españolas han subrayado que la visita de Obama “reviste gran importancia para España, pues supondrá un balance muy positivo para los últimos años de relaciones bilaterales y un espaldarazo a estas de cara a los próximos años”. Las mismas fuentes aseguraron que “la relación con EE UU había sufrido un deterioro nunca visto antes debido a las decisiones del anterior Gobierno español [de José Luis Rodríguez Zapatero], especialmente la de retirarse de la guerra de Irak. El Gobierno [de Rajoy] ha hecho un gran esfuerzo para restablecer esta relación”, agregaron.

El hecho de que Obama se marchara de la Casa Blanca sin haber visitado España constituía una anomalía histórica ya que, desde Richard Nixon, lo hicieron todos los presidentes; el último de ellos, George W. Bush, en junio de 2001. Que Obama rompiera esta tradición transmitía una imagen de mala relación con España que no se correspondía con la realidad. Finalmente, se ha querido subsanar este déficit, aunque fuera in extremis.

"Dado que Obama está a punto de cumplir ocho años en la Casa Blanca, resultaba muy extraño que no hubiese venido a Madrid, sobre todo si tenemos en cuenta que Don Felipe y Doña Letizia ya visitaron Washington en septiembre de 2015, siendo la capital norteamericana uno de sus primeros destinos como Reyes de España", dice en un correo electrónico Charles Powell, director del Real Instituto Elcano, y autor de El amigo americano. España y Estados Unidos: de la dictadura a la democracia. "Por otro lado, el gobierno de Rajoy ha hecho todo lo posible por responder favorablemente a las peticiones norteamericanas relativas a las bases de Morón y Rota, dando lugar a una cierta remilitarización de la relación bilateral, lo cual merecía algún tipo de reconocimiento por parte de Estados Unidos".

El embajador de EE UU en Madrid, James Costos, se felicitó del anuncio en un comunicado en el que destacaba que “España es ahora el noveno país inversor en EE UU, con una inversión directa de casi 60.000 millones de dólares, y filiales de empresas españolas dan empleo a 81.000 trabajadores estadounidenses en una amplia gama de sectores como la banca, las energías renovables, la construcción de infraestructuras o la industria alimentaria”.

Aunque aún no se ha hecho público el programa de la visita, fuentes de la Embajada estadounidenses en Madrid recordaron que es costumbre de su diplomacia mantener contactos con líderes de la oposición durante sus viajes al extranjero y así lo hizo el secretario de Estado John Kerry, quien se entrevistó con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, durante su visita a Madrid en octubre de 2015. La posibilidad de que el mapa político español pueda haber cambiado para esa fecha impide anticipar qué contactos podría mantener Obama con representantes de fuerzas políticas diferentes al PP.

Mapa sentimental

Desde que llegó a la Casa Blanca en 2009 el actual presidente estadounidense ha visitado 13 países europeos en una treintena de viajes. En septiembre pasado, durante una comparecencia ante la prensa junto a Felipe VI en el Despacho Oval de la Casa Blanca, Obama expresó su deseo de viajar a España antes del final del mandato, una promesa que por fin cumplirá.

España, sin ser una prioridad geopolítica para Obama, siempre ha ocupado un lugar en su mapa sentimental. La visitó en 1988, cuando tenía 26 años y era un mochilero que descubría el mundo buscando su identidad. En sus memorias Sueños de mi padre, publicadas en 1995, recuerda que, en un viaje en autobús entre Madrid y Barcelona, conoció a un temporero senegalés. “Solo era otro hombre hambriento lejos de su casa, uno de los numerosos hijos de las viejas colonias”, escribió. “Y, sin embargo, cuando caminábamos hacia La Rambla, sentí que lo conocía mejor que nadie; que, aunque viniésemos de partes opuestas del mundo, de alguna manera hacíamos el mismo viaje”.

Encuentro con las tropas estadounidenses

Aunque España se esfuerza en subrayar la pujanza de sus relaciones económicas o culturales con EE UU, desde Washington se sigue mirando prioritariamente a Madrid como un socio en materia de seguridad. Al contrario que en otros países europeos, donde la presencia militar estadounidense se ha reducido en los últimos años, el papel de España no ha hecho más que acrecentarse. La importancia de España en el dispositivo del Pentágono se visualizará durante la visita de Obama, según las fuentes consultadas, con un acto en una de las dos bases españolas donde hay tropas de su país: Rota (Cádiz) o Morón de la Frontera (Sevilla).

En la base gaditana están desplegados cuatro destructores de la clase Arleigh Burke, que integran el componente naval del escudo antimisiles de la OTAN, con un total de 1.200 marineros, a los que hay que sumar otros 1.800 familiares y personal civil. El primer destructor llegó a Rota en febrero de 2014 y el último, el USS Carney, en septiembre de 2015.

Por su parte, la base sevillana alberga la Fuerza de Respuesta de Crisis del Cuerpo de Marines, preparada para intervenir en África y el Mediterráneo, con una presencia permanente de 2.200 militares y 500 civiles, así como 26 aeronaves. El despliegue en Rota fue pactado al final de su mandato por el expresidente Rodríguez Zapatero, mientras que el de Morón fue acordado por Rajoy, siempre con apoyo del PP y PSOE.

Durante la visita de Kerry, en octubre de 2015, se pactó la retirada a EE UU de la tierra contaminada por el accidente nuclear de Palomares, en 1966. Ese acuerdo jurídicamente vinculante debería firmarse antes de enero de 2017, cuando Obama deje la Casa Blanca.

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