Muere el escritor colombiano Fernando Soto Aparicio

En la mañana de este lunes murió el escritor colombiano Fernando Soto Aparicio (Boyacá, 1933). Su narrativa tuvo como inspiración, principalmente, los conflictos sociales e históricos que han marcado a Colombia. La rebelión de las ratas fue una de sus máximas obras, con la que logró reflejar las luchas sociales que se vivían en los años sesenta en el país y que le significó en 1962 el premio Selecciones Lengua Española.

Desde 1950 cuando publicó su primera novela, Voces en silencio, su presencia en la literatura colombiana fue imparable. Sus escritos fueron durante varias décadas lecturas obligadas en las escuelas y su nombre también permaneció varios años como uno de los máximos catedráticos. Soto Aparicio, que murió tras un cáncer que padecía desde hace varios años, escribió al menos 60 libros, muchos de estos reconocidos internacionalmente.

Con Los bienaventurados recibió el Premio Nova Navis, España (1969) y Viva el ejército se llevó el Premio Casa de las Américas, La Habana (1970). Otras de las obras que marcaron su narrativa fueron Mientras llueve (1966), Viajes al pasado (1970), Puerto Silencio (1974) y Camino que anda (1980). Historias que aún tienen vigencia en la literatura nacional debido a que narran el mundo que le ha tocado vivir a muchos colombianos y que, decía él, está marcado por la injusticia.

Su firma también fue importante en los medios de comunicación. Escribió artículos de opinión en diarios nacionales y estuvo detrás de guiones para televisión. Como poeta, dramaturgo, novelista y guionista, Soto Aparicio marcó a varias generaciones de colombianos. Bitácora de un agonizante fue su último trabajo literario. En él, a través de poemas, narró cómo era vivir con su enfermedad.

El escritor, que a los nueve años de edad prefería visitar la biblioteca de su padre que jugar con los niños de su edad, aseguraba que Los Miserables de Victor Hugo fue el libro que lo marcó y que lo convirtió en escritor.

En una de sus recientes apariciones en público, afirmó que el mejor camino para llegar a la paz era el de la educación. "Hay que construir la paz entre todos". Hoy muchos recuerdan esa frase y la que solía decir cuando le preguntaban por sus obras. “Un libro no nace de la inspiración, sino de la disciplina”, aseguraba. Y él, fue uno de los más disciplinados de la literatura colombiana.

“Soy un hombre disciplinado para el trabajo. Para mí, la página en blanco es una invitación a una fiesta. Nunca tuve temor frente a la página en blanco”, dijo recientemente en una entrevista al diario nacional ELTIEMPO.