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Hallada la cabeza de un mafioso frente a un bar de Ámsterdam

La víctima estaba supuestamente vinculada a la mafia marroquí de la ciudad

Isabel Ferrer
La policía investiga el lugar donde se han localizado una cabeza humana en el distrito de Amstelveenseweg en Amsterdam.
La policía investiga el lugar donde se han localizado una cabeza humana en el distrito de Amstelveenseweg en Amsterdam.REMKO DE WAAL (EFE)

La cabeza de un hombre de 23 años vinculado con la mafia marroquí de Ámsterdam e identificado como Nabil Amzieb ha sido hallada este miércoles en la capital holandesa en un cubo azul depositado en los alrededores de un bar de la capital holandesa. El hallazgo marca un sangriento punto de inflexión en la guerra desatada desde hace meses entre bandas mafiosas. El joven, holandés de origen marroquí, estaba fichado por la policía. Su cabeza ha sido hallada por un transeúnte frente al bar Fayrouz Lounge, donde se fuma en pipa. El local acaba de ser clausurado por el Ayuntamiento. El resto del cuerpo de la víctima había aparecido el martes en el interior de un coche calcinado.

Los agentes consideran que se trata de un aviso entre grupos rivales de lo que la policía denomina Mocro Mafia (algo así como mafia marroquí). Los grupos operan sobre todo en Ámsterdam y se disputan el liderazgo del tráfico de drogas y de armas. En 2015, la policía confiscó cerca de 400 piezas de armamento de diverso calibre, 82 más que en 2014. También cerró una treintena de enclaves donde solían reunirse los presuntos gánsters. Según los investigadores, Fayrouz Lounge se había convertido en una tapadera para los delincuentes, y uno de los más prominentes, Mohamed El Mayouri, fue acribillado a tiros al salir de allí en 2014. El hombre, de 30 años, debía declarar en el juicio por el asesinato de otro colega.

La guerra interna se remonta al conflicto desatado en 2012 entre diferentes facciones por hacerse con un cargamento de cocaína depositado en el puerto de Amberes. En diciembre de 2014, la lista de muertos superaba la quincena. Además de jóvenes holandeses de ascendencia marroquí, integran los grupos ciudadanos de origen antillano y turco y varones autóctonos.

Hasta hace dos años, del asesinato a sangre fría entre clanes se había pasado al tiroteo en plena calle. A partir de ese momento, aparecieron fusiles Kaláshnikov y bombas incendiarias en las peleas. Amzieb, que no estaba considerado como una figura importante en este ambiente, sí conocía a cuatro hombres encarcelados por haber preparado un asesinato en 2013. Había sido operario de una inmobiliaria y se encargaba de las tareas de montaje de pisos. El periodista Marijn Schrijver, autor de un libro sobre la Mocro Mafia, señala que nadie está seguro en el seno de las mafias. “Hace pocos meses murió también violentamente una madre delante de sus hijos, así que no quiero especular. Pero este conflicto no tiene visos de concluir. El problema es que la posibilidad de caer en estas redes acecha a los adolescentes marroquíes en los barrios deprimidos”, ha declarado al rotativo De Volkskrant.

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