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OBITUARIO

Ramón Castro, el hermano mayor de Fidel y Raúl

Tuvo un papel secundario en la revolución cubana y no ocupó cargos políticos relevantes

Ramon Castro, hermano mayor de Fidel y Raúl, en 2006 en La Habana.
Ramon Castro, hermano mayor de Fidel y Raúl, en 2006 en La Habana.Claudia Daut (REUTERS)

Muchas veces los confundían, pues su parecido físico con el líder de la revolución cubana era asombroso. Pero Ramón Castro, más conocido por Mongo, era mayor que Fidel y también que el actual presidente de Cuba, Raúl Castro. Ramón, fallecido el martes a los 91 años de edad, era el guajiro de la familia, el más apegado a la finca de sus padres y al sector agrícola, al que estuvo siempre vinculado desde diversos puestos, incluido el de asesor ministerial y como responsable de empresas agropecuarias varias. Mongo Castro era dicharachero y cercano, solía lucir un sombrero vaquero y, a diferencia de Fidel y Raúl, no ocupó un papel político principal durante la insurrección ni en la revolución castrista, aunque estuvo en la cárcel en 1953 y durante la guerra de guerrillas suministró armas y víveres a los alzados en Sierra Maestra.

Ramón Castro nació el 14 de octubre de 1924 en el pequeño pueblo oriental de Birán, antigua provincia cubana de Holguín. Era el segundo de los siete hijos del matrimonio que formaron el inmigrante gallego Ángel Castro y la cubana Lina Ruz —Ángela, fallecida en 2012, era la mayor, el tercero era Fidel y después venían Juanita, Emma, Raúl y Agustina—. De su infancia, en un libro publicado hace años, recordaba Fidel Castro lo unido que estaba a Mongo. “Ramón siempre andaba conmigo, estábamos asociados en todo tipo de aventuras, casi como si fuéramos mellizos. Éramos más o menos contemporáneos, aunque él era un poco mayor que yo. Hacíamos travesuras en la escuela, juntos en lo bueno y en lo malo...”. Los tres varones de la familia fueron enviados a estudiar en escuelas católicas en Santiago de Cuba (en los Hermanos Maristas y con los Jesuitas), pero mientras Raúl y Fidel viajaron a La Habana para realizar estudios y se involucraron en la lucha contra Batista, Ramón regresó a Birán y se dedicó a ayudar a su padre en el manejo de la hacienda, que llegó a tener más de 1.000 hectáreas y a suministrar caña a compañías azucareras norteamericanas.

Más información
Ramón Castro, Fidel’s rancher brother, dies at 91

Tras el asalto al cuartel Moncada, acción que marcó el inicio de la lucha armada contra la dictadura batistiana, Ramón fue detenido, aunque él no estaba implicado directamente en la sublevación. “Ramón colaboró algo en lo del Moncada —pero no en la lucha por el socialismo…—. Él no sabía lo que íbamos a hacer, pero yo sí le di a entender que estábamos en actividades revolucionarias contra Batista, y él era antibatistiano”, señaló Fidel en el libro de memorias Guerrillero del tiempo.

Mongo se quedó en Birán con sus padres pero no perdió el contacto con sus hermanos cuando estaban en prisión, y tras regresar del exilio en México, durante la etapa de la guerrilla, organizó una de las redes de suministros del Segundo Frente Oriental Frank País, fundado por Raúl en las montañas de Sierra Cristal. Después del triunfo de la revolución, Ramón no ocupó ningún puesto de relevancia, si bien siguió vinculado a la agricultura, principalmente en las áreas de la ganadería y el cultivo de la caña de azúcar. Durante años dirigió el Plan Especial Genético de Valle de Picadura, un proyecto de desarrollo dedicado a la cría de ganado mayor de alta producción lechera, ubicado al este de La Habana, y además fue consultor de los importantes Ministerios de la Agricultura y del Azúcar. A comienzos del siglo XXI, cuando empezaron a visitar la isla empresarios norteamericanos y gobernadores de Estados agrícolas, Mongo Castro se dejó ver con su sombrero de ala ancha junto a John Parke Wright, presidente del Consejo de Negocios Cuba-Florida y primer ganadero estadounidense que vendió reses a la isla. Cuando Fidel enfermó en 2006, ante los rumores de su muerte, Mongo Castro bromeó con este excorresponsal en una recepción diplomática: “Nuestro padre murió a los 82 años de una hernia estrangulada. Los gallegos somos gente dura, hay Castros para rato”. Tenía razón.

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