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Decenas de miles de sirios huyen de Alepo hacia la frontera con Turquía

Ankara ha permitido el paso de unas 5.000 personas, entre heridos y casos vulnerables

Andrés Mourenza
Sirios esperan en el paso de Bab al-Salam para entrar en Turquía.
Sirios esperan en el paso de Bab al-Salam para entrar en Turquía.Bunyamin Aygun (AP)

Varias decenas de miles de sirios se han dirigido a la zona fronteriza del norte de Siria huyendo de los bombardeos de la aviación rusa y de los ataques de las fuerzas leales al régimen de Bachar el Asad a Alepo. Los desplazados se agolpan en las cercanías del paso de Bab al Salam-Öncüpinar en espera de que Turquía decida permitirles el paso a territorio seguro. Las autoridades de Ankara sólo han dejado entrar a los casos más urgentes –heridos y personas extremadamente vulnerables-, unas 5.000 personas en total, según el Ministerio de Exteriores.

“Nuestras puertas no están cerradas, pero por el momento no hay necesidad de alojar a estas personas dentro de nuestras fronteras”, afirmó Süleyman Tapsiz, gobernador de la provincia turca de Kilis, en el límite entre ambos países. Tapsiz aseguró este sábado que entre 30.000 y 35.000 personas han llegado en las últimas 48 horas al otro lado de la frontera, mientras que la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), reduce este número a 20.000, aunque admite que otros entre 5.000 y 10.000 estarían en la ciudad siria de Azaz, en zona dominada por los rebeldes, y otros 10.000 habrían buscado refugio en la región de Afrin, bajo control de las milicias kurdas.

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“La situación es muy volátil y las cifras que nos llegan cambian cada media hora”, explicó la portavoz de ACNUR en Turquía, Selin Ünal, citando como ejemplo que unas 5.000 personas que hasta este viernes se encontraban en la misma línea fronteriza se habrían retirado del lugar para ser acogidas en un campo gestionado por la ONG turca IHH en el interior de Siria. “Turquía y varias organizaciones humanitarias se están encargando de las necesidades de estas personas dentro de Siria”, apuntó Ünal.

IHH informó el viernes de que está ampliando la capacidad del campo de desplazados que gestiona y ya ha levantado 200 tiendas de campaña para dar cobijo a los huidos, puesto que el tiempo en la zona ha empeorado –este sábado ha comenzado a llover y se prevé que las temperaturas bajen en los próximos días- dificultando la situación a quienes hasta ahora habían acampado bajo los árboles. Según Ünal, “lo importante no son los números, sino que tenemos a una gran cantidad de gente escapando del peligro. Nosotros ya estamos preparando, junto a las autoridades turcas, planes de contingencia y evaluando los diversos escenarios”.

Las organizaciones sobre el terreno en Siria, advierten de que las rutas de ayuda humanitaria hacia Alepo han sido cortadas, por lo que no están pudiendo atender a la población civil. “Otros entre 50.000 y 55.000 refugiados están en camino y no podemos abandonarlos, porque los bombardeos continúan. Están atacando escuelas, hospitales y civiles”, denunció el ministro de Asuntos Exteriores turco, Mevlut Çavusoglu, desde Ámsterdam, donde participa en una reunión con sus homólogos de la UE. Ankara ha exigido que Rusia “detenga inmediatamente los bombardeos sobre civiles” en el entorno de Alepo y calculan que, en caso de que la operación para rodear la ciudad siria prosigan, Turquía se podría enfrentar a una nueva oleada de hasta 70.000 refugiados.

De los 2,5 millones de sirios residentes en Turquía, unos 270.000 son acogidos en campos de refugiados. Sólo en la provincia de Kilis hay dos de ellos, donde habitan 33.918 personas. Tapsiz afirmó que Turquía está entregando comida, agua y mantas a los refugiados al otro lado de la frontera, donde prepara la construcción de un nuevo campo de refugiados para 30.000 personas. “Ahora mismo estamos repartiendo raciones de comida a 20.000 personas, pero podríamos aumentarlas hasta 50.000 raciones”, dijo el gobernador de Kilis, quien aseguró que de momento “no es necesario” acoger a los nuevos huidos en Turquía, aunque en caso de que así fuera, abriría las puertas.

La seguridad en la frontera ha aumentado y se han enviado a la zona unidades de infantería mecanizada y blindada de provincias colindantes. “Desde nuestro punto de vista, hay que abrir las fronteras, no sólo las de Turquía, también las europeas, de manera que se permita un paso seguro de quienes huyen de la guerra”, subrayó la portavoz de ACNUR.

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