Francia se pone al frente del acercamiento europeo a Cuba
Castro y Hollande establecen un primer fondo franco-cubano de 200 millones para impulsar la inversión
Raúl Castro ha elegido Francia para cursar su primera visita de Estado a un país europeo. Tras ser recibido con todos los honores, el presidente cubano ha agradecido al jefe del Estado francés François Hollande su liderazgo en las negociaciones con la Unión Europea y en la condonación de parte de su deuda externa. Francia, el país que más rápidamente ha reaccionado al inicio del deshielo cubano, se posiciona para multiplicar sus intercambios comerciales con la isla tomando la delantera a sus socios europeos; entre ellos, España.
Cuba se abre al mundo y Francia ha demostrado querer estar ahí, en primera línea, para beneficio mutuo. La alta representante de la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, viajó a La Habana en marzo de 2015, apenas tres meses después de que el presidente americano Barack Obama y Raúl Castro anunciaran el inicio de la normalización de sus relaciones. Pero François Hollande fue el primer líder de los Veintiocho que visitó Cuba después del deshielo, en mayo. Ese gesto histórico ha dado sus frutos para ambos países.
París ha jugado un papel esencial en la condonación de parte de la deuda cubana (11.900 millones de dólares) y La Habana ha respondido ofreciendo a Francia una “amplificación de las relaciones” en todos los terrenos. “Se han creado las condiciones más favorables para nuestras relaciones financieras”, ha dicho Raúl Castro este lunes en comparecencia pública tras entrevistarse con Hollande en el palacio del Elíseo en París. Parte de la deuda pendiente contraída con Francia hace más de 30 años la han convertido hoy ambos mandatarios en un primer fondo de inversión franco-cubano de 200 millones de euros.
Es una cifra enorme si se tiene en cuenta que en 2014 las exportaciones de Francia a Cuba ascendieron solo a 180 millones de euros. “Nuestras relaciones no han sido muy densas”, explica una fuente diplomática francesa, “y ahora podemos establecer una relación muy particular y casi inesperada. Cuba se está abriendo al mundo y hay que apoyarla”.
París se ha convertido para Castro en un aliado esencial en sus relaciones con la Unión Europea. Hollande ha expresado su deseo de enterrar el embargo y el bloqueo para que “Cuba ocupe el lugar que le corresponde en el mundo” y la intención de París de luchar para que la isla supere todos los obstáculos existentes en su entendimiento con Bruselas.
París se vuelve hacia América Latina
París aprecia el papel de La Habana como interlocutor importante para América Latina. “Cuba es una voz singular en el mundo”, dijo este lunes Hollande, recordando sus oficios de paz para Colombia y Venezuela. Latinoamérica es un continente sin graves conflictos que París cree haber desatendido hasta ahora. De ahí que Hollande haya programado para finales de febrero una visita a la Polinesia. Aprovechará para pasar por Perú, Argentina y Uruguay.
En el seno de la UE, solo el primer ministro italiano, Matteo Renzi, ha reaccionado con celeridad al deshielo cubano. Se entrevistó en mayo pasado con Castro en Roma, aprovechando la visita del cubano al Vaticano, y viajó a La Habana en octubre con una delegación de empresarios. Italia es, después de España, el país que más bienes exporta a la isla, según datos de la Comisión Europea. El gobernante italiano animó a los empresarios de su país a aprovechar las oportunidades de negocio en Cuba, un país que estima sus necesidades de inversión extranjera en los 8.000 millones de euros.
Alemania, con muchos menos intereses comerciales y de inversión en la región, también envió el pasado mes una delegación encabezada por Sigmar Gabriel, vicecanciller alemán y ministro de Economía. Como resultado de ese viaje, Berlín, tercer exportador europeo a la isla, decidió abrir allí una oficina comercial.
Este activismo político contrasta con el perfil mucho más bajo que han adoptado las autoridades españolas. Los datos son elocuentes: el 43% de todas las exportaciones europeas a Cuba proceden de España. Aun así, la máxima autoridad que ha viajado en los últimos años a la isla ha sido el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, que salió de La Habana sin lograr entrevistarse con Castro en noviembre de 2014.
Fuentes españolas alegan que eso no implica un retroceso en la posición inversora y comercial en la isla y recuerdan que uno de los grandes contratos firmados gracias a la reanudación de relaciones entre Washington y La Habana, el del ferry que unirá Cuba con Estados Unidos, lo ha ganado una firma española. La naviera Baleària, propiedad del exministro del PP Abel Matutes, obtuvo a mediados de 2015 la primera licencia para conectar La Habana con Florida. El ministro de Industria, José Manuel Soria, viajó el pasado julio al país caribeño con una delegación de 75 empresarios interesados en abrir —o ampliar— negocio en la zona.
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