14 muertos en un tiroteo en un centro de discapacitados en Los Ángeles
La policía mata a dos sospechosos. El suceso deja 18 heridos, uno de ellos agente
Un tiroteo en un centro de servicios sociales para discapacitados en el condado de San Bernardino (California) causó este miércoles al menos 14 muertos y 17 heridos. El ataque fue perpetrado por al menos dos individuos fuertemente armados, según informó la policía de la localidad, un dato que lo convierte en una rareza.
Se desconoce aún si se trata de un tiroteo masivo o de un atentado terrorista. La policía de San Bernardino ha identificado oficialmente a Syed Farook, de 28 años, y a su pareja, Tashfeen Malik, de 27 años, como los autores de la matanza. Ambos murieron horas después en un intercambio de fuego con la policía. Tenían armas automáticas e iban vestidos con "ropa de asalto", en la descripción que hizo el jefe de policía de San Bernardino a la prensa.
El tiroteo con la policía tuvo lugar a las cuatro horas del asalto. La policía disparó contra un vehículo todoterreno en plena calle a unos tres kilómetros del centro médico. Una pista había llevado a las fuerzas de seguridad a vigilar una casa en la localidad de Redlands, de la que vieron salir el vehículo. El coche correspondía con la descripción dada por los testigos de alguien que salió del aparcamiento del centro médico nada más llegar la policía. A las cinco y media de la tarde locales, la policía confirmó que dos de los sospechosos murieron en el tiroteo. La policía detuvo a una tercera persona a la que se vio salir corriendo, aunque no cree que estuviera involucrada en los hechos. Un agente policial también resultó herido.
La de este miércoles es la sexta peor matanza de la historia de Estados Unidos y la más grave desde la ocurrida en diciembre de 2012 en una escuela de Newtown (Connecticut), en que fallecieron 27 personas.
El lugar donde se produjo el suceso es el Inland Regional Center, un centro médico de tratamiento para personas con problemas mentales y de desarrollo en San Bernardino, a unos 100 kilómetros de Los Ángeles dentro del desierto. En el lugar se estaba celebrando una fiesta de Navidad privada de trabajadores del condado cuando los sospechosos entraron en las instalaciones y empezaron a disparar. El FBI confirmó a la prensa que Farook había estado en la fiesta y se había ido por "una desavenencia".
Los motivos del ataque todavía se desconocen. El FBI no descarta que se trate de un atentado terrorista. "Es una posibilidad, pero no lo sabemos", dijo a la prensa David Bowdich, asistente regional del director de la agencia. "No tenemos ninguna información en este momento de que esto tenga una relación con el terrorismo, en el sentido tradicional”, señaló por su parte el jefe de la policía local, Jarrod Burguan. Es infrecuente que este tipo de tiroteos tenga más de un atacante. El precedente más cercano es el del instituto de Columbine, en 1999.
Algunos testigos informaron de que los tiradores iban vestidos con ropa militar, chalecos de protección y con la cara cubierta por máscaras negras. Según los primeros elementos de la investigación, parecían actuar de manera organizada y muy coordinada.
Obama: "Nunca deberíamos pensar que esto es ordinario"
En una entrevista en la cadena CBS, el presidente estadounidense, Barack Obama, condenó el tiroteo y lamentó nuevamente la preponderancia de muertos por disparos de armas de fuego en Estados Unidos. "Tenemos ahora una pauta de tiroteos masivos en este país que no tiene ningún paralelo en ningún otro sitio en el mundo", dijo.
"Deberíamos unirnos y actuar de forma bipartidista para hacer que esto sea algo raro, en lugar de algo normal. Nunca deberíamos pensar que esto es algo que está dentro de lo ordinario, porque no pasa tan a menudo en otros países", agregó el presidente en referencia a su fallido plan, tras la matanza de Newtown, de endurecer el control de armas de fuego.
Según decía en el lugar David Johnson, que oyó los disparos desde la carretera, todo duró cinco minutos. Frente a la línea policial, otro testigo, Marcos Aguilera, vecino de Riverside, relataba a EL PAÍS que su esposa Elaine es trabajadora social en el centro. Le mandó un mensaje de texto a las 11 de la mañana y le dijo que oía disparos. “Le dije que se quedara en la oficina, que cerrara la puerta y se escondiera”, explicaba. No pudo ver a los tiradores. “Cuando la sacaron de la oficina pudo ver cuerpos tirados”.
La confusión en las cales de San Bernardino duró hasta bien entrada la tarde. La oficina del sheriff del condado de San Bernardino (200.000 habitantes) informó media hora después de que se registrase el tiroteo —sobre las 11 de la mañana, hora local— de que la situación aún no estaba controlada. Los comercios y los colegios alrededor del suceso cerraron. Al localizar el vehículo sospechoso, la policía pidió a los vecinos que se encerraran en sus casas.
El Inland Regional Center, donde se produjo el tiroteo, tiene 670 empleados que dan servicio a 30.200 pacientes de los condados de San Bernardino y Riverside, desde bebés hasta personas mayores, según su página de Facebook. En el momento del tiroteo, varios cientos de personas se encontraban dentro del edificio atacado, según precisó el jefe de la policía. La mayoría fueron puestos a salvo.
La búsqueda de los sospechosos quedó en manos de un equipo policial de operaciones especiales (SWAT). Las imágenes aéreas de televisión mostraban decenas de personas siendo evacuadas del edificio y atendidas por los servicios de seguridad.
En Estados Unidos, con una población de poco más de 320 millones de habitantes, se calcula que hay 270 millones de armas de uso privado. Es la proporción más alta del mundo. La primera potencia mundial duplica la proporción del segundo país en la clasificación: Yemen, el país más pobre del mundo árabe.
De promedio, cada día 297 personas reciben disparos de armas de fuego en EEUU, según datos de la Campaña Brady contra la Violencia de las Armas. 89 fallecen cada día.
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