Las fuerzas opositoras de Sudamérica celebran la victoria de Macri
Los dirigentes confían en que el triunfo de Macri impulse cambios en Venezuela o Bolivia, en vísperas de elecciones y referendum
La victoria de Mauricio Macri ante Daniel Scioli no solo supone un cambio de rumbo en Argentina, también un golpe en el tablero político de Sudamérica. Se trata de la primera vez en 15 años que un proyecto vinculado al socialismo del siglo XXI cae derrotado en unas elecciones. Hablar de cambio de era, sin embargo, se antoja prematuro. Habrá que esperar a las elecciones parlamentarias de Venezuela, dentro de dos semanas y al referéndum para la reelección de Evo Morales en Bolivia, en febrero, para calibrar la intensidad de los aires de cambio en la región.
De lo que no hay duda es que el triunfo de Macri fue vitoreado por todas las fuerzas opositoras de derechas de la región. Especial furor causó en Venezuela, donde el próximo 6 de diciembre se celebrarán elecciones a la Asamblea Nacional. Si Lilian Tintori, esposa del preso político Leopoldo López, bailaba junto a al presidente electo argentino en Buenos Aires, en la tarima, rodeado de los más próximos a Macri, en Caracas todos los dirigentes opositores, desde el ala más moderada de Henrique Capriles hasta el más radical que representa María Corina Machado, daban la bienvenida a la victoria de Macri e invocaban a iniciar un cambio dentro de dos semanas en Venezuela.
El nuevo presidente argentino había advertido de que propondría suspender a Venezuela de Mercosur “por sus abusos con la democracia”. Según confirmó este lunes en su primera rueda de prensa tras la victoria, así lo hará durante la próxima cita del organismo de integración que forman Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Venezuela, el próximo 21 de diciembre. Siendo candidato, Macri fue uno de los pocos líderes latinoamericanos que se pronunció sobre la situación de Leopoldo López después de que este fuese condenado a 13 años de prisión el pasado mes de septiembre. Aseguró que, de llegar a la presidencia, pediría la inmediata liberación del preso venezolano.
Otro de los países donde los opositores quisieron hacer suya la victoria de Macri fue Bolivia. El país andino celebrará el próximo 21 de febrero un referéndum para decidir si autorizan una reforma constitucional que permita optar a la reelección en 2019 al presidente, Evo Morales, quien, durante la primera vuelta, apoyó abiertamente al derrotado Daniel Scioli. La diferencia entre la oposición boliviana y la argentina, sin embargo, es sustancial. Mientras Macri ha terminado por promulgar un discurso incluyente e integrador entre la sociedad argentina, la oposición boliviana siempre se ha mostrado rupturista con las políticas de Evo Morales. Sus derrotas electorales, además, han sido muy abultadas, una tendencia que confían en cambiar en febrero. De no lograr el sí, o de conseguirlo por un margen irrisorio, marcará un punto de inflexión en el país.
En una situación similar se encuentra Ecuador, otro aliado tradicional del kirchnerismo, que votará por el sucesor de Rafael Correa en 2017. Si bien se ha hablado mucho de que la modificación de la Constitución promovida por el partido de Correa facilitaría la reelección indefinida de este, el mandatario y su formación han dejado entender en las últimas semanas que no se volverá a presentar. La oposición, a buen seguro, tratará de dejarse llevar por el ‘efecto Macri’.
En el caso de Brasil, un país que no forma parte del eje bolivariano pero que tradicionalmente ha respaldado a Venezuela en la región, las fuerzas opositoras fueron entusiastas con la derrota del kirchnerismo –Lula también viajó a apoyar a Scioli en la primera vuelta-, pero hasta el ministro de Hacienda de Dilma saludó la victoria de Macri.
Los resultados de las elecciones argentinas alcanzaron también a la política colombiana donde la derecha hace oposición al Gobierno de Juan Manuel Santos, un conservador con tintes moderados, una imagen similar a la que dejó asomar Macri durante la campaña electoral, uno de los primeros líderes en felicitarlo. Mientras, el expresidente Álvaro Uribe aseguró que los resultados de Argentina suponían “el principio de la derrota del castrochavismo” y miembros de su partido sugirieron a Macri que les apoyara su posición contra el proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC.
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