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Hollande busca la unidad y promete una respuesta implacable

Sarkozy cierra filas con el presidente y Le Pen exige el restablecimiento de las fronteras

Gabriela Cañas
El presidente francés Hollande abraza al presidente tunecino, Beji Caid El Sebsi, en París, el 14 de noviembre de 2015.
El presidente francés Hollande abraza al presidente tunecino, Beji Caid El Sebsi, en París, el 14 de noviembre de 2015. STEPHANE DE SAKUTIN (AFP)

Firmeza, unidad y emocionada tristeza no exenta de sangre fría. Así es como ha reaccionado Francia a los peores ataques terroristas de su historia. El Gobierno de François Hollande ha prometido perseguir a los yihadistas hasta sus últimas consecuencias. El jefe de la oposición Sarkozy ha cerrado filas con él mientras que Marine Le Pen exige el restablecimiento permanente de las fronteras. Francia está en guerra, planteará batalla y no cederá: mantiene la celebración de la Cumbre del Clima.

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"Es un acto de guerra que ha sido cometido por el ISIS contra los valores que defendemos", ha dicho Hollande. “Seremos implacables”. Sarkozy se ha puesto del lado de su lado; sin fisuras. "Los terroristas han declarado la guerra a Francia", ha dicho. "La guerra que debemos librar es total. Nuestro país no debe ceder. Debe actuar con determinación, con fuerza. Superaremos esta prueba con sangre fría y determinación. Nuestra política exterior debe incluir el hecho de que estamos en guerra". Sarkozy será recibido hoy domingo por Hollande.

La determinación se tradujo de manera inmediata en el anuncio de que París no renuncia a celebrar la Cumbre del Clima prevista para el 30 de noviembre hasta el 11 de diciembre. Así lo anunció el ministro de Exteriores Laurent Fabius. Cerca de 120 mandatarios habían confirmado su asistencia. Ya antes de los atentados del viernes suponía un importante desafío para la seguridad en un país amenazado que organizará una cumbre a la que asistirán 40.000 personas. La cumbre tiene un importante contenido ecológico, pero también político. Es una de las más importantes apuestas del mandato de Hollande. El presidente norteamericano Barack Obama reaccionó al terror confirmando su presencia en París.

La ultraderechista Marine Le Pen se ha desmarcado, sin embargo, de la unidad política que Hollande reclama. Le Pen, como hizo tras los ataques de enero, ha exigido mantener bien altas las fronteras, expulsar a todo sospechoso extranjero y cerrar las mezquitas radicales. “Sin fronteras no hay ni protección ni seguridad posible”, ha dicho. “Francia y los franceses ya no están seguros”.

La tristeza se ha adueñado del país, pero ni los políticos franceses ni los parisinos parecen dispuestos a ceder. Se está reforzando la seguridad. “Queremos que las fuerzas del orden estén muy presentes”, dijo este sábado el ministro del Interior Bernard Cazeneuve. “Su presencia tiene que ser extremadamente fuerte”. El Gobierno desplegará 1.500 militares suplementarios en París y sus alrededores y ha dado casi carta blanca a los prefectos para que puedan tomar con rapidez medidas de protección. El transporte público y las sedes de los medios de comunicación estarán especialmente custodiados.

Escuelas abiertas

Al mismo tiempo, el Gobierno, al igual que sus ciudadanos, parece querer sortear lo extraordinario recuperando lo ordinario. Las escuelas abrirán sus puertas el lunes, día para el cual se ha pedido un minuto de silencio al mediodía como ya se registró también en enero.

La matanza de enero, con ataques a la revista satírica Charlie Hebdo, una tienda judía de comestibles y una agente de tráfico, movió al Ejecutivo socialista a convocar manifestaciones que reunieron a un total de cuatro millones de personas. El Gobierno bautizó el movimiento de unidad como el espíritu del 11 de enero, fecha en la que se produjeron las movilizaciones.

Los ciudadanos, frente al consejo de las autoridades de no salir de casa a primera hora del sábado si no era estrictamente necesario, se echaron, sin embargo, a la calle y al transporte público. Los gestos de emoción y solidaridad se multiplicaron, como en enero. Un músico sacó su piano a la calle, cerca de Le Carillon y Le petit cambodge, e interpretó 'Imagine' de John Lennon en medio del silencio general. Gracias a las redes sociales se extendió la consigna de poner velas encendidas en las ventanas la noche del sábado.

El viernes fue especialmente solidaria la etiqueta #portesouvertes para facilitar alojamiento a los que no pudieron volver a casa. Algunos hoteles alojaron a los ciudadanos a precios muy bajos.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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