Los sondeos apuntan un avance de la derecha en las elecciones suizas
El asilo y la inmigración marcan la elección del Parlamento de Suiza
Suiza elige este domingo una nueva Asamblea Federal (Parlamento y Senado) tras cerrar una campaña electoral marcada por el debate sobre el asilo y la inmigración. Las urnas se han cerrado a las 12 de la mañana, ya que buena parte de los suizos vota por correo y el complejo sistema de votación hace que el recuento se prolongue hasta bien entrada la noche. Las encuestas auguran un crecimiento de los partidos de la derecha y una pérdida de peso de las formaciones de centroizquierda, pero con variaciones que no superan el 3%. El ultranacionalista UDC-SVP, con 54 diputados en esta pasada legislatura, previsiblemente confirmará su fuerte implantación y seguirá siendo el grupo mayoritario, seguido de los socialdemócratas del SP (ahora con 46). Pero en un Parlamento de 200 escaños que se reparten entre una decena de partidos ninguna formación se impone en solitario y los proyectos de ley se acaban aprobando con alianzas cambiantes.
Las elecciones generales dirimen así el peso de los diferentes bloques ideológicos y auguran un Parlamento más conservador tras cuatro años en los que el paso lo han marcado los partidos de izquierda y de centro. La derecha populista, el partido más votado en los comicios de 2011 con el 26,6%, ha marcado la agenda de la campaña con duras críticas a la política de asilo, que tacha de “caótica” pese a las reformas que han restringido la acogida de refugiados. Ha insistido también en su exigencia de que se ponga freno a la entrada "masiva" de inmigrantes. La población extranjera del país supone el 23,5% (de un total de 8,2 millones).
Las urnas han cerrado a mediodía y la mayoría de los suizos vota por Internet o correo
El éxito electoral de la formación en los últimos 15 años se ha cimentado básicamente en estos dos temas y sus denuncias en torno al sistema de asilo y la inmigración han dominado la campaña. El debate, sin embargo, ha perdido fuerza ante la llegada masiva de refugiados a países de la UE y porque “difícilmente se puede hablar de un caos” cuando la ministra responsable del área en el Ejecutivo federal “recibe alabanzas de partidos de derecha europeos” por endurecer las condiciones de acogida, señala Michael Hermann, politólogo de la Universidad de Zúrich. Entre julio y finales de septiembre, el país registró 12.339 peticiones de asilo frente a los centenares de miles en el resto de Europa. El año pasado, Suiza recibió solicitudes de 23.555 personas, un 11% más que el ejercicio anterior.
Otros temas, como la reforma del sistema de pensiones para garantizar su sostenibilidad o el impacto sobre la economía de la revaluación del franco suizo tras suspenderse el tipo de cambio frente al euro, apenas han logrado despuntar en una campaña en la que los partidos se han centrado en movilizar a su propio electorado.
La relación futura de Suiza con la Unión Europea después de que los votantes aprobaran en un referéndum frenar la inmigración, lo que choca frontalmente con el acuerdo de libre circulación de personas, tampoco ha asomado en los debates, pese a que será un asunto central para el nuevo Parlamento. “El tema en la campaña solo le sirve al UDC-SVP, que lo convierte en una cuestión de sí o no a Europa”, sostiene el politólogo y analista electoral Claude Longchamp.
Ningún impacto directo tendrán las urnas en la renovación del Ejecutivo, cuyos siete miembros no serán elegidos hasta principios de diciembre. El Consejo Federal, que actúa por consenso y de forma colegiada, se configura al margen de los resultados electorales. Tradicionalmente ha reflejado el peso de los principales partidos en la escena política con un reparto que evita mayorías. La UDC-SVP anuncia que dará la batalla por aumentar su presencia en el Ejecutivo, ya que considera que como partido más votado está infrarrepresentado con un consejero federal.
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