Bachelet bizarra
Los roles y, particularmente, el de presidente, traen aparejados ciertas formas
“Estaba oscuro y no lo vi de inmediato. Luego, mientras hablaba alguien, lo divisé al fondo y le hice así [saluda] y él me hizo así [saluda]. No tuvo nada de frío [el saludo]”. Al leer este relato, uno imagina que se trata de una amiga contándole a otra el encuentro con un hombre que la está cortejando y que le gusta.
Pero no. Es la respuesta que la presidenta Bachelet le dio a un periodista del diario chileno La Tercera cuando este le preguntó si había hablado con el exministro de Hacienda Alberto Arenas desde que le pidió la renuncia.
Los presidentes no pueden hablar como si se encontraran en el súpermercado con un amigo o amiga
La presidencia tiene una fuerte carga simbólica. El lenguaje de los presidentes, el modo en que se expresan, tiene sus códigos. Estos no son rígidos. Cada presidente despliega su manera de comunicarse. Pero el texto anterior está fuera de los márgenes. Los presidentes no pueden hablar como si se encontraran en el supermercado con un amigo o amiga, sin que esto no haga cortocircuito entre quienes escuchan, miran o leen.
Otra más: “Un determinado empresario puso en Twitter una cosa sobre mí que era falsa. Se le contactó y se le dijo como era posible que escribiera eso y él dijo: ‘Bueno es que yo retuiteé lo que me llegó’. Después pidió excusas... Se trataba del típico tuit que dice sería tan malo para la República que la fulanita haya hecho tal o cual cosa”. Este relato es otro segmento de la entrevista que Michelle Bachelet dio a La Tercera.
Ella revela, por un lado, la desconexión de Bachelet con la gente. Su descripción es incomprensible. ¿Qué era lo que decía el tuit? ¿Cuál era la falsedad? ¿Qué tiene de típico el tuit y a qué se refiere la presidenta con eso? Peor aún, ¿por qué la presidenta está preocupada de un tuit?
¿Por qué la presidenta Bachelet está preocupada de un tuit?
La última: “Las personas siguen sacándose fotos y selfies conmigo”. Esta es una frase de Michelle Bachelet en la entrevista de marras para controvertir su baja popularidad, según revelan las encuestas. Esto, además de absurdo, suena como defensa desesperada de una figura de la farándula frente a los ataques de un periodista al acecho.
Los roles y, particularmente, el de presidente, traen aparejados ciertas formas. Cuando estas se transgreden, como lo hizo Michelle Bachelet en la entrevista con La Tercera, hay algo que se desmorona. En este caso, la investidura presidencial.
Cuando las formas se transgreden, hay algo que se desmorona
Pablo Halpern es experto en comunicación estratégica.
Twitter: @pablohalpern
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