El viaje de El Khazzani del tráfico de hachís al terrorismo yihadista
Los problemas con la justicia del terrorista del tren empezaron nada más llegar a España
En la ficha policial de Ayoub El Khazzani hay dos fotos suyas muy distintas. En una, después de su primera detención en Madrid en 2009, aparece con el pelo corto y perfectamente afeitado. En otra, después de que lo parasen en la frontera de El Tarajal de Ceuta en 2012, luce barba por todo el mentón, sin bigote. Entre una y otra imagen vivió un proceso de radicalización que terminó el pasado viernes en un tren de Paris, cuando dos marines neutralizaron su intención de perpetrar un atentado.
La historia española de El Khazzani, de 26 años, comienza con su padre Mohamed, nacido en 1950 en Tetuán (Marruecos). Él es quien logra la reagrupación de toda la familia procedentes de esa ciudad marroquí en 2007. Mohamed había llegado a España en los años noventa, vivió un tiempo en Benalahuría (Málaga), en la zona de las vegas, donde presumiblemente trabajó en el campo. Cuando pudo se instaló en Madrid, concretamente en Mejorada del Campo, donde consiguió el permiso de residencia en la regularización de 2005, tras ser detenido por estancia ilegal en 2004 en Torrejón.
Mohamed, padre de Ayoub y de sus tres hermanas --Oumaima de 22 años, Salma de 18 y Houda de 15, todas con hiyab en sus fotos- vivió después en Velilla de San Antonio y, ya en la capital, en el número 17 de la calle Estudiantes y, finalmente, en el 9 de la calle Cabestreros desde 2008. En esta última residencia es donde se reunieron todos, incluida Zahara Acchoud, su mujer de 57 años.
Las arriesgadas andanzas del joven El Khazzani comenzaron casi nada más llegar. En 2009 fue detenido dos veces vendiendo hachís. En las dos ocasiones en la misma plaza, la de Agustín Lara. Aquellos vaivenes con el menudeo de droga fueron los que llevaron a su detención en Ceuta aquel 17 de septiembre de 2012 a las 17.30 de la tarde en la frontera de El Tarajal, ya con barba. Venía de Marruecos. Un juzgado de Madrid lo reclamaba por aquellos delitos. Fue puesto a disposición judicial.
Desde entonces le siguen los pasos de cerca los investigadores de la Comisaría General de Información, que detectaron sus conexiones con otros islamistas radicales ya vigilados.
De nuevo, junto con su padre, había cambiado su residencia a la calle Lagartijo, en Algeciras. Pero la policía sospecha que usó los domicilios de su padre "para ir y venir de un lado a otro". En 2015 se venció su tarjeta de residencia. El resto de los miembros de la familia, sin antecedentes penales, tienen permiso de residencia permanente en España.
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