Grecia y los acreedores acuerdan la creación del Fondo de privatización
El depósito de garantías de bienes públicos tendrá sede en Atenas y supervisión de Bruselas
Las negociaciones entre Grecia y la conocida hoy como cuadriga (FMI, Comisión Europea, BCE y el MEDE, Mecanismo de Estabilidad) avanzan "progresivamente", repite continuamente el Ejecutivo comunitario. Las palabras, pues, se van convirtiendo en hechos. Este viernes, las autoridades de ambas partes sentadas en la mesa de negociación cerraron el primer gran capítulo de esta nueva saga: el Fondo de activos estatales, según un documento de trabajo interno —fechado el 7 de agosto— al que este sábado ha tenido acceso EL PAÍS.
El objetivo es que el fondo genere 50.000 millones en 30 años gracias al valor de sus componentes. Tendría una sede en Atenas —y no en Luxemburgo, como querían los acreedores— y una supervisión total de la Comisión Europea. Fuentes diplomáticas, sin embargo, prefieren no cantar victoria antes de tiempo y sostienen que "nada estará del todo acordado hasta que todo, en su conjunto, esté acordado".
El Fondo, presumiblemente, acogerá todos los bienes susceptibles de ser privatizados hasta 2045 como empresas del Estado (por ejemplo,la Autoridad Portuaria del Pireo), infraestructuras públicas (puertos, aeropuertos, puertos deportivos), y activos inmobiliarios. "Es posible", avanza el documento, que los recursos naturales (explotaciones mineras e hidrocarburos) se incorporen también a este depósito de garantía. Una alta fuente con presencia en las negociaciones sostiene, sin embargo, que "nada está decidido del todo". Como ya se avanzó en julio, de esos 50.000 millones que deberá producir el fondo, el 50% serán usados como garantía bancaria. El resto se repartirá entre el desarrollo económico del país (25%) y el pago de la deuda a los acreedores (25%).
Si no se firma el acuerdo definitivo del tercer rescate por la oposición de algunos Parlamentos nacionales, Atenas (con una deuda que roza ya el 200% de su PIB) solo recibirá un segundo crédito puente —el primero fue el julio— para afrontar sus necesidades más perentorias, entre ellas la devolución de 3.500 millones de euros al Banco Central Europeo, que vence el 20 de agosto. De ahí la urgencia expresada por ambas partes.
Este mecanismo de financiación y garantía de pago —similar a fondos de inversión que existen en países como Australia o Noruega, detalla el informe, y cuyos resultados se han situado a tres décadas vista por considerarse un período de "respiro" necesario para que la propiedad pública comience a generar dinero en medio de una economía destruida— era una de las condiciones pactadas en la cumbre del pasado 13 de julio en Bruselas, que consiguió desatascar la crítica situación hacia la que avanzaba el país heleno. El Ejecutivo del primer ministro, Alexis Tsipras, y a pesar de las críticas del ala más radical de su propio partido (Syriza), aceptó, aunque las condiciones estaban entonces por detallar.
Ante las críticas que durante las últimas semanas ha recibido el Gobierno heleno por la posible venta de los bienes del país, el documento matiza que "la transferencia de activos no significa necesariamente su venta", puesto que se espera que esos 50.000 millones se reúnan de diversas formas: “Algunos bienes pueden ser vendidos, otros pueden formar parte de concesiones a largo plazo y otros pueden generar ingresos para el propio fondo”. La intención de las autoridades helenas es, no obstante, hacer todo lo posible para evitar la veta de los activos públicos. El Fondo, de esta forma, debe "inventar" maneras de tener ingresos permanentes. Un ejemplo sería el de imponer una pequeña cuota por cada contenedor transportado en tren, o en avión.
Este último acuerdo indica que las condiciones del tercer rescate no están lejos de llegar a su fin. Fuentes del Ejecutivo comunitario insisten en que el próximo martes será "decisivo" para determinar si se dan las condiciones necesarias para firmar un memorándum de entendimiento sobre el tercer rescate estimado ya en 86.000 millones —en cuyo caso se celebraría un Eurogrupo a final de semana para ratificar el acuerdo— o si, de lo contrario, Grecia necesita del segundo crédito puente para hacer frente a sus pagos más próximos: 3.500 millones de euros al Banco Central Europeo el 20 de este mismo mes. "Es un calendario ambicioso", advierte Bruselas.
Según fuentes cercanas a la negociación, habría un principio de acuerdo sobre la modificación del régimen fiscal agrario, la desregularización de algunas profesiones ("profesiones cerradas", en griego), que ha sido un caballo de batalla con la antes llamada troika desde el primer rescate, y también la apertura de los comercios en domingo, que tiene una fuerte oposición en Grecia desde la Iglesia ortodoxa a las pymes, informa María Antonia Sánchez-Vallejo. Cuestiones sin embargo que quedan pendientes son las acciones prioritarias que deberían ser aprobadas ahora por el Parlamento griego y cuántos fondos recibiría Grecia al aprobarse el tercer rescate. Atenas espera recibir un total de 25.000 millones a finales de mes, de los cuales la mitad se usaría para satisfacer las obligaciones de la deuda.
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