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La guerra se hace cotidiana en el este de Ucrania

Donetsk ha sufrido este fin de semana el peor ataque desde febrero

Pilar Bonet
Una mujer muestra los daños que su vivienda ha sufrido en los ataques en Donets, este domingo.
Una mujer muestra los daños que su vivienda ha sufrido en los ataques en Donets, este domingo.Aleksey Filippov (AFP)

"Seguimos en guerra", constató Alexándr Zajárchenko, jefe de la autodenominada República Popular de Donetsk (RPD) este domingo, al visitar por sorpresa un supermercado de Donetsk, alcanzado el sábado por las cargas de artillería procedentes de posiciones ocupadas por las tropas de Ucrania. El ataque, que se inició sobre las ocho de la tarde y continuó hasta medianoche, fue el peor sufrido por el centro de la ciudad desde el 12 de febrero, cuando se firmó en Minsk el último acuerdo de alto el fuego, según confirman diversos habitantes de Donetsk.

Esta corresponsal contemplaba el boquete producido por un proyectil en el techo de un supermercado cuando entró Zajárchenko, en traje de camuflaje, rodeado de guardaespaldas armados y apoyándose en una muleta, ya que en el frente fue herido en el pie. El jefe de la RPD dijo que el ataque había causado dos muertos, cinco heridos y que 15 edificios habían sido destruidos. En la alcaldía puntualizaron, sin embargo, que hubo un muerto y 19 edificios dañados.

Ante las patatas y las coles, Zajárchenko se fijó en los elevados precios y sondeó la opinión de los parroquianos. Estos aprovecharon para quejarse de sus escasas pensiones, que la Administración insurgente paga en rublos rusos. Zajárchenko dio instrucciones a los encargados del supermercado para que acudieran a otros proveedores más baratos. El almacén es parte de una cadena que no ha sido nacionalizada como otras empresas, incluida una cadena rival, que cerraron cuando los prorrusos locales se rebelaron contra la política de Kiev y organizaron un plebiscito de autodeterminación en mayo de 2014.

Según una investigación del servicio RBK, Rusia gasta un mínimo de 4.600 millones de rublos mensuales (más de 74 millones de euros) en el pago de pensiones, prestaciones y sueldos de la RPD. Para las transferencias, y por miedo a las sanciones, se recurre a las instituciones bancarias de Osetia del Sur, señala una fuente local, refiriéndose al territorio caucásico reconocido como Estado por Moscú.

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“No se puede construir una vida pacífica mientras se lucha”, exclamó el dirigente de la RPD que aludió al estrecho margen de maniobra permitido por una guerra “que no se ha ido a ninguna parte” y la urgencia de “bajar los precios y subir los sueldos”. Zajárchenko prometió subir las pensiones en septiembre “si no tirotean” y controlar los precios. Pidió además “comprensión” por las dificultades, ya que la alternativa es el “llamamiento masivo a filas, tarjetas de racionamiento, todo para el frente y la victoria, y ninguna pensión”.

“Otra vez Ucrania ha demostrado que no quiere cumplir los acuerdos de Minsk”, señaló el líder de la RPD, refiriéndose a la ofensiva nocturna. ¿Qué mensaje llevará ahora Denís Pushilin [representante de la RPD en el grupo de contacto] a Minsk? A modo de contestación, Zajárchenko insistió en la idea de conseguir el dominio de toda la provincia, que la RPD controla hoy sólo en parte. “La tarea de Pushilin es llegar hasta la frontera de la provincia de Donetsk de forma pacífica y, si no le resulta, corresponderá al comandante del cuerpo [el ejército] llegar a la frontera de la provincia de Donetsk por otros métodos, y después ya veremos”, dice. Y agrega: “Si hay orden de ir a Kiev, iremos a Kiev y si hay orden de ir más lejos, iremos más lejos”.

El jefe de la RPD afirma que Ucrania tiene movilizados 76.000 soldados, “que no se someten, unidades de la guardia nacional, del Sector de Derechas e incluso tropas dispuestas a atacar”. “Un país que no puede sobrevivir porque el 53% del carbón está en nuestro territorio tiene dos problemas: conseguir los recursos energéticos y después repartirlos a las centrales eléctricas. De ahí que el primer problema [de Ucrania] es conquistar Donbás [la zona carbonífera formada por Donetsk y Lugansk] y el segundo, hacerse con el ferrocarril”, afirma.

En Kiev se ha aumentado el presupuesto de defensa para este año, y en Donetsk se teme un recrudecimiento de las hostilidades. Eso permitiría que “los batallones que protestan hoy contra Poroshenko y la corrupción desvíen sus energías hacia los combates y se conviertan en héroes”, dice la periodista Elena Bloja. También “crearía circunstancias de fuerza mayor para el impago de los inminentes vencimientos de las deudas de Ucrania”, afirma una fuente de los servicios de seguridad. Esta fuente explica que a la RPD no le conviene hoy transgredir los acuerdos de Minsk, aunque una buena parte de la población “está en contra” de ellos, sobre todo en los distritos cercanos al aeropuerto de Donetsk, como el de Octubre, muy destruido por las continuas cargas de artillería.

Retirada unilateral

La República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk anunciaron el sábado una retirada de las armas de 100 milímetros o menos de calibre a una distancia de tres kilómetros como mínimo respecto a la línea de contacto con las tropas ucranias.

Esta iniciativa unilateral va más allá de lo contemplado en los acuerdos de Minsk (que preveían una retirada de las armas de más de 100 milímetros) y, según observadores políticos en Donetsk, no perjudica la capacidad de combate de la RPD y, en los terrenos muy expuestos, le permite incluso una mayor protección de un eventual ataque.

Los observadores de la OSCE fueron convocados a supervisar la retirada junto con los representantes del Centro Conjunto de Coordinación y Control, que opera en el marco del proceso de Minsk, y que agrupa a oficiales ucranios y rusos. El representante ruso, el general Alexandr Romanchuk, manifestó su esperanza de que Ucrania corresponda a la iniciativa.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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