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Votos con música: Clinton la valiente, Trump el rockero y Bush el autóctono

Las canciones de campaña sirven a los candidatos en EE UU para reforzar la imagen que quieren presentar de sí mismos

Pablo Ximénez de Sandoval
Hillary Clinton, durante la presentación de su campaña.
Hillary Clinton, durante la presentación de su campaña.Andrew Harrer (Bloomberg)

Hay canciones que inexplicablemente aciertan de pleno con nuestro estado de ánimo, con un cambio en la vida, una mirada del mundo. Y las hay que clavan la estudiada imagen de un candidato en campaña. Hillary Clinton debe ser valiente, decir lo que piensa, mostrarse como es, no callarse. Al menos eso es lo que se dice la candidata a sí misma, de acuerdo con su selección musical para presentar la que por ahora es la candidatura más potente a la Presidencia de Estados Unidos en 2016. Lo hizo con la canción Brave (2007), de Sara Bareilles, que sonaba cuando Clinton subía al escenario en Nueva York el pasado sábado para su primer gran discurso de campaña. Justo antes de que EE UU escuchara las propuestas de Clinton, la letra de la canción, una melodía pop de aire festivo, anunciaba:

Me pregunto qué pasaría 

Si dices lo que quieres decir

Y dejas brotar las palabras

En serio, quiero verte ser valiente

Uno de los problemas de Hillary Clinton es que siempre se la ha acusado de ser poco clara, de no decir lo que piensa. Lleva con ese sambenito a las espaldas toda su carrera política desde que acabó la presidencia de su marido. Es progresista, pero a la vez establishment. El mensaje de la canción de Baerilles parece hecho a propósito para vencer esa desconfianza. Otro pasaje:

Todo el mundo ha estado ahí, a todo el mundo le ha menospreciado el enemigo

Han sucumbido al miedo, se han quitado de en medio

han bajado la cabeza ante los poderosos

No huyas, deja de morderte la lengua

Quizá hay un camino para salir de la jaula en la que vives

Quizá un día de estos puedas dejar entrar la luz

Muéstrame lo grande que es tu valor

Dí lo que quieras decir

Deja brotar las palabras

En serio, quiero verte ser valiente

Hillary Clinton ya no se calla más. Viene a decir lo que piensa, a ser valiente. Va a ser “el campeón que América necesita”, como dijo al presentar su campaña. Sí, es verdad, ha hecho cosas de las que no está orgullosa, ha tenido que lidiar con la parte más fea del sistema, pero ahora va a hacer lo que piensa de verdad. Ese viene a ser el mensaje, que está bastante en sintonía con la asimilación del discurso más a la izquierda del Partido Demócrata, un movimiento con el que puede desactivar al ala del partido que la veía como un producto de establishment sin la frescura reformadora de grandes favoritos de la izquierda como Bernie Sanders o Elizabeth Warren, que finalmente no se ha presentado.

El discurso de Clinton acabó con una canción diferente. Otra melodía pop, esta vez de Kris Allen. La canción Fighters (2012) sonaba mientras la candidata se abrazaba a su familia y era jaleada por sus simpatizantes después de su primer gran discurso. Subliminalmente, lo que el público escuchaba era esta letra:

Dices que esta vida te está hundiendo y necesitas algo por lo que vivir

Yo sé de lo que hablas

Estás gritando a pleno pulmón y apuesto a que ni siquiera te escuchan

Yo sé de lo que hablas

Así que levanta el puño y no olvides

Que nacimos para ser luchadores

Somos fuertes, somos supervivientes

Te pueden golpear y hacerte caer

Pero volveremos, porque después de todo

Nacimos para ser luchadores

Esta campaña está en una fase muy preliminar, pero parece difícil que alguien supere el momento musical que logró Bill Clinton en 1993 cuando consiguió reunir en un escenario a Fleetwood Mac, que llevaban una década separados, y a Michael Jackson, para cantar Don't stop. El mensaje, "no dejes de pensar en el futuro", era imparable:

Menos claro está qué quería decir el multimillonario Donald Trump cuando el pasado martes anunció su candidatura al ritmo de Rockin' in the free world (1989), de Neil Young. La canción tiene un tono himno-rock que invita a a gritar el estribillo puño en alto. Cumplió esa función tras la caída del muro y fue una especie de himno oficioso de aquellos meses. Quizá Trump quiera decir que en su hipotética administración el mundo libre va a seguir tocando rock sin parar. Pero tendrá que encargar una versión propia, porque el estribillo de Neil Young es una ironía cargada sobre imágenes siniestras de la vida en EE UU:

Veo una mujer en la noche, con un bebé en su mano

Bajo una vieja farola, junto a un cubo de basura

Abandona a su hijo y se va a meterse algo

Odia su vida y lo que ha hecho con ella

Hay un niño más que nunca irá al colegio

Nunca se enamorará, nunca será guay

Sigue tocando el rock en el mundo libre

Neil Young, canadiense, no solo es partidario de los demócratas sino que ha hecho saber que Trump no tiene permiso para utilizar la canción en su campaña.

Buen momento para recordar que algo parecido le pasó a Ronald Reagan en su campaña para la reelección en 1986, cuando se apropió de uno de los mayores himnos del rock, Born in the USA, de Bruce Springsteen, publicado el año anterior y que llenaba estadios por todo el mundo. La canción cuenta la desoladora historia de un hombre que vuelve de Vietnam y se encuentra con el desprecio de su país.

El último por el momento en anunciar su candidatura, Jeb Bush, optó por el country durante su discurso del lunes en Miami. Las imágenes del candidato abrazado a su familia fueron acompañadas por la canción Homegrown, de Zac Brown, que viene a significar algo así como autóctono o de mi pueblo. Bush parece querer decir que es un tipo sencillo, de su casa, apegado al terruño, a los amigos de toda la vida y a las pequeñas costumbres, que no necesita salir de su pueblo. El mensaje contrasta un poco con alguien que se presenta a presidente de Estados Unidos:

Tengo buenos amigos que viven en mi calle

Tengo una mujer guapa que me rodea con sus brazos

Aquí, en un pueblo pequeño donde me siento en casa

Tengo todo lo que necesito y nada que no necesite

Soy de mi tierra

No fue la única referencia musical en el discurso de Bush, que dejó claro que piensa insistir mucho en su cercanía con la comunidad latina al ser precedido en el escenario por las Chirino Sisters, el grupo de las hijas de Willy Chirino, exiliado cubano.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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