El Estado Islámico ahoga una revuelta en la ciudad libia de Derna
Los yihadistas dispararon contra una manifestación por la llegada de extranjeros
El Estado Islámico (EI) sufrió este viernes en Libia un ataque al que no está acostumbrado, algo que con el tiempo podría volverse tan destructivo para los yihadistas como las bombas de los enemigos. Decenas de vecinos de la ciudad de Derna, municipio de 50.000 habitantes situado en el oeste del país y controlado por el EI desde octubre de 2014, se manifestaron este viernes contra la presencia de extranjeros que llegan a la ciudad para unirse a esta formación, según informó Reuters.
Los vecinos marchaban hacia la sede militar del Estado Islámico en Derna cuando varios miembros armados del EI dispararon contra la multitud, mataron a 7 personas e hirieron a otras 30. En otro punto de la ciudad se enfrentaron combatientes del Estado Islámico contra miembros del grupo islamista Majlis al Shura y murieron nueve personas.
Derna fue la primera gran ciudad que el Estado Islámico controló en Libia, apenas tres meses después de que varias guerrillas expulsaran de Trípoli a un Gobierno que ahora se encuentra exiliado en la ciudad de Tobruk, próxima a Egipto. Mientras en el país se formaban dos Gobiernos con sus respectivos Parlamentos,el Estado Islámico continuó sus avances hacia Sirte, municipio donde nació Muamar el Gadafi.
El Estado Islámico ha mantenido en Sirte duras batallas contra las mismas guerrillas de Misrata que en su día combatieron y derrotaron a Gadafi. Finalmente, la formación yihadista tomó el aeropuerto de Sirte hace menos de un mes y esta semana ha completado el control absoluto de la ciudad con la toma de una central eléctrica. Con lo cual, el EI controla ahora unos 200 de los 1.700 kilómetros de costa mediterránea que hay en Libia.
Un diplomático occidental que sigue muy cerca el desarrollo de los acontecimientos en Libia indicaba a este diario que el Estado Islámico presta gran atención a la propaganda en todos los pueblos donde llega. “Y al principio mucha gente puede recibirlos con expectación. Pero en cuanto pasan las semanas y los meses, comienza a darse cuenta de los métodos represivos que utilizan”.
Mientras tanto, los dos Gobiernos de Libia, el de Tobruk y el de Trípoli, siguen sin ponerse de acuerdo para crear un Gobierno de unidad, a pesar de que el EI atenta contra ambos y no cesa de extender sus dominios en el país. Los esfuerzos del enviado especial de la ONU, el español Bernardino León, para que las delegaciones de ambos Gobiernos firmasen esta semana un acuerdo de paz en Marruecos no han dado sus frutos. El Parlamento internacionalmente reconocido de Tobruk cree que el cuarto borrador presentado por Bernardino León -una vez que han fracasado los tres anteriores- concede mucha presencia institucional a demasiados miembros del Congreso Nacional de Trípoli, no reconocido por la comunidad internacional. De momento, las negociaciones se encuentran estancadas.
Bernardino León se había fijado como fecha límite el inicio del Ramadán, a mediados de junio, para lograr un acuerdo. El camino parece difícil. Pero aún hay esperanzas de que se pueda sellar un pacto de Gobierno de unidad la próxima semana en Marruecos. Y el mejor estímulo para lograrlo podría ser el terror que infunde la expansión del Estado Islámico.
También este viernes un grupo armado libio ha asaltado la sede del consulado de Túnez en Trípoli y ha secuestrado a 10 diplomáticos y funcionarios, según ha informado el Ministerio tunecino de Asuntos Exteriores en un comunicado. El Gobierno tunecino no ha identificado al grupo responsable del ataque, pero medios locales especulan con la posibilidad de que sea una respuesta a la decisión de la Justicia tunecina de mantener en prisión a Walid al Qalib, considerado cabecilla de una facción yihadista. La detención de Al Qalib, jefe de una de las katibas que integran la plataforma de milicias Fayer Libia, ya provocó que hombres armados detuvieran a más de 170 ciudadanos tunecinos en Libia. Después fueron liberados.
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