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La OSCE critica la injerencia de Erdogan en la campaña electoral

El jefe de la misión parlamentaria censura la intimidación sufrida por los medios críticos

Imágenes de una discusión en el recuento del voto exterior, este domingo en Ankara, en un vídeo cedido por un miembro de la delegación de observadores de la OSCE.
Andrés Mourenza

La delegación de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y el Consejo de Europa han criticado el papel desempeñado por el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en las elecciones turcas y la “intimidación” contra las medios de comunicación críticos con el Gobierno, que este domingo perdió su mayoría absoluta.

“Erdogan no ha respetado las reglas. Ha jugado un papel que no le corresponde según la Constitución y eso ha hecho estas elecciones menos justas”, explicó en entrevista con EL PAÍS el jefe de la misión de la asamblea parlamentaria de la OSCE en las elecciones de Turquía, el diputado español José Ignacio Sánchez Amor. Los constantes mítines de Erdogan durante la campaña electoral, en los que ha pedido implícitamente el voto para el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado), han supuesto una competencia desleal, en opinión de Sánchez Amor: “No cuestiono que el presidente pueda intervenir para avanzar su agenda, pero cuando lo hace no debe perder su neutralidad, ni cargar contra la oposición como lo ha hecho, favoreciendo así a su antiguo partido”.

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Sánchez Amor también expresó su “seria preocupación” por la libertad de prensa en Turquía y criticó “la intimidación y las presiones” sufridas por los periodistas y medios de comunicación críticos con el AKP durante la campaña electoral, así como la “injusta y desigual” cobertura hecha por las cadenas de televisión públicas, donde la presencia tanto de Erdogan como del primer ministro, Ahmet Davutoglu, ha sido abrumadora.

En el día de las elecciones, el equipo de observadores de la OSCE sufrió además un percance al ser retenida una de sus integrantes por las fuerzas de seguridad. No fue el único caso: Joel Nilsson, observador electoral enviado por el Partido de la Izquierda de Suecia, denunció graves amenazas por parte de miembros del cuerpo paramilitar de la Guardia Rural en la provincia de Bingöl: “Nos dijeron: ‘Os damos cinco minutos para marcharos, si no lo hacéis os ocurrirán cosas muy malas’”, explicó Nilsson en declaraciones al diario BirGün. En dicha provincia del este de Anatolia, este observador aseguró haber visto urnas sin sellar y haber recogido denuncias de votantes a los que se presionó para votar al AKP. La Asociación Derechos Humanos (IHD) denunció por otra parte que sus observadores no pudieron entrar a colegios electorales en provincias como Siirt o Kirikkale y que en Ankara interventores de la oposición recibieron “amenazas”.

En diversos colegios electorales a lo largo y ancho del país se produjeron enfrentamientos entre los interventores de diferentes partidos con los representantes del AKP a los que acusaron de intentar votar varias veces, de introducir sobres con votos a su partido y de tratar de manipular las elecciones mediante la compra de votos.

De hecho, el informe de la OSCE presentado este lunes recomienda a las autoridades turcas “más transparencia en la administración de las elecciones”, aunque Sánchez Amor considera que el resultado final, no demasiado favorable al partido gobernante, indica que el recuento fue “razonablemente bien”. Eso sí, a excepción del recuento de votos procedentes del extranjero, que resultó “caótico”. Estos sufragios, en torno a un millón, fueron escrutados en un centro de congresos de Ankara. “En todos los rincones del centro había un maremágnum de mesas recontando votos”, relató el diputado español, presente en el lugar. Pero en la mesa donde se escrutaba el voto procedente de Alemania se descubrió que habían llegado más sobres con votos que personas habían votado, por lo que se procedió a la destrucción “al azar” de los sobrantes. Este hecho provocó una fuerte discusión que desembocó en pelea y obligó a que los antidisturbios intervinieran. En el voto exterior, el AKP obtuvo más apoyo que la media nacional (50% frente al 40%), al igual que el partido kurdo HDP (20% frente al 13%) y, por el contrario, los otras dos formaciones que finalmente obtuvieron representación parlamentaria vieron sus votos reducidos.

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