La UE lanzará en junio su operación militar contra las mafias en Libia
Los ministros acuerdan emplear "todas las medidas necesarias" para inhabilitar barcos
Europa lanzará por primera vez una misión militar destinada a combatir el negocio de la inmigración irregular. Los ministros de Exteriores y de Defensa de la UE aprobaron este lunes una operación destinada a identificar, requisar e inutilizar las embarcaciones que usan los traficantes para trasladar a extranjeros de las costas libias a las europeas. Una vez logren el necesario aval de la ONU, los responsables militares tomarán “todas las medidas necesarias” contra esos buques. El texto final omite la referencia explícita a la destrucción de barcos para sortear recelos. Los mandatarios comunitarios confían en lanzar la misión a finales de junio.
La UE se adentra en territorio desconocido para desmantelar las redes que hay tras el aumento de las llegadas de refugiados e inmigrantes por el Mediterráneo y las muertes de quienes fracasan en el intento de llegar a tierra. Justo un mes después del naufragio que costó la vida a unos 800 sin papeles que trataban de arribar a Italia, los titulares de Exteriores y de Defensa respaldaron este lunes la misión militar para Libia que ha diseñado el servicio diplomático europeo. “Hemos demostrado que cuando hay voluntad política se puede actuar rápido”, reconoció la alta representante para la Política Exterior, Federica Mogherini.
La operación, de nombre EUNAVFOR MED (en referencia a su carácter europeo, naval y mediterráneo), se desarrollará en tres fases. La primera consiste en recabar la necesaria información sensible para poder parar los barcos antes de que zarpen. Se trata de una labor compleja en un país desmembrado como Libia, aunque la UE pretende colaborar también con Estados fronterizos como Túnez y Egipto. La segunda fase contempla la captura, abordaje y desvío en alta mar de las embarcaciones que se sospeche estén destinadas a traficar con personas. En una etapa más avanzada, se pretende extender esas actividades a los barcos que puedan estar en aguas territoriales libias.
Tanto este último aspecto como la tercera fase, consistente en “tomar todas las medidas necesarias contra los barcos y activos relacionados”, necesitan el aval del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, su principal órgano de decisión. El documento aprobado por los ministros incluye deshacerse de las embarcaciones o inutilizarlas, expresiones que sortean la más clara —y controvertida— de destruirlos.
La alta representante justificó el nuevo lenguaje: “La destrucción de buques se hará en esa tercera fase. Es verdad que el texto que aprobaron los jefes de Estado y de Gobierno hablaba de destrucción de barcos. Hemos tenido un debate y se ha acordado la búsqueda y captura de los barcos porque lo importante no es tanto la destrucción como que se puedan inutilizar”.
El papel de la ONU
Con esa maniobra la UE espera vencer las resistencias de algunos miembros del Consejo de Seguridad, especialmente Rusia, sobre la idea explícita de destruir embarcaciones. Esa acción militar requiere probablemente presencia de tropas terrestres en suelo libio —aunque solo sea para ese movimiento concreto—, como reconoce el primer documento de planificación de esta iniciativa. Pese a lo delicado del asunto, Mogherini confía en lograr el apoyo de la ONU en las próximas semanas de forma que los jefes de Estado y de Gobierno puedan lanzar formalmente la operación en la cumbre del 25 de junio.
Principales detalles del plan
La misión libia se lanzará con una duración inicial de 14 meses y un presupuesto cercano a los 12 millones de euros.
Sus cuarteles generales estarán en Roma y se espera que participen al menos 10 países. Ya han comprometido activos Italia, España, Reino Unido y Francia.
Como parte de la inteligencia necesaria para desmantelar las mafias, la UE contempla ofrecer un papel a la OTAN en esta operación.
La iniciativa militar libia es ajena a los esfuerzos civiles que desarrolla Frontex, la agencia europea de fronteras. Con un presupuesto ahora triplicado para los dos programas del Mediterráneo (Tritón y Poseidón) por la crisis de llegadas, Frontex supervisa las fronteras europeas y, en caso de que sea necesario, rescata inmigrantes.
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