Una ola de asesinatos políticos agrava la inestabilidad en Ucrania
Un periodista y un exdiputado del partido de Yanukovich son abatidos en Kiev en 12 horas
Un conocido periodista prorruso y un exdiputado del partido del expresidente Víktor Yanukovich —igualmente afín a Moscú— son las últimas víctimas de una ola de asesinatos políticos que se ha cobrado ya nueve vidas en tres meses, y que compromete la precaria estabilidad en Ucrania cuando el conflicto bélico en el Este cumple un año sin visos de solución, pese a los acuerdos de paz de Minsk. La mayoría de los muertos eran próximos al casi extinto Partido de las Regiones (PR), liderado por el exmandatario desalojado del poder por la revolución del Maidán en febrero de 2014. El periodista Oles Buzina, asesinado este jueves en Kiev, pertenecía a un minoritario partido prorruso por el que llegó a presentarse a las elecciones el año pasado.
Su muerte había sido precedida en pocas horas por la del exdiputado Oleg Kaláshnikov, abatido el miércoles por la noche de varios disparos ante el portal de su casa en Kiev.
El atentado de este jueves coincidió con la intervención en directo del presidente ruso, Vladímir Putin, en un programa de televisión en Moscú, en el que afirmó que el de Buzina no es el primer asesinato político en Ucrania, mientras su homólogo ucranio, Petró Poroshenko, consideró que los dos crímenes “recaen en las manos” de sus “enemigos”. “Su naturaleza y su importancia política están claras”, subrayó Poroshenko, que ordenó la apertura de una investigación “transparente y rápida”.
Desde finales de enero, dos antiguos parlamentarios del PR fueron hallados muertos con aparentes señales de suicidio; otro destacado militante de la formación se arrojó presuntamente por la ventana —según algunas fuentes, su cuerpo presentaba señales previas de tortura— y un cuarto miembro del PR fue hallado ahorcado.
La biografía de Buzina apunta un factor en común en varios de los asesinatos: sus vínculos con el oligarca Rinat Ajmétov, factótum del este de Ucrania. El periodista escribía artículos de opinión en el diario Sevodnya (Hoy), propiedad de Ajmétov; a finales de febrero, murieron, con apenas un día de diferencia, el propietario de la empresa de seguridad del holding del magnate y su abogado. “La mayoría de las muertes se producen en el círculo de Ajmétov”, explica Rubén Ruiz Ramas, investigador de la UNED y coordinador del portal Eurasianet. “Los hechos se inscriben en el contexto de un Estado muy débil y cuyas fuerzas de seguridad y judiciales no están sabiendo reaccionar a los procesos abiertos por casos como la matanza de Odessa [46 muertos, mayo de 2014] o la propia masacre del Maidán, hay serias dudas sobre la autoría de esos ataques. En el caso de Kaláshnikov, por ejemplo, constaban sus peticiones de protección, que no se le concedió, pues había recibido amenazas por su postura ante el aniversario del 9 de mayo [el Día de la Victoria, que conmemora la derrota del nazismo en 1945 y se celebra en el antiguo bloque soviético]. Hay una deficiencia en el proceso de investigación de todos estos casos, y escasa imparcialidad desde las instancias oficiales”.
Fuentes del Ministerio del Interior ucranio indicaron ayer que Kaláshnikov y Buzina habían participado en el movimiento contrario al Maidán y eran testigos en procesos penales contra activistas del mismo. Yanukovich huyó a Rusia tras semanas de protestas callejeras que dejaron más de cien muertos en Kiev en febrero de 2014. La revolución del Maidán y la posterior anexión de la península de Crimea por Moscú a mediados de marzo espolearon el conflicto armado en el este de Ucrania, que desde su estallido, en abril de 2014, se ha cobrado más de 6.000 vidas.
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