Mueren cuatro jóvenes acribillados en un barrio de Buenos Aires
Las víctimas aparecieron en un coche con 34 balas en la Villa 1-11-14
En la noche de este domingo en la Villa 1-11-14, el barrio de chabolas de Buenos Aires que preocupa especialmente al papa Francisco, dos hombres que iban en una moto dispararon 34 balazos a cuatro jóvenes paraguayos de entre 19 y 30 años. A las 23.40 las fuerzas policiales los encontraron muertos dentro de un coche Mercedes-Benz Clase A 190. Estos asesinatos tienen el sello del narcotráfico en un barrio en el que argentinos, paraguayos y peruanos se disputan el negocio ilegal.
Un concejal amigo del Papa y candidato a alcalde de Buenos Aires, Gustavo Vera, le había escrito una carta al sumo pontífice en febrero para contarle que denunciaría ante la justicia que en la Villa 1-11-14 había una organización de 1.000 personas, incluidos 300 “soldados” armados con FAL, AK 42 y AK 47, que producían cocaína en diez laboratorios y la vendían allí a clientes y traficantes de otros barrios. A esa misiva contestó Francisco que temía por la “mexicanización de Argentina”, frase que desató la polémica en su país y en México.
Pues en ese barrio de 70.000 habitantes, de casas de ladrillos que fueron edificándose hasta llegar a las tres o cuatro plantas, en ese laberinto de calles y pasillos, fueron asesinados tres hermanos paraguayos Hugo, Agustín y Leticia Lezcano González, de 30, 24 y 19 años, respectivamente, en frente de la casa de su madre, según supone los policías. La menor tenía un bebé de siete meses. También murió su compatriota Fabio Gómez Ruiz Díaz.
A unos 300 metros de allí la Gendarmería Nacional custodia día y noche. Cuando sus uniformados entran al barrio algunos vecinos comienzan a silbar para alertar a los narcos, mientras otros los siguen en su recorrido. La prensa argentina cuenta que una de las manzanas, la número 22, resulta tierra inexpugnable para los gendarmes. Por lo menos llegan hasta la 9, donde ocurrió la masacre del domingo.
Los muertos y los heridos en las guerras entre bandas de traficantes comienzan a ser más habituales en la 1-11-14, pero no los asesinatos múltiples. En 2013 habían sido asesinados cinco en un tiroteo: tres paraguayos y dos argentinos. A veces por la tarde o la noche no se pueden atravesar ciertas calles o pasillos del barrio porque llueven las balas, pero en el medio de todo aquello miles de vecinos argentinos e inmigrantes procuran salir adelante, trabajar, estudiar, ayudar a otros y cuidar de sus propias vidas.
El asunto de la inseguridad en Buenos Aires se ha colado en la campaña electoral de Argentina. Miguel Lifschitz, candidato socialista a gobernador de la provincia de Santa Fe, la más castigada por el narcotráfico, reaccionó este lunes por la red social Twitter contra el alcalde de la capital argentina y candidato presidencial conservador, Mauricio Macri: “Villa 1-11-14, dominada por el narcotráfico, donde son habituales los asesinatos. ¿Vendrá Macri a hablarnos de seguridad?”. El poder de policía en Buenos Aires está en manos del alcalde y del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Cerca de la manzana 9 en febrero pasado se habían enfrentado los integrantes de la banda Los Paraguayos con los argentinos de la Gauchito Gil, un santo popular pagano cuya feligresía ha crecido en Argentina en los últimos años. Aquella batalla acabó con dos muertos y delincuentes heridos y sus familiares amenazando a médicos en un hospital. Es la Argentina que preocupa no solo al Papa.
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