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La presión internacional induce a Netanyahu a ablandar su posición

Israel desbloquea el envío a los palestinos de 500 millones de impuestos retenidos

Juan Carlos Sanz
El presidente israelí, Benjamín Netanyahu.
El presidente israelí, Benjamín Netanyahu. AMMAR AWAD (REUTERS)

La reelección de Benjamín Netanyahu aún necesita consumarse en unas complejas negociaciones con los partidos para forjar una coalición con mayoría en la Knesset (Parlamento). El regateo político puede demorarse hasta después de la Pascua judía, a mediados de abril, y durante este periodo el primer ministro conservador se halla más expuesto a las presiones de la Casa Blanca o de la Unión Europea.

De hecho, Netanhayu anunció este viernes la reanudación del envío del dinero retenido desde enero pasado de los impuestos de la Autoridad Palestina (AP), unos 500 millones de euros en total (a razón de 119 millones mensuales). De esta cifra habría que descontar el dinero en agua y electricidad que deberían los palestinos a proveedores israelíes. “La decisión se ha tomado por motivos humanitarios y por los intereses israelíes”, aseguraba un comunicado de la oficina del primer ministro, informa Reuters.

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Así, Israel levanta el castigo impuesto a la AP después de que su presidente, Mahmud Abbas, decidiera pedir la adhesión a la Corte Penal internacional para denunciar a Israel. Era una de las exigencias de Washington, sobre todo, pero también de la UE, que se habían mostrado contrarios a la confiscación del dinero palestino.

Este es el tercer y más importante golpe que ha encajado Netanyahu, tras haberse retractado de su deriva nacionalista al final de la campaña electoral, cuando prometió que no reconocería la creación de un Estado palestino. El primero ha sido la inesperada congelación de la construcción de 1.500 viviendas en el asentamiento judío de Har Homa, al sur de la Ciudad Santa y más allá de la Línea Verde que fijó el cese de hostilidades tras la llamada en Israel Guerra de la Independencia, en 1948. Apenas 24 horas antes de la jornada electoral del 17 de marzo, Netanyahu viajó a Har Homa para comprometerse ante cientos de colonos judíos a proseguir con la ampliación.

El Ministerio de la Vivienda y el Ayuntamiento de Jerusalén han cancelado sin dar explicaciones las reuniones previstas con los promotores inmobiliarios privados para desarrollar ese proyecto urbanístico. El diario Yediot Aharonot, que desveló las primeras informaciones sobre la paralización de las obras, asegura que la decisión fue tomada desde la oficina del primer ministro, al tratarse de un asunto con “implicaciones políticas”. El Ayuntamiento de Jerusalén se ha limitado a constatar que la ampliación de Har Homa “ha sido retirada del orden del día”, a pesar de que el pasado diciembre ya había aprobado una inversión de cerca de 12 millones de euros. Netanyahu, que durante su primer mandato (1996-1999) impulsó el crecimiento de Har Homa en un claro desafío a las resoluciones de la ONU, se jactó el día 16 en ese mismo lugar de que las nuevas construcciones iban a poner en entredicho la continuidad territorial de un Estado palestino en la zona de Belén.

La oposición de centroizquierda teme que las obras de Har Homa se reanuden una vez se haya formado el nuevo Gabinete.

Más difícil será que prospere uno de los proyectos estrella del alcalde Nir Barkat, para atraer nuevos visitantes a la Ciudad Santa. Su propuesta de construir un teleférico desde un centro de ocio hasta las inmediaciones del Muro de las Lamentaciones y otros lugares bíblicos tiene como objetivo retirar los autobuses turísticos que congestionan el recinto amurallado.

El Gobierno del presidente François Hollande, según informó Le Figaro, ha presionado a dos empresas francesas para que se retiren ante las implicaciones “políticas” de los trabajos en una zona ocupada de la ciudad y anexionada por Israel sin reconocimiento internacional.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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