Los manifestantes de Ferguson afrontan su primera gran prueba
Tienen el reto de demostrar su compromiso pacífico y lograr apartar a los elementos radicales tras los disparos a dos policías
Tras meses acusando a la policía de brutalidad, los manifestantes de Ferguson afrontan su primera gran prueba. El movimiento de jóvenes activistas tiene el reto de demostrar su compromiso con los medios pacíficos y lograr apartar a los elementos más radicales después de que la madrugada del jueves dos agentes de policía resultaran heridos por disparos durante una protesta frente a la comisaría de ese municipio de Misuri, en el Medio Oeste de Estados Unidos.
La noche del jueves lo lograron. En la primera protesta nocturna tras los disparos, alrededor de un centenar de personas se concentraron frente a la comisaría de policía, epicentro habitual de las protestas, para proseguir sus quejas por la discriminación policial y la desigualdad de la comunidad negra, y reclamar la dimisión del alcalde de la ciudad. La concentración se desarrolló en un clima reivindicativo y sin incidentes.
Los agentes heridos la madrugada anterior abandonaron el jueves el hospital tras sufrir “heridas muy serias de bala”, según explicó Jon Belmar, jefe de la policía del condado de San Luis, responsable del dispositivo de seguridad. Uno de los agentes, de 32 años, recibió un disparo junto a la oreja, y el otro, de 41, fue alcanzado en el hombro. Es la primera vez desde que se iniciaron las protestas en agosto, tras la muerte de un joven negro desarmado por disparos de un policía blanco, que los agentes son tiroteados.
El fiscal general, Eric Holder, ofreció la ayuda del FBI para esclarecer lo que calificó como “una emboscada”. “Este hecho no lo ha protagonizado alguien que quiera sanar Ferguson, lo ha hecho un maldito vándalo”, señaló en un comunicado.
Unas 60 personas se concentraron la noche del miércoles frente a la comisaría de Ferguson para denunciar que consideraban insuficientes la dimisión, anunciada pocas horas antes, del jefe de la policía local, Thomas Jackson, y la del director gerente de Ferguson, el cargo público más importante de la ciudad, que renunció el martes.
El detonante de las dimisiones fue la divulgación, la semana pasada, de una investigación del Departamento de Justicia que halló un patrón de discriminación contra los afroamericanos en el sistema policial, judicial y penitenciario de Ferguson. “Las prácticas de la policía y los tribunales de Ferguson reflejan una clara discriminación racial, incluidos estereotipos basados en la raza”, dice el informe. En esa localidad de clase trabajadora de 21.000 habitantes, la mayoría de residentes son negros, pero los blancos ocupan la estructura política, policial y educativa.
La primera protesta nocturna en Ferguson tras los disparos se desarrolla sin incidentes y en un clima reivindicativo
Algunos de los manifestantes frente a la comisaría cortaron la calle. Pasada la medianoche, cuando apenas quedaban una decena de personas protestando tuvo lugar el tiroteo. La policía no había detenido por el momento a ningún sospechoso ni ha podido determinar exactamente qué sucedió. “No sé quién disparó, pero de algún modo estaban empotrados en ese grupo de gente”, dijo Belmar. Sin embargo, el activista DeRay McKesson, presente en la protesta, tuiteó que la persona que disparó no estaba entre los concentrados sino encima de una pequeña colina.
Que alguien disparara a un agente era una posibilidad en las protestas de Ferguson dado el ambiente volátil y dual de algunas: con un grupo mayoritario con un enfoque de desobediencia civil, pero otro minoritario más violento, que ya había provocado altercados, desde saquear establecimientos hasta lanzar botellas a policías. "He dicho muchas veces que no podemos mantener esto [la tensión entre la policía y los manifestantes en Ferguson] sin problemas. Este es un ambiente muy peligroso para nuestros agentes", dijo el jefe policial Belmar.
“La violencia contra la policía es inaceptable”, escribió el presidente de EE UU, Barack Obama, en la cuenta de Twitter de la Casa Blanca. La violencia corre el riesgo de debilitar la causa de los activistas en el momento en que más pueden capitalizarla: sus denuncias de discriminación racial de la policía han sido validadas por la investigación del Gobierno federal, que ha provocado la dimisión de seis altos cargos de Ferguson.
En diciembre, dos policías de Nueva York murieron por disparos de un hombre que dijo pretendía vengarse por la muerte de Michael Brown en Ferguson y de Eric Garner en Nueva York, un negro desarmado que murió asfixiado por un agente. En ambos casos, un gran jurado exoneró a los policías autores de las muertes. Ferguson se ha convertido en un símbolo en EE UU sobre la desconfianza de los negros con la policía. La madrugada del jueves se adentró en un peligroso terreno.
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