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Obama busca reconciliarse con el poder económico de Silicon Valley

El presidente de EEUU participa en una jornada de ciberseguridad en Stanford

Barack Obama saluda a un niño en el aeropuerto de San Francisco.
Barack Obama saluda a un niño en el aeropuerto de San Francisco.Ben Margot (AP)

Steve Jobs a su izquierda, Mark Zuckerberg a su derecha. El resto de comensales del presidente Obama eran máximos directivos de las empresas de Silicon Valley. Era febrero de 2011, la salud del mago de Apple era delicada, pero se sintió con fuerzas para arropar a un presidente que había apostado por el sector tecnológico. Cuatro años después, el mandatario vuelve a la cuna de la innovación, pero la relación es muy distinta.

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El escándalo de la Agencia Nacional de Seguridad aumentó las tensiones provocadas entre las empresas y el Gobierno, los crecientes ataques informáticos a empresas estadounidenses han puesto de manifiesto el difícil equilibrio entre la seguridad y la privacidad, y la reforma migratoria, uno de los ámbitos legislativos que el sector tecnológico seguía con más interés en Washington, ha sabido a poco.

El presidente Obama visita este viernes Stanford, la universidad privada más prestigiosa de la costa Oeste, donde ofrecerá un discurso en materia de ciberseguridad. Las ausencias serán notables: no estarán ni los consejeros delegados ni los fundadores de Yahoo, Google y Facebook. Sólo estará Tim Cook, sucesor de Jobs en Apple. Faltarán tanto Zuckerberg como Marissa Mayer, de Yahoo, en una muestra más de las tensiones entre la Casa Blanca y los líderes tecnológicos.

Los viajes del presidente a Silicon Valley no son una novedad, este hace el número 20 desde que llegó al poder

Eric Schultz, portavoz adjunto de la Casa Blanca, ha tratado de quitar importancia a las ausencias: "Sé que cada empresa envía a distintos representantes pero estamos contentos con su participación". En paralelo, el presidente firmará un decreto que invite al sector privado a compartir información sobre amenazas con el Gobierno a cambio de cierta protección legal para las empresas.

Atrás quedan los tiempos en que la bahía de San Francisco era el granero de talentos para su equipo. El último fichaje, en septiembre del año pasado, fue Megan Smith en calidad de directora técnica de su Gabinete. La veterana a los mandos de los laboratorios de Google dejó caer a los pocos meses de llegar a Washington que la labor era más complicada de lo esperado, empezando por los equipos que le obligaban a usar.

Obama confió en algunos de los primeros empleados de Facebook cuando era candidato a la presidencia en 2008 y reclutó para su causa a Chris Hughes, cofundador de Facebook. Aquel chico que durante tres años había ejercido como jefe de producto y portavoz de la red social, puso los pilares para la construcción del ejército de voluntarios que se sumaron a My.BarackObama.com, una página que se convirtió en la primera red social de su campaña electoral. Antes de su segundo mandato hubo una nueva ronda de fichajes. Superada la moda de lo social, llegó la de la cocina de datos. Las afinidades por barrios y amigos comunes dejaban paso a gustos más sutiles presentando propuestas a medida para conseguir el voto.

A falta de representantes de Facebook en el evento, la presencia del líder de Apple y de Joe Demarest, el subdirector del FBI, es significativa. Los últimos modelos de iPhone lanzados por Apple ya se ajustan a las protecciones necesarias de los datos del usuario en caso de pérdida o robo, con la posibilidad de bloquear el teléfono de manera automática. Esta posibilidad representa el difícil equilibrio entre las demandas de los consumidores, que buscan proteger su privacidad, y las autoridades, cuyo objetivo es garantizar la seguridad. La opción que ofrece el nuevo iPhone ha sido valorada como una ventaja para el consumidor, pero es también un impedimento para las autoridades, al dificultar el acceso a datos que pueden resultar relevantes en cualquier investigación.

El presidente Obama sumará este viernes una veintena de visitas a Silicon Valley desde que llegó al poder. Sus visitas son frecuentes, no sólo para recaudar fondos para su partido, sino también para escuchar sugerencias sobre medidas como la reforma del sistema de inmigración, un aspecto en el que está especialmente implicado Zuckerberg. La cantidad de visados que cada año se otorgan a profesionales cualificados se queda corta para los cupos que necesitan las grandes firmas.

Facebook, por ejemplo, tiene más de mil vacantes abiertas, especialmente perfiles técnicos específicos y muy demandados que se entrevistan en origen y muchas veces terminan por trabajar a distancia, en el mejor de los casos, por no conseguir el permiso. La reforma migratoria presentada finalmente por Obama, y que aprobó por decreto ante la falta de apoyo del Partido Republicano, fue recibida también con gran decepción en Silicon Valley, al dejar a muchas de las familias de sus empleados extranjeros sin los ansiados beneficios en materia de visados.

Después de esta serie de encuentros y desencuentros, se espera a un presidente conciliador, dispuesto a escuchar y contar con aliados para promulgar una acción ejecutiva -una ley aprobada por decreto- sobre cifrado de datos. La intención es que mejore el intercambio de información sobre posibles amenazas entre las empresas y el Gobierno. El reciente ataque a Sony es el mejor argumento para Obama. El malestar generado entre los consumidores y la desconfianza hacia las tecnológicas tras desvelarse el acceso a datos de la NSA es el mayor impedimento para ganarse apoyos y simpatías.

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