Bélgica condena a 45 yihadistas por terrorismo
La organización Sharia4Belgium reclutaba jóvenes y los enviaba a Siria
Bélgica ha emitido la primera gran condena europea por un delito relativamente nuevo en la legislación comunitaria: el reclutamiento de terroristas. La justicia de Amberes (en la región de Flandes) condenó este miércoles a 45 miembros de la organización extremista Sharia4Belgium por “reclutar a jóvenes para la lucha armada y organizar su partida a Siria”, según el juez. De los acusados, sólo nueve habían asistido al juicio; el resto han sido juzgados en rebeldía. La mayor pena recayó en Fouad Belkacem, condenado a 12 años de prisión por dirigir el grupo, de inspiración salafista. Es una condena cercana a lo que pedía la acusación (15 años, la pena máxima prevista para este delito).
Con esta sentencia, Bélgica ha querido enviar un mensaje ejemplarizante a muchos otros jóvenes que puedan verse en situaciones similares. Con unos 350 yihadistas identificados —personas que en algún momento han ido a Siria o han participado en células terroristas—, Bélgica registra la mayor incidencia de este fenómeno en relación con su población, 11 millones de habitantes.
La existencia de Sharia4Belgium, una nutrida red que adoctrinaba a los jóvenes y organizaba reclutamientos, constituye uno de los motivos que explican el impacto del yihadismo belga, según el coordinador de la UE para la lucha antiterrorista, Gilles de Kerchove. La red se disolvió hace dos años a raíz de una macrorredada que provocó la detención de Belkacem y otros cabecillas.
De los nueve acusados presentes en el proceso, uno fue excluido por razones médicas y los otros ocho han recibido penas de prisión de entre tres y cinco años (salvo la de 12 para Belkacem). Algunos podrán evitar la cárcel si no delinquen en adelante porque se les considera más víctimas de la red que ideólogos. A los 37 restantes, las autoridades han querido juzgarlos en rebeldía, una figura poco habitual en Europa, y dictar penas similares a las de quienes han participado en el juicio.
“Resulta bastante excepcional que el considerado líder, sin tener armas en su poder, haya obtenido una pena que más que duplica la de otros que sí han viajado a Siria. Las autoridades belgas quieren enviar una señal contra el adoctrinamiento. A partir de esta sentencia, habrá muchos que se lo pensarán dos veces, aunque los más extremistas pueden radicalizarse aun más”, aventura Bilal Benyaich, experto en radicalización de la Universidad de Gante. Benyaich alerta, no obstante, de que células neonazis con intenciones de atacar no han recibido condenas tan duras en el pasado reciente.
La sentencia, aguardada con expectación desde que arrancó el juicio a los yihadistas belgas, el pasado mes de septiembre, se ha conocido en un momento en que Bélgica permanece en alerta por el riesgo de atentados terroristas. Pocos días después de los ataques de París del 7 de enero, la policía desarticuló una célula yihadista que, según la investigación, planeaba atacar de inmediato a las fuerzas de seguridad. Desde mediados de enero, el Ejército vigila de forma excepcional instituciones públicas y otros lugares sensibles del país.
El 'chivato' del grupo
Jejoen Bontinck es uno de los ocho detenidos del juicio contra la organización Sharia4Belgium, aunque su condena es menor que la de sus compañeros. Este joven belga de 20 años, convertido al islam ha recibido una pena condicional de 40 meses, periodo de tiempo en el que no estará privado de libertad, aunque ello dependerá de su buen comportamiento.
Bontinck ha recibido este veredicto al haberse convertido en uno de los testigos clave contra la organización terrorista, ya disuelta, de la que formó parte. Según aseguró su abogado, el joven sufrió “un lavado de cerebro” y fue torturado cuando estuvo en Siria, “donde conoció la verdadera cara de la yihad”.
Este joven es el símbolo del choque que supone para familias asentadas en Bélgica descubrir que sus hijos se unen a estos movimientos extremistas. Su padre, Dimitri Bontinck, viajó en más de una ocasión a Siria para rescatar a su hijo y llevarle de vuelta a casa.
Aunque antes de la sentencia de este miércoles el padre de Jejoen Bontinck esperaba la absolución de su hijo —consideraba que no había viajado hasta Siria para “sentarle en la cárcel”—, a la salida del juicio ha afirmado estar satisfecho con el resultado. Sí se ha mostrado, sin embargo, preocupado por el peligro que podría correr su hijo al haberse convertido en el principal acusador de este caso.
Por esta razón, su abogado ha pedido a las autoridades judiciales y al Estado que pongan a disposición del joven Bontinck una serie de medidas de seguridad.
El Tribunal ha asegurado haber tenido en cuenta las declaraciones contra otros miembros del grupo y su cooperación con la justicia a la hora de evaluar su caso y dictar sentencia. Aun así, el juez ha insistido en que Bontinck fue adoctrinado pero “sigue siendo responsable de sus acciones”.
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