Mueren 30 aficionados de fútbol en unos disturbios en El Cairo
Los hinchas murieron en enfrentamientos con la policía para entrar a un estadio
Al menos 30 personas han fallecido este domingo y decenas han resultado heridas en una batalla campal entre los hinchas del club de fútbol Zamalek y la policía en El Cairo, según ha informado la Fiscalía. Los disturbios se han producido en las inmediaciones del estadio antes del inicio del partido de la primera división egipcia entre dos clubes de la capital, el Zamalek y el Enppi. La tragedia llega apenas una semana después del tercer aniversario de una avalancha en la que murieron 74 seguidores del club Ahly en el estadio de Port Said. Desde aquel suceso la afluencia de público a los partidos de fútbol está limitada.
“[Las víctimas] murieron por asfixia tras una estampida después de que les lanzaran gases lacrimógenos”, ha relatado al diario oficialista Al Ahram un médico del hospital que ha recibido varios cadáveres. Los enfrentamientos se han producido en el estadio de la Defensa Aérea, propiedad de las Fuerzas Armadas, cuando centenares de hinchas fanáticos del Zamalek trataban de entrar en el recinto a pesar de no tener entrada. “Los aficionados del Zamalek intentaron entrar por la fuerza, y tuvimos que evitar que dañaran la propiedad pública”, ha declarado el Ministerio del Interior en un comunicado.
A pesar de la tragedia, no se ha cancelado el encuentro, que eso sí ha comenzado media hora tarde y ha terminado en un 1-1. Omar Gaber, una de las estrellas del Zamalek, que lidera con comodidad la clasificación, se ha negado a jugar como muestra de apoyo a las víctimas. El Gobierno ha informado en un comunicado de la suspensión de forma indefinida del campeonato de liga. La nota oficial responsabiliza a aficionados de fútbol de tratar de asaltar el estadio y de agredir a la policía. Sin embargo, los Ultras White Knights aseguran que les han lanzado los gases lacrimógenos cuando estaban acorralados contra una valla metálica con alambrada.
En 2012, después de la matanza del estadio de Port Said, la Federación de Fútbol Egipcia suspendió el campeonato de la primera división en señal de duelo. Un año después, se reanudó la competición pero se prohibió la entrada de público a los campos de fútbol por razones de seguridad. A finales del año pasado, la Federación decidió levantar la suspensión y permitir la entrada a un número limitado de aficionados a los estadios de fútbol en los partidos de primera división.
En concreto, se fijó un máximo de 10.000 espectadores para los estadios de los clubes del Zamalek y el Ahly, los dos más populares del país árabe, así como también en el Burg Al-Arab de Alejandría. En el resto de campos, el límite se estableció en 5.000 asistentes. Según fuentes del Zamalek, para el partido del domingo, que enfrentaba al laureado club cairota con el Enppi, el club distribuyó 5.000 entradas, mientras el resto se pusieron a la venta en las taquillas.
Después del golpe de Estado del verano del 2013, la policía ha recuperado los mismos métodos brutales que utilizaba durante el régimen de Hosni Mubarak, el autócrata derrocado en la revolución de 2011. Se estima que unas 3.000 personas han muerto, en los últimos 18 meses, en la represión de protestas antigubernamentales y otras 40.000 han sido arrestadas, la mayoría simpatizantes de la cofradía islamista de los Hermanos Musulmanes.
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