El primer ministro iraquí levanta el toque de queda en Bagdad
Los habitantes de la capital tenían restringidos sus movimientos por la noche desde 2004
La guerra no ha acabado y la violencia tampoco, pero en un gesto altamente simbólico el primer ministro iraquí, Haider al Abbadi, ha decidido levantar el toque de queda en Bagdad a partir de este sábado. La medida, que pretende normalizar la vida en la capital, supone un cambio de política tras una década de limitar los movimientos de sus habitantes durante la noche como forma de reducir los ataques terroristas.
“El primer ministro ha ordenado que se levante completamente el toque de queda sobre la ciudad de Bagdad a partir de este sábado”, anunció el general Saad Maan, portavoz de la Brigada Operación Bagdad, en la televisión estatal, Al Iraqiya.
Desde 2004, al año siguiente de que Estados Unidos ocupara Irak, los residentes en la capital han tenido restringidos sus movimientos durante buena parte de la noche. En la actualidad, la prohibición de desplazarse por la ciudad se había reducido a cinco horas, a partir de la medianoche. En realidad, pocos regresan a sus barrios después de la puesta de sol, pero en muchos de ellos la actividad comercial se extiende hasta bien entrada la noche.
Al Abadi, que dio la orden durante una visita al centro de control de la Operación Bagdad, trata sin duda de transmitir confianza a la población en un momento en que la amenaza del Estado Islámico (EI) sobre Bagdad parece haberse reducido. En los últimos meses, las fuerzas de seguridad han logrado recuperar amplias zonas al norte y al noreste de la capital, que los yihadistas conquistaron el pasado verano. Sin embargo, aún son habituales los atentados.
“Es parte de la respuesta al terrorismo y a la guerra contra él”, explicó Rafid Jaboori, portavoz del primer ministro, citado por Al Iraqiya.
La medida va acompañada de la reapertura de varias avenidas de Bagdad “para facilitar el movimiento de los ciudadanos”, así como de la prohibición de las armas de alcance medio en cuatro barrios. A partir de ahora, las fuerzas de seguridad que patrullen en Kadhumiya, Adhamiya, Mansur y Sadiya sólo podrán portar armas ligeras y sus convoyes estarán limitados a tres vehículos.
Además, sólo los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado podrán realizar detenciones en esas zonas, donde en los últimos meses la policía ha logrado reducir el número de asesinatos y secuestros. Las nuevas normas se interpretan como un intento de limitar la influencia de las milicias chiíes que se extendieron por la capital desde el verano con el pretexto de protegerla de la amenaza del EI.
Al Abadi, que llegó al Gobierno el pasado septiembre, ha volcado todos sus esfuerzos en restablecer la credibilidad de las fuerzas de seguridad y recabar el apoyo de todas las comunidades del país para poder recuperar el territorio conquistado por el EI.
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