Tsipras descarta pedir ayuda a Rusia e insiste en negociar con los Veintiocho
El primer ministro griego viaja a Chipre, como sus predecesores, en su primera visita oficial
En su primera visita oficial al extranjero, a Chipre (tradicional primer destino de todo nuevo mandatario griego), el primer ministro Alexis Tsipras reiteró el deseo de su país de sustituir la herramienta de la troika por conversaciones directas con los socios europeos y los prestamistas internacionales (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), como apuntó el viernes su ministro de Finanzas de una forma menos mesurada.
Tsipras también matizó la cercanía de Grecia a Rusia ante sus anfitriones chipriotas, que precisamente recurrieron hace tres años a la ayuda de Moscú para evitar un rescate de 10.000 millones de euros que a la postre se reveló inevitable. "Estamos en una negociación importante con nuestros socios en Europa y con los que ya han prestado dinero a Grecia [en referencia a la Comisión Europea, el BCE y el FMI]. No hay otra prioridad", dijo Tsipras en referencia a un posible préstamo de Rusia. "Nuestra prioridad es un acuerdo con los acreedores para el beneficio de todos", remató el jefe del Ejecutivo griego de colaboración Syriza-Griegos Independientes, el pequeño partido de derecha nacionalista que apoya la labor del Gobierno.
Visiblemente satisfecho por las informaciones relativas a la finalización de la troika como comisión supervisora de técnicos –la principal de las cuales procede del mismo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker–, Tsipras insistió en la necesidad de acabar con esta herramienta. "Creo que ya es hora de sustituir a la troika porque Europa necesita un respiro. La troika ha sido criticada por carecer de legitimidad. Su sustitución sería un paso importante institucional para el bien de Grecia y de Europa", afirmó Tsipras. En otras palabras, y en un tono más diplomático –es la tónica del Ejecutivo griego desde este fin de semana–, Tsipras secundaba punto por punto lo ya manifestado por su ministro de Finanzas, el polémico Yanis Varoufakis, y el número dos de Exteriores, que fue más explícito al respecto: “Aunque Grecia deba dinero, se merece un respeto y no ser tratado como un Estado paria”.
Además de una agenda bilateral centrada en asuntos de cooperación económica (“un tema secundario”, según portavoces del Gobierno griego) y las negociaciones sobre el contencioso greco-chipriota, Rusia, un país con especial protagonismo económico en Grecia y en Chipre, fue el eje sobre el que pivotaron las conversaciones. “Tanto Grecia como Chipre puedan jugar un papel como "puente" entre la Unión Europea y Rusia”, recordó Tsipras.
"Discutimos con el presidente [chipriota Nikos] Anastasiadis la posibilidad de emprender algunas iniciativas para reducir la tensión entre Rusia y la Unión Europea, para el beneficio de todos los pueblos europeos. No está bien que una guerra se transforme también en guerra económica", dijo en alusión a las sanciones impuestas a Rusia por el conflicto en Ucrania.
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