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Francia y ‘Twitterleaks’ acorralan la política exterior marroquí

Fracasa el intento de recomponer las relaciones rotas hace un año con el Gobierno francés

Javier Casqueiro
El ministro de Exteriores marroquí, Salaheddine Mezouar, junto a su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier (derecha) este jueves en Marraquech.
El ministro de Exteriores marroquí, Salaheddine Mezouar, junto a su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier (derecha) este jueves en Marraquech. AFP

La política exterior del Gobierno de Marruecos, y su principal responsable, el ministro Salaheddine Mezouar, está en un momento crítico y casi bloqueada ante dos problemas que llevan creciendo en los últimos meses hasta amenazar con una situación de enquistamiento. Las pésimas relaciones de Marruecos con Francia, un país más que amigo y con el que están rotas desde hace un año las colaboraciones políticas, policiales y judiciales, no se han conseguido solventar pese a los últimos intentos tras los atentados contra la revista satírica Charlie Hebdo. El ministro de Exteriores, además, ha sido citado la semana que viene ante el Parlamento para comparecer y exponer por primera vez la versión de un alto cargo en público ante el caso Twitterleaks, un hacker que lleva desde octubre filtrando comprometidos papeles y documentos secretos sobre todo de su departamento.

Ni las estratégicas relaciones con Francia, un país clave para Marruecos en todos los sentidos, ni que un anónimo lleve goteando escritos de distintos organismos oficiales y confidenciales en las redes sociales hace meses sin que suceda nada son dos asuntos menores en un momento especialmente delicado y crítico. El ministro Mezouar, además, no es un político cualquiera en el gabinete que dirige el presidente Abdelilah Benkirane. Mezouar es el líder del partido Reagrupamiento Nacional de Independientes (RNI), integrado en la coalición que gobierna, y con claras aspiraciones en las próximas elecciones generales.

El propio ministro ha intentado y casi forzado un conato de arreglo en los últimos días del conflicto político que se mantiene desde hace un año con el Gobierno francés y del que él ha sido el máximo estandarte, pero ha sido imposible. A comienzos de esta semana se informó de que Salheddine Mezouar acudiría incluso a París para entrevistarse allí con su homólogo, Laurent Fabius, y dar así por superada esta crisis.

La semana anterior el portavoz del ministro francés Fabius había comunicado que estaban buscando una fecha para acudir "pronto" a Rabat para abordar todos los problemas y olvidar también el incidente protagonizado por Mezouar, cuando viajó a París para participar en la multitudinaria marcha de protesta contra los asesinatos de Charlie Hebdo y se retiró al final cuando observó en la concentración "caricaturas blasfematorias" contra Mahoma. El rey Mohamed VI y el jefe de Gobierno respaldaron la acción de Mezouar.

El comportamiento y la actitud de Mezouar durante todo este año de bloqueo con Francia ha sido determinante. Con los atentados de Francia aún calientes, el ministro concedió hace 10 días una entrevista al influyente semanario francófono Jeune Afrique en el que reafirmaba sus posiciones: "Los tiempos de la tutela francesa han pasado". En Marruecos está posición de firmeza frente a Francia ha sido muy bien acogida en los medios de comunicación y se ha comparado, en este caso para bien, con el excelente momento de las relaciones que se mantienen con España y con los frutos que da, por ejemplo, en materia de detención de células terroristas. El ministro, además, sufrió un incómodo registro policial en un aeropuerto francés en una de sus visitas oficiales.

Marruecos acaba de endurecer su legislación antiterrorista en el nuevo Código Penal, que el miércoles fue aprobado por la Cámara de Representantes, para perseguir con penas de cinco y hasta 15 años los delitos de apología del terrorismo, para castigar a cualquiera que haya recibido entrenamiento en uno de esos campos yihadistas y para juzgarles en el país si son detenidos en Marruecos aunque hayan cometido los delitos fuera. El ministro de Justicia aprovechó informar de que habían detenido a 242 personas hasta noviembre por actos terroristas e informó de que 1.210 marroquíes se habían sumado en Siria e Irak a la lucha del Estado Islámico.

Tras los atentados de París, varios dirigentes políticos franceses, como el expresidente Nicolás Sarkozy o el exministro del Interior Charles Pasqua, han señalado públicamente como urgente la necesidad de reparar la conexión con Marruecos para tener más y mejor información sobre la amenaza del terrorismo yihadista. El propio presidente François Hollande admitió esa prioridad. Fabius tomó nota y se aprestó a organizar la visita a Rabat. Pero ese desplazamiento ahora ni tiene fecha ni está claro cuándo se producirá.

Lo primero que se ha anulado ha sido el encuentro preparatorio de mañana viernes en París entre ambos ministros. El ministro portavoz del Ejecutivo, Mustafá Khalfi, solo ha explicado hoy tras el Consejo de Gobierno que se había decidido suspender esa cumbre "para dar más tiempo a las partes a reducir las tensiones". Sin más explicaciones. A comienzos de semana se informó del viaje y a finales de semana se ha aclarado que esa entrevista no se celebrará por ahora. En el medio no se sabe lo que pasó. Sí se conoce que un teletipo de una agencia informó de que Marruecos en el curso de las negociaciones secretas para restablecer los contactos había reclamado "inmunidad diplomática" para sus funcionarios destinados en Francia y el Ministerio reaccionó rápida e inusitadamente para emitir un comunicado desmintiendo esas demandas. A las pocas horas se suspendió el viaje.

Fuentes oficiales del Gobierno marroquí sostienen que esa filtración procedió de fuentes francesas próximas al Palacio de Orsay (sede del Ministerio de Exteriores) y concluyen que ese gesto tiene que ver con una supuesta estrategia para frustrar y hacer fracasar las negociaciones.

El Gobierno marroquí se ha reunido este jueves, como todas las semanas, y tras la cita se ha conocido que el mismo ministro Mezouar comparecerá el jueves de la semana que viene (29 de enero) ante la comisión de Exteriores del Parlamento para explicar en persona todo lo relacionado con el caso Twitterleaks, el escándalo que tiene en vilo a muchos dirigentes marroquíes porque un hacker se dedica desde octubre a publicar documentos oficiales en su cuenta bajo el pseudónimo de @Chris_coleman24. Hasta ahora apenas se habían dado explicaciones desde las autoridades sobre ese caso. Un diputado socialista del USPF en la oposición, Ali El Yazghi, había reclamado la presencia del ministro en diciembre y justo ahora se ha decidido que es oportuna.

Fuentes gubernamentales han avanzado que el ministro aprovechará la comparecencia para ofrecer la información que ha recabado y para culpar a Argelia, el gran enemigo del país por su posición con el Sáhara, de estar detrás de la cuenta de Chris Coleman y también de los ataques contra varios ordenadores de distintos dirigentes y cargos políticos marroquíes. La cuenta en Twitter de Coleman fue suspendida de nuevo hoy, aunque el hacker tiene también perfil en Facebook.

Marruecos determinó hace un año, el 27 de febrero de 2014, la ruptura de relaciones policiales y judiciales con Francia tras una actuación de la policía francesa al acudir a la sede de la embajada en Neuilly para requerir el interrogatorio contra el máximo responsable de los servicios de información marroquíes, Abdellatif Hammouchi. El patrón de la DST había sido denunciado en París por varios marroquíes que sostenían haber sido víctimas de torturas. Hammouchi ya no estaba en ese momento en la embajada y por tanto ni fue detenido ni interrogado, pero el intento sentó muy mal en Marruecos, que desde entonces ha suspendido desde una visita oficial del rey a Francia hasta todo tipo de actos. En Francia viven más de 1,3 millones de marroquíes y en Marruecos unos 80.000 franceses.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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