Hollande: “Los musulmanes son las primeras víctimas del fanatismo”
El presidente francés expresa su apoyo a la comunidad islámica tras los ataques yihadistas
El presidente François Hollande ha tenido un gesto de aproximación, comprensión y apoyo a la comunidad musulmana francesa, integrada por más de cinco millones de personas, después de los ataques yihadistas que la semana pasada costaron la vida a 17 personas en París. El jefe del Estado ha afirmado que “son los musulmanes las primeras víctimas del fanatismo, del fundamentalismo y de la intolerancia”. En la mañana del jueves ha abierto en el Instituto del Mundo Árabe de París unas jornadas sobre las transformaciones que se viven en esos países en las que participan decenas de intelectuales, artistas, economistas y profesores de distintos países de África y Oriente Próximo.
Dirigentes de esa comunidad musulmana habían solicitado esa aproximación de Hollande, especialmente después de que el presidente y su primer ministro, Manuel Valls, acudieran el pasado 11 a la Gran Sinagoga de París y de que el Observatorio contra la Islamofobia haya denunciado medio centenar de ataques o incidentes contra mezquitas y otros centros musulmanes. El Consejo Francés de Culto Musulmán, que integra a las organizaciones religiosas del Islam, ha hecho un solemne llamamiento a su comunidad para que combata “la radicalización” y respete “la libertad de opinión” tras la difusión del número especial de Charlie Hebdo con nuevas caricaturas de Mahoma. “Se puede dibujar de todo, incluido a un profeta”, comentó este jueves la ministra de Justicia, Christiane Taubira.
En la sede del Instituto del Mundo Árabe, en cuya fachada se colocó en grandes letras rojas la frase “Todos somos Charlie” en francés y en árabe, Hollande ha asegurado que los musulmanes “deben ser protegidos”. El extraordinario despliegue militar y policial francés tras los atentados incluye la protección a mezquitas y centros musulmanes. “La laicidad respeta todas las religiones”. “Los actos contra los musulmanes, como el antisemitismo, no solo deben ser denunciados, sino castigados con severidad”, señaló, para recordar que esa lucha contra la discriminación por motivos religiosos debe ser “una causa nacional”.
Por eso, afirmó que en el país los musulmanes “tienen los mismos derechos”, pero también “los mismos deberes” que todos los ciudadanos. “Francia es un país que tiene principios, reglas, valores, uno de los cuales no es negociable nunca: la libertad, la democracia”. “El islam es compatible con la democracia”, enfatizó.
La población francesa es hoy, más que en la mayoría de países europeos, la consecuencia de constantes movimientos migratorios y, por tanto, la diversidad de orígenes es patente en las calles de todas sus ciudades. “Muchos de nuestros compatriotas tienen conexiones con el mundo árabe. Han venido de África del Norte o de Oriente Próximo. Pueden ser judíos, musulmanes, cristianos… y han contribuido a la historia de Francia”, describió el presidente.
En varios países de origen, recordó, se producen desde hace décadas conflictos a los que no se pone remedio, pero que tampoco “pueden ser importados”. “El islamismo radical se nutre de todas las contradicciones, de todas las influencias, de todas las miserias, de todas las desigualdades, de todos los conflictos no solucionados”.
Los líderes religiosos pidieron un gesto tras la visita con Valls a una sinagoga
En otro gesto significativo, el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, anunció este jueves que la próxima semana se le concederá la nacionalidad francesa a Lassana Bathily, el musulmán originario de Mali considerado el héroe del ataque del día 9 al Hyper Cacher de París. El terrorista Amédy Coulibaly asesinó a cuatro jóvenes judíos en ese comercio antes de ser abatido horas después por la policía. En cuanto se produjeron los primeros disparos, Bathily, empleado del local, escondió en la cámara frigorífica de la planta baja a seis personas, incluido un padre con su bebé, y desconectó el congelador. Allí estuvieron escondidos varias horas hasta que pudieron salir sanos y salvos tras el asalto policial al establecimiento. “No es una cuestión de judíos, cristianos o musulmanes: Todos estamos en el mismo barco”, declaró aquel día a la cadena BFM.
En las redes sociales se ha producido estos días una campaña para solicitar no solo la nacionalidad francesa para Bathily, sino también la concesión de la Legión de Honor. Más de 297.000 personas han apoyado ya una campaña a través de la página Change.org. Bathily llegó a Francia hace nueve años y había solicitado oficialmente la nacionalidad en julio del año pasado. En 2009 fue amenazado de expulsión.
Por el contrario, el Gobierno y el principal partido de la oposición, la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Nicolas Sarkozy, se plantean estos días la retirada de la nacionalidad francesa a quienes sean condenados por actos terroristas o se integren como combatientes en las filas yihadistas en países como Siria o Irak. La norma solo sería aplicable a quienes tengan doble nacionalidad. El ultraderechista Frente Nacional ha propuesto también impedir la entrada en Francia de quienes pretendan regresar tras haber combatido con los yihadistas.
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