La ruta del Estado Islámico a París
El Estado Islámico ha virado su yihad regional hacia el terrorismo global escudado en vengarse por la ofensiva de la coalición liderada por EE UU
El analista Petter Nesser no andaba desencaminado en un foro reciente sobre terrorismo celebrado en Madrid. Decía el experto del centro de análisis noruego FFI (Instituto Noruego sobre Investigación en Defensa) que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) trataría de atentar tarde o temprano en Europa. Apuntaba que podría hacerlo "combinando diferentes tácticas", entre ellas, armas de fuego y atentados con bomba. Amedy Coulibaly, autor de la muerte de una policía francesa de patrulla y cuatro ciudadanos en un mercado judío de París, se sirvió simplemente de un fusil automático. Un vídeo difundido este domingo por el EI bajo el nombre de Soldados del Califato muestra a Coulibaly jurando lealtad al califa Ibrahim (Abubaker al Bagdadi, líder del EI). Sería, por tanto, el primer gran atentado perpetrado por un yihadista bajo el padrinazgo del grupo integrista instalado entre Irak y Siria.
Sería también la culminación de un viraje de la organización liderada por Al Bagdadi desde su irrupción brutal en la guerra civil siria hasta el atentado en suelo de Occidente. Precisamente la intromisión de Al Bagdadi, ya avanzado el año 2013, en la contienda entre rebeldes y el Ejército sirio bajo el grupo entonces denominado Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), llevó a Al Qaeda central, liderada por Ayman al Zawahiri, a mostrar su total oposición. Al Zawahiri quería que Al Bagdadi centrase sus esfuerzos en Irak, mientras otro de sus hombres, Abu Mohamed al Golani, llevaba el sello de Al Qaeda a Siria a través del Frente al Nusra.
Para muchos analistas fue este el momento en el que Al Bagdadi rompió definitivamente con Al Qaeda central -el militante yihadista iraquí había hecho carrera al calor de la rama iraquí de la red terrorista. La estrategia del EIIL, formado en gran medida por combatientes extranjeros, como reveló en una charla en abril el ex comandante en jefe de los rebeldes sirios Salim Idris, pasaba por liderar los ataques más brutales contra las fuerzas del régimen de Bachar el Asad y hacerse con porciones de terreno factibles para su gobierno -no era el caso de la gran capital Damasco.
La violencia del Ejército de El Asad contra las zonas rebeldes -el ataque del régimen con agentes químicos en Ghouta en agosto de 2013 puso en alerta a la Administración Obama- y el rechazo final de la comunidad internacional, entre ellos EE UU, Francia y Reino Unido, a intervenir en territorio sirio, dio alas al EIIL para seguir atrayendo a nuevos combatientes y convertir sus zonas controladas en el norte de país en una suerte de laboratorio de pruebas para lo que en verdad ansiaba Al Bagdadi: la instauración de un califato a ambos lados de la frontera sirio-iraquí.
Tras varias semanas de avances por el norte y oeste de Irak, el 29 de junio de 2014, el dirigente yihadista iraquí, como califa Ibrahim (nombre de pila) autoproclamó el califato desde la ciudad de Mosul, en el norte de Irak. Su organización respondía ya al nombre de Estado Islámico (EI). Por entonces, Occidente no era un frente habitual mencionado en la compleja propaganda del EI. "Su primer foco”, señaló en una conversación en septiembre Usama Hasan, de la británica Fundación Quilliam, “era la apostasía y la impureza en Irak”. El cambio hacia "una audiencia más internacional", apuntó Hasan, llegó con la intervención internacional.
A principios del pasado mes de agosto, el presidente Obama anunció el inicio de una campaña aérea contra el EI en defensa de los intereses estadounidenses en Irak. Pronto, esta operación se extendió a Siria, con el apoyo de una coalición de países árabes, y elevó el tono en Irak, con el EI como objetivo directo de la aviación estadounidense y un nutrido grupo de países aliados, entre los que se encuentra Francia, atacada esta semana en París por dos comandos yihadistas.
“Si no eres capaz de encontrar una bala o un IED [siglas en inglés de un dispositivo explosivo improvisado]”, afirmó en septiembre en un audio el sirio Abu Mohamed al Adnani, portavoz del EI, “entonces selecciona al impío americano, francés o a cualquiera de sus aliados. Golpéale la cabeza con una roca, asesínale con un cuchillo, pásale por encima con el coche, tírale desde un lugar muy alto, estrangúlale o envenénale”. La estrategia regional del EI había tornado en global, en el marco de una guerra abierta con Al Qaeda por liderar la yihad global y golpear Occidente. “Si podéis matar a un impío americano o europeo —en particular a los malvados y sucios franceses—”, manifestó Al Adnani en la grabación, “contad con Alá y hacerlo de la manera que sea. No preguntéis a nadie ni busquéis su veredicto”.
Durante el vídeo difundido ayer por el EI, el francés Coulibaly, abatido por fuerzas especiales tras matar él a cuatro rehenes de un mercado judío, afirma: "Por lo que habéis hecho al califato, al Estado Islámico, por eso os atacamos".
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