Fujimori es condenado a ocho años de cárcel por desviar fondos
El expresidente de Perú, ya en prisión, usó dinero del Ejército para comprar la línea editorial de tabloides
Alberto Fujimori, el presidente de Perú entre 1990 y 2000, escuchó el jueves la sexta sentencia en su contra, mientras cumple ya una condena de 25 años de prisión (por crímenes de lesa humanidad y corrupción) que debe terminar en 2032, cuando podía dejar la casa con huerta, enfermería y taller de pintura que ocupa unos 750 metros cuadrados al interior de una base de la Policía Nacional en el este de Lima.
En el juicio por el caso de la prensa chicha que empezó en octubre de 2013, la Cuarta Sala Penal Liquidadora encontró a Fujimori culpable de haber desviado, entre 1998 y 2000, 43 millones de dólares de las fuerzas armadas a la compra de la línea editorial de tabloides, algunos de ellos creados como parte de la campaña electoral presidencial del 2000. Estos diarios desprestigiaban a los opositores de Fujimori mediante acusaciones de comunismo, homosexualidad y espionaje; el uso de colores fuertes y una gráfica llamativa explica el adjetivo chicha, un género musical surgido en los años ochenta.
El tribunal le impuso una pena de ocho años de prisión, tres años de inhabilitación y el pago de una reparación civil al Estado por un millón de dólares, porque encontró pruebas de que Fujimori conocía el desvío de los fondos de las fuerzas armadas “para fines ajenos a la defensa nacional y en provecho propio”.
“El acusado actuó en su condición de presidente, tenía la administración de la hacienda pública, y al disponer de fondos para un objetivo particular, el reproche en su contra es mayor. Se apropió de fondos públicos para asegurar su continuidad en el poder”, indica la sentencia.
El exgobernante, de 76 años, ha pasado ocho años preso —después de de ser extraditado de Chile en 2007, donde pasó algunos meses detenido— y debe permanecer otros 17 años más recluido.
Los hijos de Alberto Fujimori solicitaron en 2013 el indulto humanitario para su padre, pero el presidente de Perú, Ollanta Humala, denegó conceder tal petición, argumentando que Fujimori no tiene “ninguna enfermedad terminal, ni grave, ni degenerativa” que aconsejaran tal indulto.
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