La fiscalía acusa a la principal líder opositora por conspirar contra Maduro
El Ministerio Público implica a María Corina Machado en un plan para asesinar al presidente venezolano. La diputada dice que las acusaciones son una farsa
La exdiputada opositora María Corina Machado fue formalmente imputada este miércoles por el Ministerio Público como conspiradora en una supuesta trama para matar al presidente Nicolás Maduro.
La dirigente llegó al despacho de la fiscal Katherine Harrigton a las nueve de la mañana arropada por sus más cercanos colaboradores, que la acompañaron en un autobús fletado para la ocasión. En el sitio la esperaban decenas de simpatizantes. La audiencia empezó pasadas las diez y culminó a la una de la tarde de Venezuela (las 18.30, hora peninsular española). Salió en libertad.
Machado ya había sido llamada a declarar como testigo en esta investigación, que se inició después de una denuncia, conocida en mayo, en un pleno del llamado Alto Mando Político de la Revolución. En aquella ocasión, el vocero del grupo, el alcalde chavista del municipio Libertador, Jorge Rodríguez, leyó varios correos enviados desde su cuenta de correo electrónico que probarían la vinculación de la líder opositora con un grupo que supuestamente estaba planificando el asesinato del jefe del Estado venezolano. La dirigente reconoció entonces que la cuenta le pertenecía, pero que había dejado de usarla después de que unas fotografías suyas aparecieran sin su consentimiento en las redes sociales. Posteriormente la compañía Google, a petición de uno de los involucrados en la trama, el abogado Pedro Mario Burelli, aseguró que los correos mostrados eran falsos.
Su abogado, Tomás Arias, pudo revisar el expediente e informarse del criterio de la fiscalía para imputarla. “Todo el razonamiento tiene un fundamento político”, explicó a este diario sin dar más detalles. Este punto de vista se suma a lo que ya ha expresado la máxima dirigencia opositora, que asegura que los señalamientos contra Machado son una represalia por las posiciones asumidas por la dirigente contra el Gobierno venezolano.
La imputación formal de Machado estrecha el cerco alrededor del ala opositora que en febrero llamó al cese inmediato del Gobierno de Maduro. Después de esa convocatoria empezaron disturbios en Caracas y las principales ciudades del país, que culminaron en el mes de junio con un balance de 43 fallecidos y cientos de heridos y detenidos. El otro líder de la facción, el exalcalde del municipio Chacao (este de Caracas) Leopoldo López, está preso desde febrero en una cárcel militar acusado de cuatro delitos relacionados con una manifestación en el centro de la capital venezolana que dio origen a las protestas.
En todo ese tiempo Machado ha sufrido los rigores de la decisión que tomó de acompañar esta protesta: perdió su escaño en la Asamblea Nacional después de una decisión tomada por el presidente de la Cámara y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien la acusó de haber aceptado la representación de Panamá en una sesión de la Organización de Estados Americanos. El pasado junio, la justicia le prohibió la salida del país por la investigación sobre el magnicidio. Estas decisiones limitaron el efectivo lobby que ella realizaba ante la comunidad internacional para denunciar al Gobierno venezolano como una dictadura que desconocía los derechos humanos de los opositores.
Con todo, Machado puede presumir de haber tenido suerte. En vísperas de su visita a la fiscalía su equipo temía que corriera la misma suerte de López. Por esa razón iniciaron una campaña en las redes sociales con la etiqueta #yoestoyconmariacorina, que se convirtió en tema del momento en Venezuela. También publicaron en la página web del movimiento que lidera, Vente Venezuela, un memorial con las causas judiciales que ha enfrentado y las agresiones sufridas desde que emergió como una figura pública contraria a la denominada revolución bolivariana. Su inminente prisión, luego descartada por la fiscalía, encontró la solidaridad de los opositores. El martes un grupo de intelectuales publicó un comunicado que condenaba su situación procesal. Y el cardenal Jorge Urosa Savino dijo que acusarla de orquestar un magnicidio era exagerado. “Se están usando pruebas absolutamente débiles”, afirmó el prelado.
La única que parecía ser optimista era la propia Machado. Poco antes de acudir a la vista concedió una entrevista en el exitoso programa radiofónico del periodista César Miguel Rondón. “No voy a entregarme, voy a enfrentar la infamia”, dijo entonces. Por ahora se ha librado de la prisión. La fiscalía proseguirá investigando el caso y podría tomarse meses antes de decidir si pasa de imputarla a acusarla o si archiva la causa.
Por el camino que inició Leopoldo López
María Corina Machado es, junto a Leopoldo López, la líder de la facción de la oposición que con más intensidad opina que es imperativo el fin del actual Gobierno venezolano para iniciar una transición a la democracia. Ambos han dejado claro que no se trata de llamar a derrocar al presidente Nicolás Maduro, sino de buscar entre el articulado de la Constitución venezolana alguna fórmula que haga posible una salida sin traumas.
Los dos enfrentan juicios por distintos motivos, pero el trasfondo político es el mismo. El Gobierno los considera responsables de lanzar la ola de protestas que lo tuvo en jaque entre febrero y junio pasados. Ambos procesos se han desarrollado en unas condiciones muy cuestionadas por los expertos en Derecho Constitucional. El Código Orgánico Procesal Penal venezolano garantiza la presunción de inocencia de los acusados y es partidario de juzgarlos en libertad. Con López no ha sido así.
López y Machado se enfrentan a un poder judicial que desde 2004 no emite sentencias desfavorables al Ejecutivo. Este hecho, verificable en un libro de reciente aparición, llamado El Tribunal Supremo de Justicia al servicio de la Revolución y que compila todas las sentencias emitidas por tres de las salas de la máxima corte venezolana desde entonces, encontró un patrón: el Gobierno anuncia medidas que encuentran poco después un soporte jurídico en los dictámenes de los tribunales.
Así se han visto apartados del camino varios opositores: Henrique Salas Romer, excandidato presidencial en 1998; Manuel Rosales, quien se enfrentó a Chávez en 2006 y vive ahora exiliado en Panamá, el propio López y ahora María Corina Machado. No se ha determinado cuánto tiempo necesita la fiscalía para culminar la investigación del supuesto magnicidio. Para los abogados de María Corina Machado, eso la sitúa en el limbo.
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