La OEA elegirá a su nuevo secretario general el 18 de marzo

La Organización de Estados Americanos (OEA) elegirá a su próximo secretario general el 18 de marzo de 2015. La fecha, fijada este miércoles en reunión del organismo en la sede de la OEA en Washington, permitirá un periodo de transición y ajuste para el sustituto de José Miguel Insulza. El excanciller chileno abandonará el cargo el 25 de mayo, tras diez años al frente del único organismo que sienta en la mesa a todos los países del hemisferio, desde Canadá a Argentina.

Justo un mes antes, el 18 de febrero, los candidatos al cargo -el mandato es de cinco años prorrogable solo una vez- deberán “exponer sus ideas” ante los representantes de los países miembro de la OEA en Washington.

Por el momento sin embargo no está previsto que los postulantes se enfrenten en un debate. En vez de ello, se limitarán a desplegar su visión para un organismo que busca cómo seguir siendo imprescindible ante un continente que ha cambiado profundamente y en el que compite con numerosas organizaciones subregionales.

Hasta la fecha solo hay dos nombres en la lista de candidatos, el del canciller uruguayo, Luis Almagro, y el exvicepresidente de Guatemala Eduardo Stein.

Un tercer postulante, el juez peruano de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Diego García-Sayán, retiró a comienzos de octubre su candidatura, alegando que no había recibido un apoyo “claro y público” del gobierno de Ollanta Humala.

No se descarta sin embargo que en los meses que quedan surja algún nombre más, algo que podría suceder literalmente hasta casi el último minuto, puesto que el reglamento de la OEA permite registrar a postulantes hasta justo antes de la elección.

En todo caso, la OEA sabrá quién será su nuevo jefe a tiempo para la Cumbre de las Américas, la cita trianual de los jefes de Estado de todo el continente que el año próximo se celebrará en Panamá en abril.

El encuentro parte en esa ocasión con la gran interrogante cubana: el gobierno anfitrión, el del panameño Juan Carlos Varela, ya ha anunciado su intención de invitar a su par cubano, Raúl Castro, a la cumbre.

Ello deja en manos del estadounidense Barack Obama la decisión de si acepta también la invitación y acude a un encuentro en el que se vería obligado a sentarse en la misma mesa y hasta dialogar con el líder cubano. Eso es lo que le piden sus colegas de América Latina, pero que le supondría duras crícitas de buena parte de los políticos de su propio país, que sigue sin levantar un embargo de más de medio siglo contra la isla comunista.