Misuri declara el estado de emergencia ante el caso Brown
Permite movilizar a la Guardia Nacional si hay disturbios en Ferguson cuando un jurado decida sobre la muerte del joven negro
El Estado de Misuri declaró este lunes el estado de emergencia para poder movilizar a la Guardia Nacional en caso de que tengan lugar incidentes en Ferguson tras la decisión de un gran jurado sobre el caso de Michael Brown. La muerte de Brown, un afroamericano de 18 años desarmado, por disparos de Darren Wilson, un policía blanco de 28, desencadenó en agosto en ese suburbio de San Luis, en el medio oeste de Estados Unidos, una de las mayores protestas raciales en este país en las últimas décadas.
La declaración del estado de emergencia es habitual en EE UU en situaciones de desastres naturales y disturbios civiles. En agosto, tras seis días de protestas por la muerte de Brown, el gobernador de Misuri, el demócrata Jay Nixon, ya decretó el estado de emergencia, desplegó a la Guardia Nacional -la milicia militar del Estado- e impuso dos noches de toque de queda. Entonces, la Guardia Nacional tuvo un papel muy secundario: protegía el centro de comando de la policía y no estaba en la avenida principal en la que se concentraban los manifestantes, que denunciaban lo que consideran un largo historial de discriminación racial de la policía.
El hecho de que el gobernador haya optado por decretar el estado de emergencia cuando aún no se ha conocido la deliberación del jurado -que debe decidir si Wilson es imputado- sugiere que la decisión es inminente y que cree probable que no se presentarán cargos contra el agente, por lo que espera una nueva oleada de altercados. La decisión del gobernador previsiblemente encenderá los ánimos de los residentes de esa localidad de 21.000 habitantes al noroeste de San Luis, en que la mayoría de habitantes son negros, pero los puestos policiales y políticos están colmados por blancos.
De hecho, este lunes tuvieron lugar varias protestas frente a la sede de la fiscalía tras el anuncio de Nixon. “Como parte de nuestros continuos esfuerzos para planificar y preparar cualquier contingencia, es necesario tener los recursos preparados en avance de cualquier anuncio del gran jurado”, justificó el gobernador en un comunicado. Nixon ya avanzó la semana pasada que no tendría reparos en movilizar, si era necesario, nuevamente a la Guardia Nacional en Ferguson. La orden tiene una vigencia de 30 días y establece que sería la policía del condado de San Luis y no la de Ferguson la encargada de supervisar las eventuales protestas.
Es un matiz importante. La gestión de policía de Ferguson -a la que pertenece el agente que mató a Brown- del suceso fue muy discutida. Tras el fallecimiento del joven, rechazó durante cinco días revelar la identidad del agente y ofreció datos contradictorios, lo que encrespó a los manifestantes. Pero la policía del condado también está rodeada de polémica: durante las protestas en agosto fueron sus agentes antidisturbios los que se mostraron desafiantes con los manifestantes que cortaban una avenida comercial, y los que les lanzaron gases lacrimógenos y dispararon balas de goma.
La declaración del estado de emergencia es habitual en EE UU en situaciones de desastres naturales y disturbios civiles. En agosto ya se estableció en Ferguson
De hecho, la errática gestión de ambos cuerpos llevó a Nixon, a los cinco días de manifestaciones y ante la creciente inquietud de la Casa Blanca, a delegar el control del despliegue de seguridad a la policía estatal de autopistas, liderada por un conciliador capitán afroamericano criado en la zona de Ferguson. La actitud prudente y cercana de ese cuerpo policial fue clave en calmar los ánimos y acabar con las protestas multitudinarias.
Tras casi tres meses de deliberaciones, el jurado ultima la decisión, según dijo el jueves un abogado de la familia Brown. La oficina del fiscal del condado de San Luis, Robert McCulloch, anunció la semana pasada que la decisión podría anunciarse cualquier día a partir del pasado sábado 15.
El gran jurado es el encargado en la justicia estadounidense de decidir si hay pruebas suficientes para presentar cargos contra una persona. Si Wilson es imputado se iniciaría un proceso judicial sobre el suceso. En este caso, el jurado está compuesto por nueve personas blancas y tres negras.
Muchos en Ferguson parecen dar por hecho que Wilson no será imputado y seguirá libre sin cargos, por lo que se ha ido filtrando en la prensa sobre las deliberaciones del jurado. Las circunstancias exactas del suceso siguen sin aclararse. Se sabe que Brown murió, en pleno mediodía de un sábado, de al menos seis disparos de Wilson mientras andaba con un amigo por la calzada en una calle residencial. La policía sostiene que hubo un forcejeo por el arma del agente, mientras el amigo que acompañaba a Brown asegura que este alzó sus brazos en señal de rendición. La clave está en dirimir si Wilson actuó en defensa propia.
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