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Putin asegura que quiere evitar que Ucrania aniquile a los prorrusos

El mandatario insiste en que la solución a la guerra en el país vecino es un Estado federal

Pilar Bonet
Un hombre entre los escombros de una casa en Donetsk.
Un hombre entre los escombros de una casa en Donetsk.M. KAHANA (AFP)

Rusia no permitirá que el Gobierno central de Ucrania aniquile a sus adversarios en el este del país, según ha declarado el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en una entrevista a la cadena de televisión alemana ARD, que fue difundida el lunes en la página de web del Kremlin.

“En el mundo moderno la gente que mantiene una lucha y que considera esta lucha justa (…) siempre encontrará armas”, afirmó el dirigente ruso, sin responder de forma directa a la acusación según la cual Moscú envía equipo y personal militar a Ucrania. “Lo importante no es esto”, sino que “no se puede contemplar el problema (en el este de Ucrania) de forma unilateral”, contestó Putin, según el cual las Fuerzas Armadas de Kiev “utilizan incluso misiles balísticos” contra los insurgentes sin que nadie hable de ello. A juicio del mandatario ruso, tras este silencio está el deseo de que “las autoridades centrales ucranias aniquilen a todos sus adversarios y oponentes políticos”. “Nosotros no queremos [que los aniquilen] y no [lo] permitiremos”, sentenció.

En otra entrevista con un medio de comunicación alemán (esta vez el diario Bild), difundida también el lunes, el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, ha dicho que no teme “las acciones militares contra el Ejército ruso”. Según el jefe del Estado ucranio, su país está listo para “el caso de una guerra plena”. “Ucrania es el lugar más peligroso del mundo”, “más peligroso que la amenaza de parte del Estado Islámico”, porque en su suelo se encuentran “miles de soldados rusos, centenares de tanques y piezas de artillería pesada”, opinó el presidente.

Mientras Poroshenko acusaba a Rusia de no respetar los acuerdos de Minsk, Putin afirmaba que aquellos acuerdos firmados en septiembre bajo la égida de la OSCE habían sido posibles porque Moscú “trabajó con los insurgentes de Donbás” y “los convenció de que debían aceptar ciertos acuerdos”. Putin, no obstante, admitió problemas para llevar a cabo lo pactado y se refirió a la negativa de unos y de otros a abandonar posiciones con el fin de retirarse 15 kilómetros en relación a la línea de frente y crear así una franja desmilitarizada de 30 kilómetros.

Rusia aspira a que “se cumplan los acuerdos de Minsk”, dijo Putin, quien conminó a los países occidentales a influir sobre las autoridades centrales en Kiev. “Nos dicen constantemente que los separatistas prorrusos deben hacer esto o lo otro, que influyamos de este u otro modo, y yo siempre pregunto: “¿Y ustedes qué han hecho para influir en sus clientes en Kiev? ¿Qué han hecho? ¿Acaso solo apoyan un estado de ánimo rusófobo?”. Putin exhortó a “acercar las posiciones de las partes” y a buscar “un espacio político común”. “Estamos dispuestos a avanzar en ese sentido, pero sólo conjuntamente”, dijo.

El presidente ruso insistió en la fórmula federalista para Ucrania y dijo no entender la aversión que muestran algunas fuerzas políticas de aquel país ante el modelo federal. “Escuchamos que puede tratarse no de federalización sino de descentralización. Esto son juegos de palabras. Hay que comprender el significado que se les da. Se pueden inventar una decena de términos. Se necesita que la gente que vive en estos territorios entienda qué derechos tiene y que pueden resolver algo de forma independiente en su vida”.

Antes de abandonar Australia, Putin criticó el decreto de Poroshenko que contempla la interrupción del pago de las pensiones en las zonas controladas por los insurgentes. Putin calificó como “gran error” esta medida y acusó a Kiev de “separar estas regiones” “con su propia mano”. El líder ruso comparó los sucesos de Donbás (la zona del este de Ucrania en la que se encloban Donetsk y Lugansk) con la situación en Chechenia cuando aquel territorio del norte del Cáucaso ruso luchaba por independizarse de Moscú. Rusia, según dijo, nunca interrumpió el envío de pensiones, prestaciones e incluso subsidios al presupuesto de Chechenia, ni siquiera en los peores tiempos. El decreto de Poroshenko ha suscitado serias críticas en parte de la clase política ucrania. Según la página web del diario Segodnia, el exgobernador de Donetsk, Serguéi Taruta, recién elegido diputado de la Rada Suprema, ha dicho que las medidas “ahondarán el cisma interno en el país y nos debilitarán como Estado ante una posible guerra”. Según Taruta, la gente, se sentirá “con razón, abandonada y traicionada” y la “expropiación” de las pensiones es una medida “salvaje e inaceptable en la Europa del siglo XXI”.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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