Maduro exhibe a los supuestos autores del crimen de un diputado
El presidente de Venezuela desmiente la tesis del robo difundida por la prensa opositora
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reveló este miércoles la identidad de los presuntos asesinos del joven diputado chavista Robert Serra y de su asistente, María Herrera, que perdieron la vida el pasado 1 de octubre.
No ha sido una comparecencia detallada como se suponía sería, debido al suspenso que generó el gobernante durante los días previos. Flanqueado por la plana mayor de su Gobierno, el jefe del Estado se reservó para sí la primicia que, al menos en una primera etapa, sugiere la resolución del asesinato. La parte más difícil de probar, y la que más interesa al chavismo, es la autoría intelectual, de la que por ahora no se ofrecieron detalles.
Maduro afirmó que ocho personas participaron en el homicidio. Seis de ellas entraron a la casa de Serra violentando la cerradura de la puerta principal, de acuerdo con un vídeo captado por las cámaras de seguridad, y que, en un gesto inédito, se ha enseñado, editado, a través de la televisión. Pero también fue inédita la difusión televisiva —nunca hecha en la historia criminal venezolana— de la presunta confesión del oficial de policía Edwin Torres Camacho, el jefe de la escolta del parlamentario, uno de los señalados en las investigaciones. “Suban el volumen porque lo tienen muy bajito muy bajito. Yo consideré importante presentar a los asesinos y parte de lo que han confesado”, advirtió el presidente antes de mostrar el material.
Dos de los supuestos autores —el propio Torres Camacho y Carlos García, alias El Tintín— están detenidos. Los otros cuatro, entre ellos Leive Padilla, alias El Colombia, un hombre al que Maduro vinculó con la violencia paramilitar colombiana y que sería quien organizó la operación, están evadidos. Serra y Herrera fueron atacados con un punzón.
No ha sido mucho más de lo que ya había publicado la prensa independiente. El lunes, la veterana periodista de policiales de El Nacional Sandra Guerrero había revelado varias identidades y adelantado el presunto móvil: el robo de la caja fuerte del diputado Torres, donde guardaba dos fusiles de asalto y dólares en efectivo, para vengar una discusión previa.
Maduro descartó esa versión y dijo era un argumento que pretendía desvirtuar el móvil político. Para apoyar esa idea, el gobernante venezolano sugirió, mediante otro vídeo, cuál es su sospecha. La grabación establece relaciones entre el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, el dirigente juvenil Lorent Gómez Saleh, el diputado Carlos Berrizbeitia y el líder opositor Leopoldo López.
Las alusiones a Uribe, Gómez Saleh y López no sorprenden. Para el Gobierno son los sospechosos habituales de la violencia política que se genera en su contra. La mención de Berrizbeitia, un parlamentario que se ha dedicado a denunciar los gastos en los que incurre el presidente en sus giras, responde a una denuncia hecha en días pasados por el parlamentario del Partido Socialista Unido de Venezuela Freddy Bernal. Bernal encuentra una correspondencia entre una intervención de Berrizbeitia en la sesión de la Asamblea Nacional del pasado 30 de septiembre –“los días de ustedes están contados”, dijo como colofón a su intervención, a propósito de la renovación del Parlamento en 2016— y el doble crimen ocurrido al día siguiente.
El Gobierno ha comenzado a calificar a Serra como el joven mártir y a planificar homenajes para promocionar esa idea, como en el pasado hicieron con el fiscal Danilo Anderson, asesinado hace diez años mediante la detonación de una bomba colocada en su vehículo. El sábado próximo, la juventud chavista prevé una marcha para recordarlo y rechazar la violencia. Para sustentar ese comentario Maduro contó que el crimen del joven diputado era el primero de una serie de “golpes continuos” entre los que mencionó los intentos de asesinato frustrados contra el ministro de Educación, Héctor Rodríguez, y el número dos Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional. Algunos de las personas que comentaban la rueda de prensa en Twitter encontraron entonces una relación entre esa información y una sorpresiva confesión hecha por Cabello en días pasados en la Asamblea Nacional: “Me siento amenazado”.
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