Fracasa la marcha por los militares acusados de la masacre en Tlatlaya
Alrededor de un centenar de ciudadanos piden que se respeten los derechos de los soldados implicados en la muerte de 22 personas
"Tú los llamas asesinos, yo los llamo héroes", rezaba uno de los carteles esparcidos por el suelo del Zócalo de la Ciudad de México este sábado. Alrededor de unas cien personas, ciudadanos que alguna vez han sido víctimas de algún acto de violencia, se reunían antes de las once de la mañana frente a la catedral capitalina para marchar hasta la residencia presidencial de Los Pinos y exigir que se respeten los derechos de los soldados mexicanos implicados en la matanza de Tlatlaya. El pasado 30 de junio, 22 supuestos narcos murieron a manos de militares en este municipio del sur del país en lo que la versión oficial describió como enfrentamiento. El testimonio de una superviviente a mediados del mes pasado esbozó un escenario distinto y cuestionó la labor del batallón implicado. Según su relato, los militares habrían matado una a una a 21 personas después de que el grupo se rindiera y tan solo una cayó en el tiroteo inicial.
La presidenta de la asociación civil convocante, Organización Humanista por el Progreso Social, Ana Lucía Zabala Rodríguez, declaró que la protesta se realiza ante “las inconsistencias” de la declaración de esta testigo, que sería madre de una de las víctimas. “No puede ser que los narcotraficantes tengan más derechos que los soldados o los marines”, declaró. “A los criminales los jueces los dejan libres”, gritaba otra mujer a pocos metros.
“No puede ser que los narcotraficantes tengan más derechos que los soldados o los marines”, dijo la presidenta de los convocantes
Hasta la fecha, la Fiscalía mexicana ha acusado formalmente de homicidio calificado a tres militares y a otro más por encubrimiento en la muerte de los civiles. El pasado 26 de septiembre un teniente y siete soldados implicados en la operación fueron detenidos e ingresaron en prisión militar bajo los cargos de desobediencia e infracciones al deber. La PGR sostiene ahora que al menos ocho de los supuestos narcos fueron rematados por militares.Todo después de dos meses en los que las autoridades no dieron apenas explicaciones, nunca hicieron pública la identidad de los fallecidos ni explicaron qué hacía el Ejército de madrugada en una zona tan apartada. El asunto se convirtió en un problema de primer nivel para el Gobierno de Peña Nieto cuando se conoció el testimonio de la supuesta superviviente. Organizaciones de derechos humanos exigieron el esclarecimiento de los hechos y hasta el propio Departamento de Estado de EE UU saco los colores al Gobierno mexicano al recordarle la necesidad de una investigación “fáctica y creíble” por parte de las autoridades.
“Exigimos al presidente un juicio justo y que el proceso se realice conforme a derecho. No es legítimo que manchen así el nombre del Ejército”, insistía la mañana del sábado Zabala.
En la marcha los asistentes portaban lazos verde olivo, en referencia al color del uniforme militar
Según la presidenta, en las dos semanas que llevan preparando la manifestación ha recibido alrededor de 700 llamadas de familiares de militares y marines que están en prisión por otros procesos. “Queremos que se haga justicia con todos, que se respeten sus derechos”. "#Yosoy26", se leía en varios carteles. “Yo soy 26 porque son 25 los soldados implicados en Tlatlaya, y yo me sumo como uno más”, aseguraba la directiva. “Unos hombres encapuchados me encañonaron ayer y me dijeron que le bajara, que no convocásemos la manifestación”, declaró, “pero conmigo o sin mí, esta marcha se va a celebrar”.
Durante el recorrido los asistentes portaban lazos verde olivo, en referencia al color del uniforme militar.
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