La alianza opositora en Venezuela elige un líder para zanjar su crisis

La oposición venezolana y su plataforma de concertación electoral, la Mesa de Unidad Democrática (MUD), parecen recobrarse del pinchazo más serio sufrido desde que la alianza se conformó en 2009. El periodista Jesús Torrealba aceptó este miércoles de manera oficial la secretaría Ejecutiva de la MUD. Reemplaza en el cargo a Ramón Guillermo Aveledo, quien había renunciado el 30 de julio en medio de acusaciones y desconfianzas que entonces amenazaban con una implosión en la alianza.

“Vamos a construir más democracia, vamos a enfrentar a este régimen totalitario. La noticia es que la MUD se va para la calle”, dijo Torrealba en una rueda de prensa en la que también anunció una gran marcha de protesta en Caracas para el 4 de octubre y la implementación de un plan nacional de movilizaciones.

Torrealba no solo parece capaz de concitar el favor de las dos facciones en las que ahora luce dividido el campo opositor —uno maximalista, encarnado por el liderazgo del movimiento de La Salida; y otro institucional, dado a la contienda electoral—. A diferencia de su antecesor —Aveledo, un dirigente de tendencia democristiana, culto y conciliador, pero poco conocido en las calles y experto en la política de salón—, Torrealba es un hombre hecho a sí mismo en los medios de comunicación. Creó hace una década El radar de los barrios, con reportes de habitantes de las zonas populares para difundir los problemas de servicios, inseguridad e infraestructura con gran audiencia entre los más pobres.

Torrealba advirtió que se concentrará en la coordinación interna de la veintena de organizaciones de la MUD, y no en su representación ante los medios. Ahora serán los partidos políticos los voceros tanto de sus propias consignas como de las que adopten en el seno de la alianza.

Este es un saldo probable de las enseñanzas que dejó el casi cisma de La Salida, un movimiento encabezado por la exdiputada María Corina Machado y el exalcalde Leopoldo López, que en febrero militaba hombro a hombro con los estudiantes que protagonizaron cuatro meses de protestas callejeras. El sector institucionalista de la MUD aseguró entonces que los desórdenes contrariaban la estrategia acordada en la mesa. Los salidistas, por su parte, señalaron a la MUD como un corsé. Torrealba descartó que esa fractura haya dejado secuelas e hizo un llamado a la unidad.